El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Primary Colors




Dirección: Mike Nichols.
Guión: Elaine May (Novela: Joe Klein).
Música: Ry Cooder.
Fotografía: Michael Ballhaus.
Reparto: John Travolta, Emma Thompson, Billy Bob Thornton, Kathy Bates, Adrian Lester, Maura Tierney, Paul Guilfoyle, Larry Hagman.

Jack Stanton (John Travolta), gobernador de un estado sureño, está inmerson en las primarias del partido demócrata para la presidencia. Apoyado por su mujer Susan (Emma Thompson) y un grupo de entusiastas seguidores, necesita un buen coordinador de campaña, y para ello contrata a Henry Burton (Adrian Lester), nieto de un famoso luchador por los derechos civiles en los años sesenta, que es un idealista que se une al gobernador convencido de que es una gran persona con grandes ideales. Pero pronto empiezan a asomar algunos pequeños detalles del pasado del gobernador, en especial un escándalo sexual que podría arruinar su carrera.

Basada en una novela escrita por un periodista político, Joe Klein, Primary Colors (Mike Nichols, 1998) es, si bien no lo menciona explícitamente, un relato de la primera campaña de Bill Clinton. La caracterización de John Travolta no deja lugar a la menor duda. Y aquí reside su interés y, al mismo tiempo, su punto débil.

El relatar unos hechos históricos sobre un presidente tremendamente mediático como lo fue Clinton, junto a la cercanía en el tiempo, le confieren un interés especial a la película. Pero al tiempo nos hacen dudar de su sinceridad y nos ponen, de entrada, en guardia sobre lo que vamos a ver en la pantalla y sus intenciones.

Hemos de aclarar que la historia es amena, está muy bien contada, aún cuando por momentos nos sintamos algo perdidos con la profusión de nombres, si bien no se llega a perder el hilo fundamental de la historia, y su desarrollo un tanto largo no llega a cansarnos. Un punto a favor de un veterano como Nichols, conocedor de su trabajo. Sin embargo, también hemos de señalar que la mayor parte de la película, hasta la última media hora, transcurre sin demasiados sobresaltos: los comienzos dubitativos, el desarrollo de la campaña, las estrategias, los primeros trapos sucios, los mítines, ... todo está presentado de manera impecable, pero fríamente. Sólo la base real de la historia nos mantiene espectantes y curiosos, en especial cuando los líos de Stanton con las mujeres empiezan a perfilarse, cuestión de morbo. Algunos comportamientos de Stanton incluso suenan a demasiado bienintencionados y dudamos de su exactitud histórica. Porque al final, más allá de las críticas o los deslices del candidato, la visión que se da de él es básicamente la de un hombre honrado con flaquezas humanas, pero nada realmente grave, y con unos ideales por los que, si debe hacer alguna pequeña trampa, los buenos fines la justificarían.

La parte final de la cinta sí que contiene algo más de emoción, cuando el joven colaborador idealista empieza a perder la fe en el gobernador, que era lo único que lo mantenía a su lado, y cuando se plantean, ahora ya de verdad, algunas críticas serias acerca de las mentiras y el juego sucio de este tipo de campañas.

Lamentablemente, al final el discurso de Stanton a Burton vuelve a intentar poner las cosas en su sitio, en el políticamente correcto, para que no nos quedemos con un sabor amargo en la boca. Y aquí de nuevo la credibilidad y la valentía de la propuesta vuelven a quedar en entredicho.

El reparto me gustó bastante. Bien Travolta, muy bien caracterizado, de manera que en algunos momentos lo llegamos a confundir con Clinton. Bien Emma Thompson, una muy buena actriz, correcto Adrian Lester y bien el resto de secundarios (Billy Bob Thornton, Maura Tierney, Larry Hagman, ...) y espectacular Kathy Bates que en cuanto hace su primera aparición ya acapara la pantalla para ella solita y no la vuelve a soltar. Más que justificada su nominación al Oscar, no tanto la nominación por el guión, que no me pareció nada del otro mundo.

En definitiva, una película muy correcta, tanto en las formas como en el fondo. Valiente si se tiene en cuenta que habla de Clinton y en algunas cosas no lo deja del todo muy bien, pero bastante comedida para lo que podría haber dado de sí, seguramente, un tema tan interesante.

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