El cine y yo
Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.
Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.
El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.
El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.
No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.
Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.
El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.
El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.
No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.
miércoles, 26 de junio de 2013
Atrápame si puedes
Dirección: Steven Spielberg.
Guión: Jeff Nathanson (Libro: Frank W. Abagnale & Stan Redding).
Música: John Williams.
Fotografía: Janusz Kaminski.
Reparto: Leonardo DiCaprio, Tom Hanks, Christopher Walken, Amy Adams, Nathalie Baye, Martin Sheen, Jennifer Garner, Brian Howe, Frank John Hughes, James Brolin, Elizabeth Banks, Chris Ellis, Ellen Pompeo.
Años sesenta. Cuando el padre del joven Frank W. Abagnale (Leonardo DiCaprio) se arruina a raíz de una investigación del fisco y su esposa decide divorciarse de él, Frank se obsesiona con devolverle el dinero perdido a su padre. Su ilusión es lograr que vuelvan a ser felices juntos de nuevo como una familia. Y para lograrlo, Frank se lanza a conseguir dinero de la manera en que mejor sabe hacerlo: falsificando cheques.
Sin lugar a dudas, Steven Spielberg en uno de los directores más importantes del cine actual. No voy a decir que sea un genio ni que todo lo que ha hecho sea memorable. Pero denle una buena historia y hará una buena película. Su sentido del ritmo, su naturalidad para contar historias están fuera de toda duda. Y en Atrápame si puedes lo demuestra una vez más.
No sé que habría salido de esta historia en manos de cualquier otro director. Pero no me imagino un resultado tan bueno como el que ha logrado Spielberg. Y cuidado, Atrápame si puedes no creo que sea un gran film, no alcanza la excelencia ni mucho menos; pero sí que es una bonita historia, muy bien contada, y con algunos instantes realmente logrados donde se nota brillar con especial nitidez la mano y el talento de un director que para mí ya demostró todo lo que tenía que demostrar en La lista de Schindler (1993).
Una de las claves de que la historia que se nos cuenta en Atrápame si puedes funcione tan bien como lo hace es el enfoque humano que da el director al film. Desde el primer instante, Spielberg se adentra en el personaje de Frank y nos muestra sus sentimientos, lo que le impulsa a actuar cómo lo hace, sus miedos y la importancia de la familia. De esta manera consigue que nos pongamos de parte de Frank, encantador a pesar de ser un delincuente. Pero tampoco llegamos a detestar al personaje de Carl Hanratty (Tom Hanks), porque Spilberg se decanta por la baza de la complicidad del espectador también hacia Carl. Es un hombre que cumple con su deber, pero que termina apreciando a Frank y no duda en ayudarle a cambiar de vida. De ahí que el final de la película nos deje una agradable sensación de felicidad, con la amistad entre ambos y la vuelta al buen camino de Frank.
Otro de los méritos de Spielberg es cómo ha sabido aunar perfectamente los momentos ligeros, de comedia, con los instantes más dramáticos, de manera que el film fluye de un modo natural entre escenas que nos sacan una sonrisa y otras en las que sentimos el peso de los acontecimientos. Un ritmo perfecto que hace que la película, un tanto larga, se vea con relativa facilidad y sin sensación de cansancio, si bien algo menos de metraje creo que le sentaría bien.
Perfecta también la puesta en escena, con una cuidadosa y brillante recreación de los años sesenta enfantizada además por una preciosista fotografía a cargo de Janusz Kaminski.
En cuanto al reparto, la verdad es que me llevé una grata sorpresa con Leonardo DiCaprio. No sólo es creíble en su papel de adolescente, sino que hace un trabajo impecable, lleno de encanto, como se supone a su personaje, pero también sabiendo cambiar a un registro dramático con total credibilidad cuando la situación lo requiere. De Tom Hanks no creo que haya mucho que decir a estas alturas. Es un hombre que ha ido creciendo con el paso de los años hasta convertirse en un muy buen actor, haga el papel que haga. Pero también debemos mencionar el gran trabajo de Christopher Walken en el papel del padre de Frank y su mentor en pequeñas artimañas y engaños. Y no sería justo olvidarnos de Amy Adams en el papel de Brenda, la joven enfermera con quién se compromete Frank. Su papel tenía ciertos peligros que Amy sortea con talento y hace que su personaje sea muy entrañable.
Basada en una historia real, Atrápame como puedas viene a demostrarnos una vez más, por si hubiera alguna duda, de la gran capacidad de Steven Spielberg para contar historias. Sean sencillas o complicadas, el director tiene el don de narrar con soltura y con hondura. A veces se le puede achacar que se pase un poco, pero no es éste el caso: una historia sencilla contada con buen gusto y naturalidad.
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