El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 30 de junio de 2024

La última bala



Dirección: James Neilson.

Guión: Borden Chase (Novela: Norman A. Fox).

Música: Dimitri Tiomkin.

Fotografía: William Daniels.

Reparto: James Stewart, Audie Murphy, Dan Duryea, Dianne Foster, Elaine Stewart, Brandon deWilde, Jay C. Flippen, Herbert Anderson, Robert J. Wilke, Hugh Beaumont, Jack Elam, Tommy Cook. 

Los trabajadores del ferrocarril llevan tiempo sin recibir la paga, robada en tres ocasiones por la banda de Whitey Harbin (Dan Duryea), por lo que el responsable de la compañía (Jay C. Flippen) decide recurrir a Grant McLaine (James Stewart), un antiguo empleado, para que lleve el dinero de la paga esta vez.

James Stewart destacó en todos los géneros en los que trabajó. Aunque en el comienzo de su carrera, el actor se especializó en comedias, tras la Segunda Guerra Mundial dio el salto al western, dejándonos algunos títulos memorables, destacando su colaboración con Anthony Mann. Precisamente, este era el director que debía rodar La última bala (1957), pero finalmente no pudo ser así y fue James Neilson, un director sin grandes títulos, el que dirigió el proyecto, lo que puede justificar la escasa fuerza de la cinta, aunque un guión algo extraño tampoco ayuda demasiado.

Y no es que Borden Chase fuera un recién llegado, pues poseía una amplia trayectoria en Hollywood con muy buenos trabajos, por ello quizá el problema resida en el libro de Norman A. Fox que sirve de base al proyecto. Libro que plantea un enfrentamiento entre dos hermanos, cada uno a un lado de la ley, con un enfoque bastante simplista, al menos en la cinta, y un sustrato moralista que a día de hoy resulta muy poco convincente.

Incluso algunos momentos, como el forzar que las dos protagonistas femeninas estén presentes en la guarida de los forajidos de un modo demasiado artificial, llegan a resultar un tanto rocambolescos, dejando patente que el argumento no transcurre con la normalidad necesaria, dando la impresión de ser algo artificioso. 

Lo que sí que debemos apuntar al debe del director es la torpeza que demuestra en el enfrentamiento final entre Grant y la banda de Harbin, que debería ser la secuencia clave de la cinta pero se resuelve de un modo bastante gris y sin la garra deseable.

El problema de La última bala también es la escasa profundidad de los personajes, a pesar de que ya estamos en una etapa tardía del western en la que la parte psicológica iba cogiendo cada vez más relevancia. Pero en la película, los personajes están retratados de manera muy concisa, sin aristas, sin tomarse el tiempo de definirlos con más profundidad, de manera que no terminan de parecer personas de carne y hueso, sino más bien un cúmulo de tópicos, en especial los personajes secundarios, como Harbin o El chico de Utica, interpretado por Audie Murphy, el soldado norteamericano más condecorado de la Segunda Guerra Mundial pero decididamente un pobre actor, con un aire de cartón piedra a lo largo de toda la cinta.

Por lo tanto, de La última bala tan solo destacaría la presencia de James Stewart, siempre convincente. Salvo eso, estamos ante un western menor un tanto simple y no del todo correctamente aprovechado.

viernes, 21 de junio de 2024

Obsesión



Dirección: Paul McGuigan.

Guión: Brandon Boyce.

Música: Cliff Martinez.

Fotografía: Peter Sova.

Reparto: Josh Hartnett, Rose Byrne, Matthew Lillard, Diane Kruger, Christopher Cousins, Jessica Paré, Vlasta Vrana, Amy Sobol.

Cuando Matthew (Josh Hartnett) ve a Lisa (Diane Kruger) siente un flechazo instantáneo y busca la manera de conocerla. Lisa, finalmente, también se enamora de Matthew, pero un día desaparece sin decir nada.

Obsesión (2004) es un remake del film francés de 1996 Flash-back (El apartamento), escrito y dirigido por Gilles Mimouni, donde se mezclaban el suspense, el thriller y el romance, algo que Paul McGuigan sigue también es esta versión. No puedo opinar del film francés, que no he visto, pero el resultado que obtenemos en Obsesión me pareció un tanto fallido. 

