El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 3 de enero de 2014

The Mummy (La momia)



Dirección: Stephen Sommers.

Guión: Stephen Sommers.

Música: Jerry Goldsmith.

Fotografía: Adrian Biddle.

Reparto: Brendan Fraser, Rachel Weisz, John Hannah, Arnold Vosloo, Jonathan Hyde, Kevin J. O'Connor, Oded Fehr, Erick Avari, Bernard Fox, Stephen Dunham, Corey Johnson, Tuc Watkins, Omid Djalili, Aharon Ipalé, Patricia Velasquez, Carl Chase, Mohammed Afifi.

Año 1290 a.C., en Egipto. A pesar de la prohibición del Faraón Seti I (Aharon Ipalé), el sumo sacerdote Imhotep (Arnold Vosloo) mantiene una relación amorosa con la comcubina Anck-su-Namun (Patricia Velasquez). Cuando los amantes son descubiertos, Anck-su-Namun e Imhotep asesinan a Seti. Pero la guardia del faraón ajustará cuentas con los asesinos: Anck-su-Namun se suicida antes de que la maten e Imhotep es enterrado vivo según una terrible maldición que lo condena a sufrir eternamente.

El tema de la momia que resucita ya fue tratado en el cine en el año 1932, en el film La momia de Karl Freund interpretada por el legendario Boris Karloff. Sin embargo, ese en un film de terror. La versión actual de Stephen Sommers es una película de aventuras, acercándose más al estilo de los films de Indiana Jones. Es decir, cine de palomitas a ritmo trepidante.

The Mummy (1999) no es que resulte una película especialmente original. Quizá lo que llama más la atención puede ser el tema de la mitología egípcia, base del argumento. Pero por el resto, el film se ciñe con bastante precisión a los conceptos y pautas del cine de aventuras. Tenemos por un lado a un héroe diestro con las armas, cínico, valiente y algo chulo; la chica guapa y decidida, para el inevitable romance; hay un personaje gracioso, para aligerar la tensión y servir de contrapunto a la pareja protagonista, y finalmente tenemos al malvado, en este caso la momia resucitada. Nada que no se haya repetido en múltiples películas del género con anterioridad.

Sin embargo, la clave de una buena película de aventuras no reside, a mi entender, en tener que reinventar el género, que sigue unas pautas bastante definidas, como en general la mayoría de los géneros. Así, básicamente, sabemos que vamos a tener a los protagonistas enfrentados a peligros si fin de los que saldrán triunfadores gracias a su valor. La clave para tener éxito es contar con un argumento que nos cautive y que, a pesar de adivinar el desenlace, nos haga pasar por momentos de tensión, dentro de un desarrollo que se mantenga en unos límites razonablemente plausibles y sea honesto. También es necesario contar con un buen ritmo, sin tiempos muertos ni escenas secundarias que roben protagonismo a la aventura y la acción. Y, quizá lo primordial, es contar con unos personajes creibles y sobre todo que nos caigan bien. Este punto es indispensable para que disfrutemos y suframos con sus aventuras, llegando incluso a cierto grado de identificación con ellos.

Pues bien, a pesar de los que critican The Mummy como un film sin imaginación, creo que reúne todos esos elementos reseñados, lo que lo convierte en un film de aventuras honesto y sumamente entretenido.

La historia es exótica, intrigante y con un punto de cine de terror que a más de uno le hará cerrar los ojos en determinados momentos. Cuenta también con unos magníficos efectos especiales (los escarabajos, las tormentas de arena, la momia...); aunque es verdad que el mérito de los efectos reside en un buen presupuesto, pero no cabe duda que visualmente el film es espectacular y, a pesar de lo aparatoso de algunas secuencias, ninguna se sale de lo que podríamos aceptar como posible, aunque resulten improbables.

La dirección de Stephen Sommers es perfecta. Sabe elegir el mejor encuadre, logra un ritmo endiablado sin resultar mareante y mantiene ese toque de aventura en el que siempre está pasando algo y que nos envuelve desde el primer instante. Sin ser un trabajo que llegue a deslumbrarnos, su trabajo está al servicio de la narración y logra hacer un film ágil, ameno y visualmente de un gran nivel.

En cuanto a los protagonistas, la verdad es que todos ellos me resultaron perfectos. Brendan Fraser da la talla como el apuesto y valiente aventurero curtido y cínico. Tiene una presencia con cierta arrogancia y aplomo y cae bien por su naturalidad. Rachel Weisz, sin ser una mujer deslumbrante, sí que resulta muy atractiva, componiendo a una heroína simpática y con mucho encanto; además, el guión tiene el gran acierto de definirla perfectamente en una sola secuencia (la de la biblioteca), en un ejemplo de lo que debe ser un buen film de aventuras, condensando en breves minutos lo secundario para centrarse de lleno en la aventura en sí. En el papel cómico tenemos a John Hannah, que cumple con entusiasmo con su labor perfectamente. Y en el papel de la monia tenemos a Arnold Vosloo, también perfecto para el papel, con un físico que encaja perfectamente. El resto de secundarios terminan de componer un reparto que funciona de maravilla.

Decididamente, creo que The Mummy es un muy digno film de aventuras. Sin dejar de ser moderno, entronca con el cine clásico y nos hace pasar un buen rato, donde no hay un solo instante para el aburrimiento. Creo que es cuánto podemos pedir de una película de estas características.

El éxito de taquilla de esta entrega dio lugar a la consabida saga de secuelas más o menos afortunadas.

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