El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Soy leyenda



Dirección: Francis Lawrence.
Guión: Akiva Goldsman, Mark Protosevich (Novela: Richard Matheson).
Música: James Newton Howard.
Fotografía: Andrew Lesnie.
Reparto: Will Smith, Alice Braga, Sally Richardson-Whitfield, Paradox Pollack, Charlie Tahan, Willow Smith, Darrell Foster, Emma Thompson.

En el año 2009, un virus se extiende por todo el planeta infectando a más del 90% de la población. Robert Neville (Will Smith), un científico, tras ver morir a su familia, es el único ser vivo sano de Nueva York. Mientras intenta sobrevivir, busca desesperado una vacuna contra el virus.

Soy leyenda (2007) es la tercera adaptación al cine de la novela apocalíptica de Richard Mathewson, tras El último hombre sobre la Tierra (Ubaldo Ragona y Sidney Salkow, 1964) y El último hombre... vivo (Boris Sagal, 1971), y la demostración una vez más de que el cine actual está basado de un modo muy importante en los aspectos visuales. Soy leyenda es una prueba más del desarrollo tecnológico que permite unas escenas de acción espectaculares apoyadas en unos formidables efectos especiales. ¿Pero es verdaderamente eso lo más importante? En el caso de Francis Lawrence parece que sí. La película plantea una interesante reflexión sobre el desarrollo irresponsable de la ciencia, pero Lawrence prefiere dejar ese camino sin explorar, quedando sólo como mera base argumental para lo que realmente le interesa: un film de acción pura y dura.

El problema es que al descuidar tanto el argumento, reduciéndolo al mínimo, nos queda muy poca cosa. Y eso se evidencia con gran claridad en algunos pasajes de la película donde parece que el director se encalla. Ni el recurso a los flash-backs, donde el protagonista recuerda la pérdida de su familia, parece dotar de la energía necesaria a una historia carente de nervio. Lawrence sólo parece lucir toda su fuerza en las escenas de acción. Ahí, gracias a la tecnología, consigue dotar al fin a la historia de un ritmo trepidante. Incluso los pasajes con Anna (Alice Braga) y su hijo, que hubieran dado mucho juego dramático, me parecieron en gran parte desaprovechados; de la misma manera que se desaprovecha la presencia de los infectados por el virus, reducidos a meras bestias salvajes, si explotar sus posibilidades dramáticas más allá de su fiereza.

La película sigue de un modo bastante fiel el argumento de El último hombre... vivo, y si bien es cierto que la película de Charlton Heston acusa claramente le paso del tiempo, también es verdad que Soy leyenda parece superarla solamente en el apartado técnico, prueba de que argumentalmente no es un film que nos vaya a sorprender en absoluto.

De lo que ya no cabe duda alguna es de que Will Smith tiene algo especial para encarnar a este tipo de héroes. Su sola presencia llena la pantalla y, aunque creo que tiene otros trabajos mucho más acertados, es sin duda el actor perfecto en la actualidad para estos papeles.

Soy leyenda consiguió unas recaudaciones millonarias en su estreno, demostración palpable del tipo de entretenimiento que parece colmar las expectativas del público actual. Solamente la puedo recomendar si deseas pasar un rato más o menos entretenido, pero incluso en propuestas de acción hay películas mucho más logradas. En ésta, se conformaron con lo mínimo indispensable para hacer un film comercial. Una pena.

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