Para empezar, el relato se estructura en un desarrollo no lineal, con abundantes saltos en el tiempo que, desde mi manera de ver, no ayudan demasiado a que nos impliquemos en la historia. En cierto sentido, esta manera de contar la historia nos puede recordar a Rashomon (Akira Kurosawa, 1950), salvando las distancias, pues vemos diferentes momentos de los acontecimientos vistos desde el punto de vista de varios personajes.

Es evidente que esta manera de abordar el relato está motivada sobre todo para potenciar el suspense y mantenernos expectantes, sin que podamos anticipar lo que puede suceder. Incluso no sabemos si el juego de Alex (Rose Byrne), enamorada de Matthew, se debe a una obsesión enfermiza o a un amor sincero. Por lo tanto, durante toda la película nos movemos entre las sombras y ello es verdad que aporta una dosis de intriga que mantiene en pie el relato y nuestro interés, pero perjudica el que podamos disfrutar plenamente de la historia. 

Como decía Alfred Hitchcock, es mejor que el espectador sea consciente de lo que sucede que mantenerlo ignorante, pues si conoce la historia, la vive durante todo el metraje pero, manteniéndolo en la oscuridad, como aquí, tan solo disfrutamos verdaderamente en el momento de la sorpresa final, cuando se muestran las cartas al fin.

Está claro que la idea no era construir un film exclusivamente romántico, de ahí el misterio que envuelve a la historia y a los personajes, pero eso precisamente convierte Obsesión en algo sin fuerza dramática, sin la pasión que podría contagiarnos de conocer mejor a los personajes y lo que sienten. El mejor momento de la la película, desde mi punto de vista, es cuando Alex al fin se sincera con Mathew y comprendemos su amor imposible, su desesperación y su dolor. Podríamos haber disfrutado de un film maravilloso si el guión se hubiera decantado por esta vertiente personal, por mostrarnos el amor idealizado, el flechazo no correspondido en lugar de jugar a un misterio que, una vez resuelto, sabe a muy poco y nos deja con la sensación de que Obsesión es un film que no ha encontrado su norte, su esencia, su razón de ser.

El final, muy convencional y que tampoco renuncia a alargar la incertidumbre de manera algo forzada, resulta gratificante si somos de los que queremos terminar con buen sabor de boca, pero no compensa un enfoque equivocado.

Para aquellos que valoren más la intriga sobre el romance, tal vez Obsesión les resulte estimulante, pero para mí, esta mezcla de géneros no terminó de funcionar.

miércoles, 19 de junio de 2024

El protector



Dirección: Gary Fleder. 

Guión: Sylvester Stallone (Novela: Chuck Logan).

Música: Mark Isham.

Fotografía: Theo Van de Sande.

Reparto: Jason Statham, James Franco, Winona Ryder, Kate Bosworth, Izabela Vidovic, Marcus Hester, Austin Craig, Frank Grillo, Rachelle Lefevre, Chuck Zito. 

Phil Broker (Jason Statham) deja su trabajo en la DEA y se instala en un pequeño pueblo con su hija Maddy (Izabela Vidovic) para comenzar desde cero una nueva vida. Pero pronto empezará a tener problemas con algunos vecinos.

Quizá lo que más llama la atención de entrada en El protector (2013) es el guión escrito por Sylvester Stallone, que demuestra que lo suyo no es precisamente la originalidad. Y es que Stallone nos ofrece un argumento que se mueve en los caminos más trillados y menos sugerentes del cine de acción, ofreciendo un repertorio de temas y momentos muy vistos que no aportan nada excesivamente estimulante.

Lo peor, sin duda, la relación padre-hija de los protagonistas, donde se cae sin disimulo alguno en un enfoque cursi e idealizado de postal, con la pareja montando a caballo y teniendo conversaciones bastante absurdas. Está claro que Stallone carece de imaginación y sutileza para ofrecernos algo más inteligente.

