El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 6 de marzo de 2024

Heavy Trip



Dirección: Jukka Vidgren y Juuso Laatio.

Guión: Jukka Vidgren, Juuso Laatio, Aleksi Puranen y Jari Olavi Rantala.

Música: Lauri Porra.

Fotografía: Harri Räty.

Reparto: Johannes Holopainen, Max Ovaska, Samuli Jaskio, Antti Heikkinen, Minka Kuustonen, Chike Ohanwe, Ville Tiihonen, Kai Lehtinen, Rune Temte, Martti Syrjä, Pirjo Lonka.

Turo (Johannes Holopainen) es el cantante de una banda de heavy metal formada con sus tres mejores amigos. Nunca han tocado en público pero ahora, tras componer su primera canción, pueden tener una gran oportunidad.

De Finlandia nos llega el debut de la pareja de directores con una comedia un poco gamberra y con ciertos toques inspirados.

Heavy Trip (2018) se centra en cuatro amigos unidos por su amor al heavy metal, si bien en el tiempo que llevan tocando nunca lo han hecho en público, no tienen ningún tema propio, ni un nombre y encima su solista tiene pánico escénico.

En realidad, Turo es un tipo al que le vencen sus miedos, no solo para salir a escena, sino para enfrentarse con los que se burlan de él y lo que es peor, para declare su amor a Miia (Mika Kuustonen).

Este comienzo de la película resulta preciso a la hora de perfilar a los personajes a la vez que la sencillez de la puesta en escena es todo un acierto y una declaración de intenciones: estamos ante un film modesto que juega sus bazas desde el guión, donde se centra para contarnos una historia divertida y un tanto surrealista y macabra. Porque poco a poco el argumento se va volviendo más imprevisible y sorprendente, con detalles que rozan lo macabro, como desenterrar al batería muerto (Antti Heikkinen), con otros detalles escatológicos, como los vómitos de Turo o el baño de sangre de reno que sufre un promotor noruego (Rune Temte). Son detalles que encajan bien en el argumento, pero que llevan el humor más tranquilo del comienzo a situaciones menos inspiradas, rozando el ridículo, como el del puesto fronterizo noruego jugando a la guerra, en una secuencia verdaderamente grotesca y muy infantil.

Es una pena, pues la historia me parecía bastante interesante sin llevarla a esos extremos. Imagino que los guionistas tenían en mente un enfoque más radical, el problema no reside en ese planteamiento, sino en la manera de llevarlo a término, pues la mayoría de las bromas más desfasadas no tienen en realidad un nivel muy elevado, cayendo en tonterías muy poco elaboradas, con lo que, conforme avanza la película, va perdiendo la frescura inicial para llevarnos a un final demasiado convencional y escasamente imaginativo.

Se echa de menos haber ahondado más en la personalidad de Turo sin caer en excesos, pues el contraste entre su afición por el heavy y su carácter tímido y miedoso habría servido para darle un aire especial al relato, en especial a su relación con Miia, que al final no consigue desarrollarse como nos hubiera gustado y se queda en muy poca cosa.

A pesar de sus defectos, creo que Heavy Trip al final tiene cierto encanto. No es una comedia sorprendente, pero funciona dentro de sus modestas pretensiones.

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