El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Choque mortal



Dirección: David Marconi.

Guión: David Marconi.

Música: Richard Horowitz.

Fotografía: Thomas Hardmeier.

Reparto: Frank Grillo, Jaimie Alexander, Roschdy Zem, Marie-Josée Croze, Moussa Maaskri, Charlie Bewley, Affif Ben Badra, Carlos Leal, Gabriella Wright.

Scott (Frank Grillo) y su esposa Taylor (Jaimie Alexander) van a pasar su luna de miel en un lujoso hotel en medio del desierto del Sáhara. Sin embargo, no todo es tan idílico como parece, pues Taylor planea matar a Scott con la ayuda de Travis (Charlie Bewley), su amante.

A primera vista, Choque mortal (2013) no parece un film demasiado prometedor. Un reparto sin grandes nombres y una producción de esas menores que suelen pasar desapercibidas. Pero si nos fijamos un poco, vemos que el guión lo firma David Marconi que, en 1998, había escrito el de esa maravilla titulada Enemigo público (Tony Scott), lo que nos permite abrigar más esperanzas. Y es cierto que la historia, tras un comienzo un tanto banal, pronto empieza a enredarse, creando tantas sombras que enseguida caemos presa del planteamiento rocambolesco urdido por Marconi.

Y es que además del plan de Taylor para asesinar a su esposo, Marconi nos mete de lleno en un cúmulo de acontecimientos donde nadie es lo que parece. Tras un accidente brutal en pleno desierto, descubrimos a una misteriosa mujer, Audrey (Marie-Josée Croze), con un bebé que no es suyo; un hombre esposado, Omar (Moussa Maaskri), que aprovecha el accidente para matar a un policía herido y a otro tipo que presenció el hecho; y Saleh (Roschdy Zem), un misterioso mecánico que aparece de repente en el lugar del accidente y que esconde un arma.

El planteamiento está servido y ofrece tantas incógnitas que es imposible no sentirse implicado, esperando a ver cómo se van resolviendo todos los conflictos que el guión va tejiendo entre esas personas aisladas que deben ayudarse para salir de la situación, pero que desconfían unos de otros, mienten y buscan jugar sus cartas de la mejor manera que saben o pueden.

Es verdad que el argumento es bastante enrevesado y algo forzado, pero en general se sostiene dentro de su excentricidad y hay que admitir que el desenlace, muy alejado a los finales típicos de Hollywood, resulta coherente y no defrauda para nada. 

Además, David Marconi, en su segundo trabajo como director, tiene el acierto de no andarse con rodeos y va siempre directo a lo fundamental, evitando los típicos momentos de relleno que suelen prodigarse en películas con guiones endebles. Así, Choque mortal no ofrece tiempos muertos ni amagos, se centra desde el principio en lo esencial, manteniendo siempre la emoción y, por lo tanto, nuestro interés.

En el lado menos bueno, admitir que se trata de un film modesto, sin grandes figuras ni alardes por parte del director, lo que le da ese aire de telefilm o de serie B que no es del todo atractivo. Con ello quiero decir que si bien la historia es interesante y consigue un buen nivel de intriga, el resultado general no es una película brillante, pero sí amena.