En la parte de acción la historia, al menos la película cobra algo más de entereza. Las peleas están coreografiadas con acierto, aunque no son tampoco algo excepcional; pero es verdad que al menos en esos momentos nos olvidamos de la simplicidad de la historia y podemos dejarnos llevar por la acción pura y dura. Es verdad que en este tipo de películas el desenlace está más o menos telegrafiado desde el principio, pero hay algunos momentos en el mismo de cierta tensión y espectacularidad, que es al fin y al cabo lo que esperamos de una propuesta como esta. Eso sí, tampoco debemos esperarlo milagros.

Ayuda y mucho el contar con Jason Statham en el papel principal. Su rol lo hemos visto ya en muchas películas, pero aún así no deja de resultar un actor muy válido para este tipo de papeles de tipo duro y experto luchador. Es sin duda el mayor acierto de El protector, junto con la presencia de unos secundarios bastante atinados, como James Franco, Winona Ryder y una inquietante y atractiva Kate Bosworth.

Se agradece también que los malos de turno no caigan en el prototipo del psicópata, tan habitual en muchas películas de corte parecido, sino que resultan hasta cercanos y comprensibles en sus motivaciones. Al menos aquí, Stallone no cayó en el tópico fácil y curiosamente tampoco nos ofrece el esperado romance del protagonista. Se insinúa, pero sorprendentemente se queda en nada ya que el argumento, no sé si acertadamente o no, opta abiertamente por centrarse en la intriga y la acción, dejando de lado otras derivaciones. 

El protector es un film de acción bastante modesto en sus resultados. Puede servir de entretenimiento sin pretensiones siempre que no le pidamos mucho más de lo que tiene.

lunes, 17 de junio de 2024

Skyfall



Dirección: Sam Mendes.

Guión: Neal Purvis, Robert Wade y John Logan (Personaje: Ian Fleming).

Música: Thomas Newman.

Fotografía: Roger Deakins.

Reparto: Daniel Craig, Judi Dench, Javier Bardem, Ralph Fiennes, Naomie Harris, Bérénice Lim Marlohe, Albert Finney, Ben Whishaw, Rory Kinnear, Ola Rapace. 

Un disco duro con información crucial sobre agentes infiltrados en organizaciones terroristas ha sido robado. Cuando Bond (Daniel Craig) intenta recuperarlo, recibe un disparo amigo (Naomie Harris) y es dado por muerto.

Tercera de la serie de películas protagonizadas por Daniel Craig, Skyfall (2012) tiene varias peculiaridades: es la película número 23 de la saga de 007 y coincide en el tiempo con el 50 aniversario de la misma; supone la reaparición de los personajes de Q (Ben Whishaw) y Moneypenny (Naomie Harris), que en las dos primeras películas interpretadas por Craig no habían aparecido y además es la última aparición de Judi Dench como M, a la que reemplaza en el cargo al final de este film Ralph Fiennes.

Curiosidades y datos aparte, Skyfall tenía la misión de recuperar el buen nivel de la saga, algo perdido con la anterior película, Quantum of Solace (2008). Si lo consigue o no será cuestión de cada uno, de lo que valore y cómo aprecie los cambios en la saga con la aparición de Daniel Craig y el intento de modernizar y darle un tono más serio a las aventuras de Bond.

Desde mi punto de vista, Skyfall es una de las entregas donde más destaca la fotografía y donde se buscan unos valores estéticos evidentes que creo que se consiguen, con algunas escenas realmente hermosas.

A nivel argumental, sin embargo, la película demuestra es escaso rigor de un guión que no persigue la verosimilitud, sino el espectáculo a toda costa. Con ello se está desvirtuando el intento de darle más profundidad y seriedad a la saga pues, si bien los argumentos nunca fueron muy estrictos y convincentes, al menos en la etapa anterior a Craig el tono paródico y de mero entretenimiento justificaba de alguna manera las licencias argumentales. Pero en Skyfall, que pretende ser un film más dramático, el convertir el argumento en algo azaroso y con cierto sentimentalismo un tanto burdo no le hacen un gran favor. Además, personalmente creo que la serie de James Bond tenía todo su sentido en sus tópicos, chistes fáciles y la seguridad y encanto del personaje de 007. Cambiar esos parámetros nos lleva a algo diferente que, conservando la esencia inverosímil de la serie, pretende darle una profundidad que no siempre se consigue y no considero del todo justificada. James Bond es, en su esencia, acción, romance, glamour y ligereza. O al menos así lo entiendo yo y los intentos de darle más peso específico no consiguen convencerme del todo.

