El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 14 de enero de 2018

Jackie Brown



Dirección: Quentin Tarantino.
Guión: Quentin Tarantino (Novela: Rum Punch de Elmore Leonard).
Música: Varios.
Fotografía: Guillermo Navarro.
Reparto: Pam Grier, Samuel L. Jackson, Robert De Niro, Robert Forster, Bridget Fonda, Michael Keaton, Michael Bowen, Chris Tucker, Lisa Gay Hamilton, Tommy "Tiny" Lister, Sid Haig, Aimee Graham.

Jackie Brown (Pam Grier), una azafata necesitada de dinero, se presta a hacer de correo para Ordell Robbie (Samuel L. Jackson), un traficante de armas. Pero nada más bajar del avión, Jackie será detenida por al policía.

Tercera película de Tarantino que, tras el éxito cosechado con Pulp Fiction (1994), sorprende a crítica y público con una película como Jackie Brown (1997), donde adapta una obra ajena y, quizá lo más reseñable, renuncia a esa violencia desatada y gratuita de Reservoir Dogs (1992) y Pulp Fiction, sin duda una de sus señas de identidad más características.

Todo ello hizo que muchos admiradores del director se sintieran algo descolocados, pues tal vez esperaban algo más en la línea de sus primeras películas, algo a lo que luego daría continuación el director con sus siguientes films.

Es por esto que Jackie Brown se considera el film menos representativo del estilo de Tarantino, si bien conserva otros rasgos característicos suyos.

Para empezar, la película cuenta con largas escenas donde predominan los diálogos, a veces tratando de temas secundarios, algo muy característico del director. Tarantino se nutre de la cultura popular y con este tipo de diálogos conecta con lo cotidiano, con el día a día del espectador. Es cierto que sus personajes son seres un tanto marginales, pero Jackie Brown tiene un aire de normalidad, algo a lo que contribuyen sin duda esos diálogos.

También está presente y mucho la música. Otro rasgo típico de Tarantino y que aquí además sirve para dar esa identidad extra al film. Si Reservoir Dogs era un film de atracos, Pulp Fiction era cine negro y luego Kill Bill se adentraría en el universo de las artes marciales, se ha dicho que Jackie Brown es un homenaje al cine blaxploitation, esa corriente de los años setenta en Estados Unidos de un cine barato destinado al público negro, donde las bandas sonoras (de música funk, por ejemplo) y la violencia eran una de sus señas de identidad. Y el hecho de contar con Pam Grier en el papel principal, actriz típica de esos films de blaxploitation, es otra prueba más de las intenciones del director.

Así que si exceptuamos una violencia mucho más residual, Jackie Brown contiene los otros elementos característicos del cine de Tarantino. Y entre otras cosas, esa rara cualidad de hacer films bastante extensos que, sin embargo, tienen la virtud de no cansar, a pesar de contar con muchos minutos en los que no parece pasar nada. Quizá aquí reside la mayor virtud que le encuentro a Tarantino, de cuyo cine no soy fan precisamente.

En Jackie Brown consigue mantener el interés gracias a dos elementos. Por un lado, un intrincado argumento de traiciones y engaños, con la protagonista en constante equilibrio entre los policías que la presionan y el traficante Ordell, que está lo suficientemente bien diseñado y desarrollado para mantener la intriga y la tensión del espectador, pues además con este director siempre podemos esperarnos cualquier sorpresa de última hora.

El segundo elemento es el estupendo reparto, empezando por la mencionada Pam Grier, que sorprende dando carácter a un personaje fuerte y a la vez asustado, capaz de conmovernos con su soledad y sus miedos. A su lado, Samuel L. Jackson, un asiduo del director, está impecable como traficante, un papel que parece que le va como anillo al dedo. Y además está el siempre genial Robert De Niro, está vez más contenido, con un rol secundario pero igualmente perfecto. Completan el elenco Michael Keaton, un actor con mucha personalidad, y un sorprendente Robert Forster, nominado merecidamente al Oscar, actor de serie B recuperado aquí por el director y que realiza un gran trabajo.

Una apreciación mía personal: el comienzo de la película, cuando se ve la llegada al aeropuerto de Jackie Brown, me pareció un homenaje a El graduado (Mike Nichols, 1967), cambiando la música de Simon & Garfunkel por música negra.

Jackie Brown, sin ser una gran película, desde mi punto de vista, resulta un film sin duda original, con un buen ritmo, en el que agradezco que el director dejara de lado la violencia desbocada de otros films y se centrara más en el retrato de unos personajes muy bien definidos y que, en realidad, son la clave de la historia.

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