Dirección: Lasse Hallström.
Guión: Peter Hedges (Novela: Peter Hedges).
Música: Björn Isfält.
Fotografía: Sven Nykvist.
Reparto: Johnny Depp, Juliette Lewis, Leonardo DiCaprio, Mary Steenburgen, Darlene Cates, John C. Reilly, Laura Harrington, Cristin Glover, Kevin Thige, Mary Kate Schellhardt, Penelope Branning.
Gilbert Grape vive en Endora, un pueblo donde nunca pasa nada y nunca pasará nada. Su padre se ahorcó hace años, su madre (Darlene Cates) padece obesidad móbida y su hermano pequeño Arnie (Leonardo DiCaprio) sufre una discapacidad mental desde su nacimiento. Así que Gilbert tiene pocos motivos para la esperanza.
Drama familiar sobre las nulas expectativas de una familia con graves problemas económicos y personales, ¿A quién ama Gilbert Grape? (1993) merece ser disfrutada despacio, algo complicado en estos tiempos en que todo pasa demasiado deprisa, donde un cine tan personal es una rareza en medio de las producciones comerciales que copan las carteleras.
Empieza la película con un desfile de caravanas por la carretera camino a su destino de vacaciones. Para Arnie es como una fiesta que no quiere perderse. En Endora, por una avería, se quedan una abuela (Penelope Branning) y su nieta Becky (Juliette Lewis), quién supondrá un soplo de aire fresco en la vida de Gilbert. Becky removerá la apatía en que vive Gilbert y le ayudará a otorgarle a todo su mundo su justo valor. Termina el film con esa caravana pasando de nuevo por las carreteras de Endora un año después. Y la vida de Gilbert ha dado un giro radical y por fin está listo para emprender, libre de ataduras, un nuevo camino.
La cinta es un retrato entre desolado y tierno del joven Gilbert y su familia, a su cargo, marcada por el suicidio del padre, sin ninguna explicación, y la obesidad de su madre, abandonada a su tristeza y que solamente es capaz de reaccionar para proteger a su hijo pequeño, un retrasado mental que vive casi de milagro, según los médicos. Este argumento nos podría llevar a pensar en un drama con todas las letras, pero ello no es así. Hallström prefiere un tratamiento más comedido, sin cargar en exceso las tintas, lo que sin duda se agradece, aunque también es verdad que termina por restarle fuerza al relato, más concretamente en sus dos primeros tercios, donde la historia transcurre de manera a veces un tanto anodina, sin demasiada intensidad. Esto se hace realmente patente cuando, en el tramo final, la historia gana en fuerza y es en ese momento cuando comprendemos que el director tiene recursos para emocionarnos dentro de ese tono comedido, elegante. Y ahí es donde me pregunto el motivo de que no fuera capaz de lo mismo durante más tiempo. Una pena, sin duda.
El trabajo de Johnny Depp me pareció realmente soberbio, aunque he de confesar que siento debilidad por este actor. Leonardo DiCaprio también hace un trabajo espectacular, en uno de esos papeles que son un regalo, porque son de esos que suelen llevar al premio del Oscar, si bien DiCaprio se quedó solamente con la nominación. Juliette Lewis, llena de magnetismo y frescura, completa un reparto maravilloso.
Sin ser una película excepcional, hemos de agradecer a ¿A quién ama Gilbert Grape? que se trata de un film honesto, sin grandes pretensiones, tan solo un retrato directo y sensible sobre una familia, sus dramas personales, sus rutinas en un pueblo sin vida ni futuro. No busca efectismos baratos, ni discursos moralistas o lecciones de superación. Solamente nos muestra una realidad que puede gustarnos más o menos, es lo que es y punto.
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