Skyfall además es un film excesivamente lento. Las escenas de acción son muy escasas (una al principio, otra menor en el medio y la típica del desenlace) y tampoco ofrecen una brillantez elogiable. Están muy bien filmadas, por supuesto, algo que ya no sorprende en absoluto, pero no destacan ni por intensidad ni por novedad. Están ahí, cumplen su cometido, pero se echa de menos más originalidad y mayor número.

Al contrario que lo habitual, la trama no tiene un malvado que aspira a dominar el mundo o hacerse millonario, sino que es un tema de venganza personal donde el papel de M (Judi Dench) no sale muy bien parado, creando serias dudas sobre su ética y lo acertado de sus decisiones, lo que parece que es una especie de justificación moral de su destino. 

A nivel de actores, destacar de nuevo la solvencia de Daniel Craig como 007. Me parece que su elección es todo un acierto y recupera el peso específico de James Bond a niveles que me atrevería a comparar con Sean Connery. También la elección de Javier Bardem como el villano de turno es todo un acierto, dándole a su personaje un punto de locura e imprevisibilidad muy convincentes. 

Lo que pierde Skyfall es la parte más sugerente de la saga, con un papel muy secundario de la chica Bond, en este caso una hermosa Bérénice Lim Marlohe, bastante secundaria en la intriga.

Hay pequeñas alusiones aquí y allá a otros títulos de la saga, imagino que como homenaje por sus 50 años, pero en líneas generales, Skyfall se queda lejos de poder ser considerada una de las mejores entregas, al menos desde mi punto de vista. Resulta un film entretenido, sin duda, pero sin la intensidad que se podría esperar. Reúne todos los elementos que esperamos encontrar en una película de James Bond, pero no tienen la garra, la intensidad y la eficacia de las entregas más logradas.

jueves, 13 de junio de 2024

Comando



Dirección: Mark L. Lester.

Guión: Steven E. de Souza.

Música: James Horner.

Fotografía: Matthew F. Leonetti.

Reparto: Arnold Schwarzenegger, Rae Dawn Chong, Dan Hedaya, Vernon Wells, James Olson, David Patrick Kelly, Alyssa Milano, Bill Duke, Drew Snyder, Sharon Wyatt.

Cuando estaba en activo, el mayor Matrix (Arnold Schwarzenegger) ayudó a deponer a Arius (Dan Hedaya), un dictador de un país sudamericano. Ahora, Arius ha secuestrado a la hija de Matrix (Alyssa Milano) para obligar a este a devolverle a su cargo.

La carrera de Arnold Schwarzenegger es un tanto desigual, a algunas películas de cierto mérito le suceden otras bastante desafortunadas o sencillamente mediocres. Comando (1985) podría tener el dudoso honor de figurar en cabeza de las peores.

Es evidente que el único propósito de la cinta es servir para el lucimiento del protagonista en peleas y en el uso de todo tipo de armas. La manera en que Matrix es presentado, mostrando sus músculos mientras transporta un pesado tronco, nos indica sin duda por dónde van a ir los tiros.

Pero que una película se oriente descaradamente hacia la acción no impide que se cuide un poco el argumento. De hecho, tenemos muchos ejemplos de grandes películas de acción cuya eficacia se asienta en la historia y los personajes. En Comando no hay absolutamente nada reseñable en cuanto al guión. Pocas veces hemos visto, salvo en películas de muy bajo presupuesto, una historia más plana, cargada de tópicos y rozando lo absurdo. Es todo tan básico y tan pobre que es imposible tomarse en serio nada de lo que ocurre. La historia va de absurdo en absurdo y solamente las escenas de acción, medianamente logradas, evitan el ridículo absoluto.

