Dirección: Martin Campbell.
Guión: Jeffrey Caine y Bruce Feirstein (Personaje: Ian Fleming).
Música: Eric Serra.
Fotografía: Phil Meheux.
Reparto: Pierce Brosnan, Sean Bean, Izabella Scorupco, Famke Janssen, Joe Don Baker, Robbie Coltrane, Tcheky Karyo, Gottfried John, Judi Dench, Alan Cumming, Michael Kitchen, Serena Gordon.
Un arma secreta soviética, el GoldenEye, ha caído en manos de un sindicato terrorista. Bond es enviado para desbaratar sus planes.
GoldenEye (1995) es la decimoséptima entrega de la saga y trajo bastantes novedades como considerarla un momento crucial en el desarrollo de la serie.
La película anterior, Licencia para matar (John Glen, 1989), había fracasado en taquilla y los nuevos encargados de la serie, una vez jubilado Albert Broccoli, intentaron adaptarla a los nuevos tiempos. El primer cambio significativo es prescindir de Timothy Dalton, que tras dos participaciones en la serie no había terminado de cuajar como James Bond, y darle el puesto a Pierce Brosnan, un actor que basa su eficacia en un atractivo arrollador y una mezcla de dureza, cinismo y encanto que encajan mejor con el personaje.
Pero el lastre más serio tal vez era el tono machista de la saga, algo que a finales del siglo XX tenía que cambiar. De ahí que el papel de M, el superior de Bond, recaiga ahora en una mujer, la competente Judi Dench, que no duda en tachar a 007 de sexista y misógino, una crítica que indicaba que los creadores de la película no renunciaban a la autocrítica, si bien el desarrollo de la historia no ofrece demasiadas novedades y de nuevo tendremos a la chica Bond de turno, la hermosa Izabella Scorupco, siguiendo la tradición de la serie. Pero al menos se compensa su presencia con el personaje interpretado por Famke Janssen, una malvada de armas tomar que parece excitarse más con la violencia que con el sexo y le ofrece al género femenino un papel menos estereotipado.
Otra novedad es que la historia esta vez es totalmente original, sin tomar nada de los libros de Ian Fleming pero, como decía, el desarrollo no es para nada revolucionario y sigue las líneas clásicas de la serie, lo que por otra parte resulta creo que acertado, pues los asiduos de James Bond creo que saben perfectamente por qué quieren seguir viendo sus películas y falsear su estilo no sería lo más prudente.
Así pues, GoldenEye nos ofrece acción, notas de comedia, los típicos artilugios imprescindibles que 007 utilizará oportunamente, romance y la habilidad de siempre de james Bond para salir airoso de todos los trances. Tiene escenas de acción bastante intensas y el final espectacular esperado. Desde este punto de vista, no es una mala producción. El problema tal vez sea que no es un film brillante, ni por el argumento, ni por el desarrollo, ni por el clímax. Todas las piezas están ahí, pero la impresión es de que es un montaje algo mecánico, sin nada excepcional, nada que haga que la película destaque en medio de la serie. No defrauda, pero es de esas entregas que no dejan huella.
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