El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 17 de septiembre de 2024

Gentleman Jim



Dirección: Raoul Walsh.

Guión: Vincent Lawrence y Horace McCoy (Autobiografía: James J. Corbett).

Música: H. Roemheld.

Fotografía: Sid Hickox (B&W).

Reparto: Errol Flynn, Alexis Smith, Jack Carson, Alan Hale, John Loder, William Frawley, Minor Watson, Ward Bond, Madeleine Lebeau, Rhys Williams, Arthur Shields, Dorothy Vaughan.

James J. Corbett (Errol Flynn) es un modesto empleado de banco, aunque aspira a mucho más. Cuando descubre sus habilidades para el boxeo, no duda en labrarse un futuro en el ring.

Gentleman Jim (1942) es una comedia que escenifica la vida de James J. Corbet, primer campeón mundial de los pesos pesados en 1892 tras la entrada en vigor de las reglas del marqués de Queensberry. Y como en casi todas las películas biográficas, salvo contadas excepciones, parece que la realidad termina por imponerse, coartando o limitando la inventiva y dejando un film que pierde intensidad en favor de un relato más o menos detallado de la vida de Corbett en este caso. 

Sin duda, el mayor acierto de la cinta es contar con el maravilloso Errol Flynn para dar vida al protagonista. A pesar de que en principio no parece el actor más apropiado para encarnar a un peso pesado, el carisma y la energía que desprendía Flynn en esos años, en la cima de su carrera, lo convierten en la estrella de la película.

Walsh elige un enfoque de comedia que nos muestra un mundo bastante idealizado donde todo parece posible para el orgulloso, ambicioso y carismático protagonista. Corbett, a pesar de su arrogancia, es un hombre tan jovial, amable y decidido que cae automáticamente bien, algo que quizá solo Errol Flynn podía conseguir con tan pasmosa facilidad.

No estamos por lo tanto en una cinta con pretensiones históricas, solo un divertimiento orquestado con agilidad donde todos los personajes terminan resultando entrañables. Es, por lo tanto, un mundo fantástico el que se muestra, donde ni siquiera la policía es capaz de asustar y donde todos pagan alegremente sus deudas de juego. No hay maldad, de ahí que Gentleman Jim se acerque más a un cuento bienintencionado que a algo real.

Pero es que la idea, además de ofrecer un retrato idealizado del protagonista, es entretener a base de situaciones amables y detalles cómicos que, es cierto, parecen hoy en día algo teatrales de más, incluso infantiles, pero que eran la norma en muchas comedias de la época. Falta sutileza, es cierto, incluso Walsh alarga demasiado algunos combates con detalles que se repiten con poca originalidad, como las reacciones de los familiares de Corbett. De ahí que la cinta tenga pequeños bajones que le impiden alcanzar cotas más altas.

Y en ello también tiene mucho que ver, desde mi punto de vista, el dejar un tanto de lado el romance entre Corbett y Victoria Ware (Alexis Smith), pues es un tema que daba para mucho más del partido que finalmente se obtiene de su relación, aparcada hasta el mismísimo final donde, precipitadamente, se resuelve el forzado conflicto que parecía existir entre ambos.

A pesar de sus defectos, Gentleman Jim se deja ver con agrado, especialmente para los admiradores del genuino Flynn, un actor con un carisma que eclipsaba a todos cuantos le rodeaban.

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