Para empezar, la relación de Matrix y su hija, muy resumida para no dilatar la entrada en materia, se presenta de un modo tan cursi y estereotipado que cuesta creer lo que estamos viendo, con escenas idílicas como la del cervatillo que sonrojan a cualquiera.

Pero la historia de secuestrar a la hija para que Matrix colabore con los villanos en un plan descabellado es sin duda lo peor, pues es la base de toda la cinta y con esa premisa todo lo que viene después resulta forzado e idiota. Si además añadimos unos malos de pacotilla, casi caricaturas de sí mismos, y la forzada y absurda inclusión de Cindy (Rae Dawn Chong) en la intriga, el resultado es algo indigno de cualquier film medianamente serio.

Marc L. Lester parece tener cierto oficio con las escenas de acción, aunque tampoco hay que esperar nada sorprendente, solo muchas explosiones, muertes en cadena y alguna pelea que otra más o menos intensa, pero sin salirse de un planteamiento bastante típico y sin sorpresas. Pero como director de actores es malísimo. Ningún actor resulta medianamente convincente y mucho menos Schwarzenegger. Es evidente que está ahí por otras cualidades diferentes, pero su torpeza, incluso en algunas escenas de acción, resulta lamentable.

Comando pretendía ser la exaltación de una especie de super hombre (si Nietzsche levantara la cabeza), creando un nuevo Rambo; afortunadamente, la película no tuvo ninguna secuela, gracias a que Schwarzenegger se negó a seguir encarnado a John Matrix. Y eso es lo único bueno que se me ocurre decir de esta cinta.

sábado, 8 de junio de 2024

La joven de la perla



Dirección: Peter Webber.

Guión: Olivia Hetreed (Novela: Tracy Chevalier).

Música: Alexandre Desplat.

Fotografía: Eduardo Serra.

Reparto: Colin Firth, Scarlett Johansson, Tom Wilkinson, Judy Parfitt, Cillian Murphy, Essie Davis, Joanna Scanlan, Alakina Mann.  

Delft, Holanda, siglo XVII. La joven Griet (Scarlett Johansson), ante la precaria situación familiar, es enviada a trabajar como sirvienta a casa del pintor Johannes Vermeer (Colin Firth).

La idea que obtengo tras ver La joven de la perla (2003) es la de alguien que, fascinado por la indudable belleza del cuadro de Vermeer, se decide a crear una historia alrededor del mismo. No hay ninguna certeza de que lo narrado se acerque a la realidad, sin embargo, poco importa. Lo importante es ver cómo una idea intenta fructificar con un resultado tremendamente pobre que denota una falta absoluta de imaginación y de pasión.

Porque La joven de la perla transcurre de manera completamente plana, con un comienzo parco en acontecimientos, solamente vemos las tareas domésticas que debe acometer Griet, que no anuncia nada bueno. Y lamentablemente eso se comprueba conforme avanza la historia y llegamos a los momentos más cruciales de la misma y seguimos con ese tono carente de intensidad donde solamente con el recurso de la banda sonora se intenta trasmitir algo de fuerza a una imágenes tan frías como los propios protagonistas. De Griet se puede entender su parquedad en palabras y su timidez, pues es demasiado joven y su puesto es el de una criada. Pero el personaje de Vermeer resulta realmente patético por su falta de definición y su comportamiento entre incomprensible, pasivo y errático.

Nada mejor podemos decir de unos personajes secundarios que se quedan en la más absoluta penumbra, con lo que sus acciones siempre parecen caprichosas y sorprendentes. Es como si el guión se hubiera limitado a grandes brochazos, incapaz de definir a dónde quería ir o qué deseaba mostrarnos. De ese modo, todo es banal, superficial, sin alma y sin sentido, de manera que pasamos por la vida de la joven protagonista sin emocionarnos ni un solo instante, sin vivir ni un momento de pasión, de vida.

