El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Watchmen



Dirección: Zack Snyder.
Guión: Alex Tse, David Hayter (Comic de Alan Moore y Dave Gibbons).
Música: Tyler Bates.
Fotografía: Larry Fong.
Reparto: Jackie Earle Haley, Malin Akerman, Billy Crudup, Matthew Goode, Jeffrey Dean Morgan, Patrick Wilson, Carla Gugino, Matt Frewer, Stephen McHattie.

Mediados de los años ochenta del siglo XX: la tensión entre Estados Unidos y la URRS está llegando a un punto máximo, con el riesgo inminente de una guerra nuclear. Solo un miembro de la denostada liga de superhéroes de antaño, el Doctor Manhattan (Billy Crudup), parece poder garantizar una frágil paz. En medio de esa tensión política, "El Comediante" (Jeffrey Dean Morgan), otro miembro retirado de la liga, es asesinado.

Hija de una serie del mundo del cómic de gran reputación, Watchmen (2009) es la tan esperada adaptación al cine de la misma, dentro de ese filón que parece haber encontrado Hollywood llevando a las pantallas cualquier argumento y personaje de los cómics, con unas rentabilidades que parecen augurar que tendremos cómics filmados para un buen rato.

Sinceramente, no soy un seguidor del mundo del cómic adulto y, por lo tanto, me considero libre de prejuicios y fanatismos que pudieran condicionarme a la hora de valorar esta película. No se si es bueno o malo, pero así es.

Lo primero que llama la atención de Watchmen es que se trata de un film decididamente negro, duro, denso... y pretencioso. No estamos ante un producto más o menos ligero, destinado a todos los públicos, como podrían ser algunas adaptaciones del personaje de Spiderman o Superman. Tanto la trama como, sobre todo, los personajes, nos enfrentan a una historia cargada de violencia, de perdedores, gente amargada y alguna reflexión más o menos sesuda sobre la naturaleza humana, la vida, el futuro de la humanidad o la existencia misma de Dios. De todos modos, tampoco es para echar las campanas al vuelo: se trata de crear un ambiente lúgubre, un mundo casi apocalíptico, cargado de pesimismo y adornado con algunas frases ampulosas y rotundas que quedan bien como discurso peliculero, pero poco más. En todo caso, el guión está muy cuidado, al igual que la puesta en escena y la ambientación, en un trabajo costoso y ambicioso. No se trata del típico producto de aventuras para consumo de masas sin más.

La historia en sí es bastante sencilla: ante la muerte de un superhéroe retirado, uno de sus compañeros  tiene la sospecha de que puede tratarse de una especie de venganza dirigida contra todos ellos y decide prevenir al resto e iniciar las pesquisas para descubrir quién puede estar detrás de ello. A partir de ahí, el guión se extiende en múltiples flash-backs que nos van contando la historia de cada uno de los superhéroes, todos ellos con un pasado complicado y un presente decepcionante, en línea con el pesimismo que empapa la historia.

A nivel visual, la película tiene una cuidada fotografía y una estética que recuerda a veces a Blade  Runner (Ridley Scott, 1982), en especial en los tonos oscuros y la constante lluvia. Algunas escenas, como la de los títulos de crédito, están realmente logradas. También la banda sonora, con temas de los sesenta (Bob Dylan, Simon & Garfunkel) merece especial mención. Punto y aparte son los efectos especiales, algunos espectaculares, aunque hoy en día uno empieza a esperarse cualquier cosa y a valorarlo en su justa medida.

A pesar del cuidado de todos los elementos de la película, no puedo dejar de notar ciertos detalles que no terminan de convencerme. Uno de ellos es que, como a veces pasa con adaptaciones de obras de teatro llevadas al cine, se nota en demasía el origen de la historia en el mundo del cómic, lo que hace que no te tomes la película en serio. Es todo demasiado aparatoso, con golpes imposibles, vehículos que desafían la física, fuerza sobrehumana e incluso detalles absurdos, como algunos superhéroes un tanto ridículos, que siempre tenía la impresión de estar ante algo ficticio, artificial, lo que te mantenía un poco distante, sin poder meterte de lleno en la trama, pues no terminas de creerte nada de lo que estás viendo. Y no es un problema sólo de que se trate de un mundo de fantasía, pues otras películas similares consiguen ser mucho más convincentes.

Otro reproche que se le puede hacer a Watchmen es su excesiva duración. Y no es que la historia que cuenta no dé para tanto metraje, solo que hay momentos en que se hace un tanto pesada, en especial cuando se pone excesivamente seria con discursos sobre la naturaleza humana un tanto cargantes. Y tampoco el final me pareció del todo convincente. Tanto la investigación en busca de la mano negra que estaba detrás de la muerte de "El Comediante" como la escena del enfrentamiento final son demasiado simples y no las considero a la altura del resto de la trama. Lo que resulta un tanto decepcionante como cierre de la historia.

A veces, la mejor valoración que puedes hacer sobre una película es cuando te preguntas si, en el futuro, te apetecería volver a verla. En mi caso, la respuesta a la pregunta es que no.

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