El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Dead Man Down (La venganza del hombre muerto)



Dirección: Niels Arden Oplev.
Guión: J.H. Wyman.
Música: Jacob Groth.
Fotografía: Paul Cameron.
Reparto: Colin Farrell, Noomi Rapace, Dominic Cooper, Terrence Howard, F. Murray Abraham, Isabelle Huppert, Armand Assante, Raymond Mamrak, Raw Leiba, Jennifer Butler, Stu Bennett, Franky G, Luis Da Silva Jr. 

Victor (Colin Farrell) es un pistolero que trabaja para un mafioso de Nueva York al que le están llegando misteriosas notas amenazadoras, al tiempo que están liquidando a sus hombres uno a uno. Un día, Víctor conoce a Beatrice (Noomi Rapace), su vecina, que ha sufrido un accidente de coche que le ha dejado profundas cicatrices en la cara... y en el alma.

Para aquellos que piensan que ya está todo dicho en cine, Dead Man Down (2013) puede echar por tierra esas ideas. Si hacemos un resumen rápido, esquemático y torpe del argumento, el resultado podría parecerse bastante a un film de serie B protagonizado por Charles Bronson. Sin embargo, hay mucho más, y ahí está la clave de todo.

Dead Man Down es, en esencia, la historia de un hombre que perdió a su hija y a su mujer y al que dieron por muerto y que regresa para vengar esas pérdidas, para lo que se infiltrará en la banda del culpable de esas muertes. Sin embargo, el guión de Wyman se aleja de la línea más convencional de este tipo de propuestas y nos ofrece un film mucho más pausado y más profundo, sin las consabidas escenas de acción en cascada típicas de este tipo de argumentos. Wyman casi pervierte la esencia del género con un film intimista, psicológico y tierno, desgarrador y conmovedor. Al final, claro, tiene lugar la catarsis, la dosis de acción. Pero es ya algo más anecdótico que funcional. Un final esperado y necesario. 

Dead Man Down es una película sobre el dolor de dos seres que han sufrido pérdidas irreparables y que, sin ningún motivo aparente por el que seguir viviendo, se aferran a la venganza como tabla de salvación. Sin embargo, pronto descubrirán que vengarse no les llevará más que a un vacío irresoluble, peor casi que la muerte. Entonces, descubrirán que la única salvación está en abrir una ventana de nuevo a la esperanza, en apoyarse el uno en el otro, en quererse. Eso, o morir. Dead Man Down es una triste historia de dos personas que han dejado de vivir, aún sin saberlo. El destino, la casualidad, hará que encuentren una salida inesperada en el dolor del otro. 

Colin Farrel y Noomi Rapace dan vida a estas dos personas amargadas, tristes y cargadas de odio. Y consiguen convencernos de su soledad con un trabajo notable. Al señor Farrel le va muy bien este personaje parado y poco expresivo, pero es Noomi Rapace (que fue Lisbeth Salander en las películas suecas basadas en la saga Millenium) la que brilla con luz propia encarnando a una mujer que ha perdido su belleza y sus ganas de vivir. Resulta conmovedora y con su mirada comprendemos en cada momento el laberinto de su dolor, y las primeras huellas de esperanza. Terrence Howard, F. Murray Abraham e Isabelle Huppert completan un más que acertado reparto.

Sin duda, Dead Man Down constituye una grata sorpresa, en especial contando con un argumento tan visto y ofreciendo sin embargo un punto de vista novedoso, apoyado en una dirección muy acertada y una puesta en escena perfectamente acorde con el tono triste de la historia. Recomendada.

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