Solamente en la reconstrucción de la época encontramos algo de interés. Sin embargo, me parece que es algo carente de mérito y que basar la fuerza de una película solamente en la cuidada puesta en escena, la fotografía y los paisajes resulta tan superficial como intrascendente. 

Y otro detalle: es habitual que en los films de época, donde se presume de una buena recreación de lugares y costumbres, el director caiga en la tentación de potenciar los planos en que se "presume" de la ambientación y el resultado me suele parecer siempre forzado; como en aquellos films de antaño, cutres en general, en que si se hablaba de una ciudad se nos ofrecía irremediablemente un conjunto de postales de la misma, a modo de torpe recorrido turístico. Sin llegar a esos extremos, es verdad que La joven de la perla cae en ese defecto: el decorado pasa de ser eso a buscar un protagonismo que debería recaer en la historia y los personajes.

Y un apunte más: Griet es analfabeta, pero en esta época en que hay que exaltar a la mujer como sea, se le dota de una sensibilidad artística que no resulta muy creíble, llegando incluso a modificar una composición de un cuadro de Vermeer corrigiendo un error del pintor. Absolutamente demencial.

Tal vez por albergar expectativas mayores por las críticas recibidas por la película, mi decepción es mayor de lo que realmente debería ser. Pero no cabe duda de que La joven de la perla es una película vacía, con una premisa curiosa que el guión no ha sabido llenar de vida, dejándonos un relato sin alma. Me aburrió terriblemente.

jueves, 6 de junio de 2024

Lucy



Dirección: Luc Besson.

Guión: Luc Besson.

Música: Eric Serra.

Fotografía: Thierry Arbogast.

Reparto: Scarlett Johansson, Morgan Freeman, Choi Min-Sik, Amr Waked, Pilou Asbæk, Lio Tipton, Nicolas Phongpheth, Analeigh Tipton. 

La joven Lucy (Scarlett Johansson) se ve obligada a transportar una nueva y potente droga que le ha sido introducida en el abdomen. Un accidente hace que la bolsa que contiene la droga se rompa, esparciéndose una parte de la misma por su cuerpo.

Lucy (2014) juega la baza de los films de venganza y acción mezclándolos con la ciencia-ficción. El intento es original, sin duda, pero el gran problema de la cinta es que no termina de convencernos en ninguna de sus dos facetas.

Para empezar, el intento de reflexionar sobre la vida y el desarrollo de la capacidad cerebral de los humanos nunca consigue convertirse en algo convincente y ese lastre pesa demasiado porque el argumento gira precisamente sobre el poder del cerebro y sus capacidades sin explotar, y además Luc Besson no se limita a plantear una posibilidad, sino que intenta darle una base científica, esforzándose por hacer creíble una mera tontería más pretenciosa que otra cosa. 

Además, al intentar llevar su planteamiento a las últimas consecuencias crea unas situaciones que van cayendo constantemente en lo inverosímil, con una Scarlett Johansson evolucionando hacia una especie de super mujer que jamás terminamos de creernos. Y si la base sobre la que Besson asienta su discurso resulta increíble, el espectador permanece ajeno a sus delirios incapaz de participar de sus juegos de fantasía, que terminan por provocar más la risa o el hastío que algo de emoción.

Pero a ello debemos añadir que la parte de acción tampoco funciona como debería. Al principio, la cosa parece prometer, con un diseño aterrador de los malos y algunos momentos de violencia con cierta fuerza. Pero luego, convertida Lucy en una mujer con super poderes, la emoción de sus escasos enfrentamientos con los villanos cae en picado, sabiendo que no podrán tocarle ni un solo cabello.

Ni siquiera contar con Morgan Freeman, con un rol bastante secundario y metido un poco con calzador en la historia, ayuda a soportar un relato que tras los primeros diez minutos empieza a mostrar sus carencias y que se tolera por la intriga de ver a dónde llevará Luc Besson su discurso, cómo rematará una película tan fantástica. Y tampoco el final resulta especialmente logrado. Basta decir que en ningún momento del mismo sentí la más mínima emoción, ni por lo narrado ni por la suerte de Lucy y mucho menos por las teorías sobre el tiempo, la evolución y el futuro.

