Dirección: Jacques Tati.
Guión: Jacques Tati y Henri Marquet.
Música: Alain Romans.
Fotografía: Jacques Mercanton y Jean Mousselle.
Reparto: Jacques Tati, Nathalie Pascaud, Michéle Rolla, Valentine Camax, Louis Perrault, André Dubois.
Llega la época de las vacaciones de verano y todo el mundo parte hacia la costa. El señor Hulot viaja en su viejo coche en busca también de la playa.
Las vacaciones del señor Hulot (1953) es el segundo largometraje que dirige Jacques Tati y se ha convertido en un clásico del cine francés y uno de los mejores exponentes del peculiar estilo de este cómico.
Con una innegable vinculación con el cine cómico de la época muda, Tati se muestra como el heredero natural de artistas como Buster Keaton o Charlie Chaplin, lo cuál nos demuestra su originalidad, pues estamos en 1953 y su trabajo aparece como una total anomalía cronológica.
La comicidad de Las vacaciones del señor Hulot es totalmente visual; de hecho, los pocos diálogos presentes son del todo intrascendentes, cuando no deliberadamente incomprensibles, dejando claro que se hubiera podido prescindir directamente de ellos sin ningún problema.
Tati basa su humor en tomar situaciones normales y transformarlas debido al azar o a la propia torpeza del personaje, el señor Hulot (Jacques Tati), un tipo extremadamente amable, muy servicial y educado, pero cuya descoordinación y despistes hacen que provoque el caos por donde quiera que pasa.
Como es de esperar, no todos los gags están igual de conseguidos, pero se aprecia una puesta en escena sumamente cuidada y un gran esmero en la búsqueda de situaciones cómicas. Es de esas películas en las que no deberíamos despistarnos ni un segundo, pues en cada escena, en cada plano, está sucediendo algo.
Hay momentos memorables, llenos de ingenio, siempre desde la simplicidad, sin forzar ninguna situación en exceso. El comienzo, con los pasajeros lleno de un andén a otro por culpa de las indicaciones confusas emitidas por los altavoces es ya toda una declaración de intenciones.
También hay lugar para un tímido romance de Hulot con una bella veraneante (Nathalie Pascaud), pero no deja de ser un episodio menor; lo que más parece interesarle a Tati es analizar el comportamiento de la gente normal en sus vacaciones y en este análisis no está ausente la crítica: desde el hombre de negocios que no puede dejar de lado su trabajo, que lo persigue hasta la misma playa; hasta el matrimonio mayor que caminan separados por un par de metros y no tienen nada que decirse. También está el militar retirado, añorando sus días de gloria y otros veraneantes que, en realidad, parecen comportarse como en cualquier otro día del año. La crítica, eso sí, es amable, pero incisiva en las debilidades y banalidades de la condición humana. Por mucho que viajemos, que cambiemos de ambiente, nunca podremos dejar de ser lo que somos.
Las vacaciones del señor Hulot es un film intemporal, como el buen humor, cuidado, inteligente, sencillo y hasta casi entrañable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario