Dirección: David Fincher.
Guión: Aaron Sorkin (Novela: Ben Mezrich).
Música: Trent Reznor y Atticus Ross.
Fotografía: Jeff Cronenweth.
Reparto: Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake, Armie Hammer, Max Minghella, Josh Pence, Brenda Song, Rashida Jones, John Getz, David Selby, Denise Grayson, Douglas Urbanski, Rooney Mara.
A finales de 2003, Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg), un estudiante de Harvard con un talento especial para la informática, tiene la ocurrencia de crear una página web, Facemash, donde los alumnos de la Universidad puedan valorar a sus compañeras por su físico. El éxito de su experimento llama la atención de los gemelos Cameron y Tyler Winklevoss (Armie Hammer hace los dos papeles y Josh Pence es doble de Armie para el cuerpo de Tyler) y su socio Divya Narendra (Max Minghella), que le proponen colaborar con ellos en la creación de una red social para Harvard.
En un principio, nada me atraía de La red social (2010): ni la historia de la creación de Facebook y mucho menos conocer la biografía de su artífice. Para que te interese una biografía, el protagonista debe ser alguien realmente relevante. Pero por otra parte, recelo de las películas biográficas porque en general están cortadas por un mismo patrón y suelen carecer de ritmo y se resumen en contar capítulos de una vida de un modo algo mecánico y siempre elogiando al personaje de manera un tanto infantil.
De ahí mi sorpresa, agradable, una vez terminada de ver la película que, por muchos motivos, se sale de lo esperado y nos sorprende por su originalidad.
Para empezar, La red social se apoya en un guión bastante sólido que sabe afrontar un tema controvertido (los pleitos que sustentan el relato sobre plagio y traición) que atañe a personas que están vivas en el momento de hacer la película y que podrían reaccionar contra lo vertido en la misma. Esto nos lleva a reflexionar sobre la autenticidad de lo que se cuenta pero, sobre todo, sobre aquello que se oculta. ¿Es la película un relato fiel y sincero de lo sucedido en la creación de Facebook? Personalmente, creo que puede acercarse bastante a la realidad, pero es inevitable pensar en ciertos edulcoramientos. Por ejemplo, a pesar de que el retrato de Zuckerberg no es precisamente halagüeño, en muchos aspectos sale bastante bien parado y terminamos con la impresión de que es uno de esos genios que viven un tanto alejados de la realidad, fácilmente manipulable por alguien más "espabilado", como Sean Parker (Justin Timberlake), lo que limitaría en cierto modo su culpabilidad. Incluso la frase final del propio Mark: "No soy mala persona" vendría a buscar suavizar su imagen, afectada por su reacción a la ruptura de su novia (Rooney Mara) y sus decisiones empresariales.
Y en relación con esto, hay que señalar que en la película no vemos ningún comportamiento reprochable de Mark (salvo con su novia), solamente se insinúan. Por ejemplo, en la trampa que le tienden a su mejor amigo y co-fundador de Facebook, Eduardo Saverin (Andrew Garfield), para echarlo de la empresa, el guión es lo bastante hábil como para dejar el tema en penumbra. Podemos suponer que Mark estaba al corriente de todo y lo permitió, pero no se dice abiertamente y, lo más importante, tampoco se explican las causas.
El resultado es que la figura de Mark no termina de resultar desagradable, sino que lo vemos como un genio inadaptado, preocupado por buscar reconocimiento social, algo que tampoco consigue precisamente por ser una persona especial. No busca el dinero, lo que podría añadir una nota negativa más a su persona, solo ser aceptado por los demás, dejar de ser una especie de paria. Y al no conseguirlo, deja cierto margen a la compasión. A pesar de todo, ha fracasado en lo más importante: el amor de la chica a la que sigue queriendo.
Por todo esto, las limitaciones de las que el guión logra sacar provecho, La red social me pareció un film muy original y que consigue interesarnos en un tema un tanto frío. No aborda el tema desde la complacencia y el halago, no hace un retrato diáfano del protagonista. Crea una historia oscura, con interesantes dilemas morales y personales que, más allá de lo narrado, invitan a la reflexión sobre la ambición, la amistad, el mundo empresarial, la fama, el precio a pagar por ciertos logros... Es ahí donde reside el encanto de La red social, más allá de la aproximación a la figura del fundador de Facebook que, tras ver la cinta, me sigue pareciendo bastante irrelevante como figura de una película biográfica.
En otro apartado, hay que destacar también el sobrio trabajo de David Fincher, capaz de crear un ritmo preciso en un relato que alterna presente y pasado con una precisión admirable, logrando que el discurso sea ameno, comprensible e incluso apasionante.
La película se llevó el Oscar al mejor guión, montaje y banda sonora.
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