Así pues, un mero pasatiempo un tanto fallido. No podría decir cómo lo vivirá alguien que se crea en serio el argumento, o al menos logre implicarse con el discurso, pero pienso que, como película, Lucy se queda en muy poca cosa. Lo mejor es que no es muy larga.

sábado, 1 de junio de 2024

Pequeño gran hombre



Dirección: Arthur Penn.

Guión: Calder Willingham (Novela: Thomas Berger).

Música: John Hammond.

Fotografía: Harry Stradling.

Reparto: Dustin Hoffman, Faye Dunaway, Martin Balsam, Richard Mulligan, Chief Dan George, Jeff Corey, Amy Eccles, Kelly Jean Peters, Carol Androsky, Robert Little Star, Cal Bellini, William Hickey.

A sus 121 años, Jack Crabb (Dustin Hoffman) le cuenta a un historiador (William Hickey) la historia de su vida.

Pequeño gran hombre (1970) es un western tardío, pasada ya su gran época clásica inaugurada por John Ford con La diligencia (1939). Pertenece a esa nueva generación de películas del oeste que pretendían revisar las bases del período clásico y ofrecer una imagen renovadora del género. Las intenciones de esta renovación eran admirables, pero los resultados no siempre acompañaban y Pequeño gran hombre es un buen ejemplo de ello.

Arthur Penn pretende, sobre todo, desmitificar la historia más difundida de la conquista del Oeste, sus figuras míticas y las luchas contra los indios. El mejor ejemplo de este nuevo enfoque lo tenemos en el personaje protagonista, que no termina de hacer nada bien y resulta muchas veces realmente patético, ofreciéndonos una figura totalmente opuesta al héroe de los westerns clásicos. Solamente la visión del pueblo Cheyenne, de su amor a la tierra y su nobleza, sin evitar la presencia de algunos indios un tanto peculiares, resulta menos caricaturesca y es la parte más conseguida de la historia.

La película ya nos advierte de su extrañeza con la presentación de Jack Crabb como un anciano de 121 años. Es la primera muestra de una historia que, sobre todo en su primera mitad, pero no exclusivamente, abusa de la parodia y la caricatura, creando un universo de personajes excesivamente singulares y excéntricos que restan credibilidad a lo narrado. Cuesta mucho tomarse en serio y participar de un relato orientado tan abiertamente a la parodia. De ahí la sorpresa cuando de pronto Arthur Penn decide ponerse dramático y nos ofrece la secuencia más estremecedora y dolorosa de la película: el ataque por sorpresa de la caballería de Custer (Richard Mulligan) al poblado Cheyenne masacrando a hombres, mujeres y niños indefensos, en una muestra de brutalidad tal que nos sacude las entrañas. Lástima que toda la historia no esté enfocada de esta manera, pues estaríamos hablando de un film totalmente diferente, mucho más rico y más eficaz a mi modo de entender.

Porque el enfoque principal hacia la parodia me resulta algo infantil, incluso surrealista en algunos momentos, y no terminó de convencerme. Incluso la excesiva duración de la cinta tampoco creo que le ayude mucho, pues hay pasajes totalmente intrascendentes y la idea de repetir los encuentros de Jack con viejos conocidos termina por resultar algo forzada.

Eso sí, debemos alegrarnos de contar con Dustin Hoffman en el papel principal y sobre todo de la figura de Viejo Guardapellejos (Chief Dan George), el abuelo adoptivo de Jack, que es el personaje más profundo e interesante del relato, autor de los mejores momentos y las mejores frases. Lástima que sea un pequeño destello en medio del resto de seres demasiado caricaturescos, como el engreído y estúpido general Custer, a los que cuesta tener en cierta consideración y que debilitan en gran medida el notorio afán desmitificador, pues ridiculizar demasiado al adversario termina por crear serias dudas sobre la verdad de lo relatado.

Definitivamente, un western no demasiado logrado, muy curioso, es cierto, pero donde se pierde la grandeza de los viejos westerns a cambio de pocas cosas verdaderamente interesantes.