El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 15 de octubre de 2024

Cuenta atrás



Dirección: Fred Cavayé.

Guión: Fred Cavayé y Guillaume Lemans.

Música: Klaus Badelt.

Fotografía: Alain Duplantier.

Reparto: Gilles Lellouche, Roschdy Zem, Gérard Lanvin, Elena Anaya, Mireille Perrier, Claire Perot, Moussa Maaskri, Pierre Benoist.

Un hombre (Roschdy Zem) escapa herido de dos tipos que quieren matarlo. De pronto, una moto lo enviste y acaba malherido en el hospital. Este hecho fortuito sin embargo cambiará la vida de Samuel Pierret (Gilles Lellouche), que asiste atónito al secuestro de su esposa embarazada (Elena Anaya).

Fred Cavayé había debutado en el largometraje con Cruzando el límite (2008), un thriller bastante resultón, de ahí que no sorprenda que su segunda película, Cuenta atrás (2010), repita la fórmula.

En esta ocasión, un hombre inocente se ve involucrado en una compleja trama con asesinos a sueldo y policías corruptos mientras intenta salvar a su esposa embarazada, secuestrada para forzarlo a colaborar con los malos de turno.

El planteamiento de Cuenta atrás, a pesar de que el guión puede parecer algo enrevesado, es interesante, como siempre que un hombre inocente ve peligrar su vida, algo que hace que enseguida empaticemos con él. El problema de la cinta sin embargo es que no logra salvar su aroma a film de serie B ni la simplicidad excesiva del guión.

Empezando por la historia, Cuenta atrás está reducida a la mínima expresión a nivel argumental, creando una trama curiosa que, a pesar de todo, cuesta mucho tomar con seriedad. Todo parece demasiado peliculero, con lo que no terminamos de creérnosla, además de dejar de lado cualquier intento de profundización, ni en los acontecimientos ni en los personajes. Todo la trama está ahí para servir de base a una serie de escenas de acción filmadas sin ninguna genialidad, de manera algo mecánica, y dar pie a momentos de un dramatismo exagerado apoyándose en el peligro que corren Samuel y su esposa.

La forzada complicidad de Samuel con Hugo (Roschdy Zem), uno de los villanos de turno, podría haber sido explotada también de manera más eficaz, pero de nuevo vemos que el guión no parece preocuparse demasiado por los detalles y se limita a grandes brochazos, sin más.

El aroma a serie B me pareció bastante evidente en el tema de los actores elegidos, empezando por un Gilles Lellouche sobreactuado y unos secundarios bastante patéticos en su trabajo, resultando todo muy forzado y sin convicción. 

Tampoco la puesta es escena resulta memorable, dejando la impresión de un trabajo realizado de manera bastante automática, con los elementos que uno sabe que va a encontrar, pero sin nada que eleve la propuesta de un nivel bastante mediocre.

Lo más llamativo de todo es que con la abundancia de escenas de acción y los peligros constantes a que ve sometido el protagonista, nada en Cuenta atrás nos lleva a vibrar con la historia o a sentir miedo por las desventuras de los protagonistas. Con eso, creo que está dicho casi todo.

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