El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 19 de septiembre de 2022

En busca del arca perdida



Dirección: Steven Spielberg.

Guión: Lawrence Kasdan (Historia: Georges Lucas y Philip Kaufman).

Música: John Williams.

Fotografía: Douglas Slocombe.

Reparto: Harrison Ford, Karen Allen, Paul Freeman, Ronald Lacey, John Rhys-Davies, Vic Tablian, Denholm Elliott, Wolf Kahler, Alfred Molina.

En 1936, agentes de inteligencia del gobierno visitan al arqueólogo Indiana Jones (Harrison Ford) informándole de que los nazis están buscando el Arca de la Alianza y le piden ayuda para evitar que caiga sus manos.

En busca del arca perdida (1981) es la primera película protagonizada por Indiana Jones, el ya mítico arqueólogo y aventurero creado por Georges Lucas en 1973, inspirándose en los seriales de los años treinta. El éxito de la cinta dió como resultado tres largometrajes más dirigidos también por Spielberg: Indiana Jones y el templo maldito (1984), Indiana Jones y la última cruzada (1989) e Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008). 

Steven Spielberg es uno de los grandes directores de la historia del cine, se mire como se mire y guste más o menos. Ha logrado crear obras maestras en diversos géneros y, cuando no alcazaba la maestría, como en esta ocasión, conseguía igualmente crear un entretenimiento de muchos quilates que revitalizó el género de aventuras y creó un estilo que convirtió, nada más estrenarse, a esta cinta en todo un clásico, con el mérito añadido de que sus sucesoras mantuvieron con dignidad el listón en lo más alto.

Lo primero que habría que destacar es el fabuloso ritmo que Spielberg imprime a la historia ya desde el mismo comienzo, que nos mete de lleno en la búsqueda de un tesoro precolombino a modo de presentación del personaje y que contiene momentos maravillosos como el de la gran piedra esférica que amenaza con aplastar a nuestro héroe. Con una concisión envidiable, el director nos sumerge de lleno en su peculiar universo de amenazas varias, villanos implacables y algunos momentos truculentos que se acercan mucho a un film de terror, aunque con un toque tan especial que no llegan a resultar nunca del todo repulsivos.

Tras esta pequeña introducción, el director no solo mantiene la intensidad inicial, sino que logra aumentarla progresivamente en la historia principal a base de escenarios cambiantes, peleas continuas, amenazas constantes, pequeñas dosis de humor y un toque de romance discreto. Nada escapa a la batuta de un director extrañamente dotado de la habilidad y el olfato perfectos para llevar al espectador en una montaña rusa de emociones sin tregua.

Además, Spielberg tiene el innegable buen gusto para saber darle a su propuesta un envoltorio de lujo, apoyándose en una fotografía espectacular a cargo de Douglas Slocombe, que nos regala algunas imágenes para enmarcar, y en la maestría de su compositor habitual, John Williams, que creó para esta ocasión una melodía que ha quedado para la posteridad como un personaje más de la cita. 

 Sin embargo, a pesar de sus innegables méritos, creo que En busca del arca perdida es un film un tanto ampuloso y algo excesivo.

Quizá el mayor pero que le encuentro es que el guión potencia demasiado la acción pura y dura en detrimento de otros elementos. Lo importante es no dar un respiro al espectador, con escenas espectaculares de luchas, persecuciones, peligros... Pero con ello se descuidan elementos como ahondar en los personajes, que se quedan limitados a los rasgos más básicos, incluido el protagonista. 

Pero además, esa supeditación absoluta a la dinámica desbocada lleva a un argumento que no tiene mucha lógica y al que fácilmente se le pueden encontrar numerosas lagunas. Vale que tampoco es imprescindible, en este tipo de films, una lógica meticulosa o una fidelidad milimétrica, pero tampoco vendría mal un rigor algo menos laxo.

Dentro de su impecable puesta en escena, En busca del arca perdida carece sin embargo de carisma. Es una percepción personal, es cierto, pero si recuerdo algunas películas de aventuras del período clásico de Hollywood percibo en ellas un halo de leyenda, un algo indefinible que les confiere carácter, clase, estilo. Y en el film de Spielberg noto esa ausencia. En busca del arca perdida funciona muy bien como aventura, pero de un modo casi mecánico. Steven Spielberg reúne todos los elementos indispensables para una aventura sin fisuras, pero el resultado es algo artificial, le falta encanto.

En cuanto al reparto, no tengo nada que objetar a la elección de Harrison Ford para el papel de Indiana. Creo que reúne los requisitos de atractivo, edad y presencia para el personaje. Y como la película reposa casi exclusivamente sobre él, me parece que por este lado el acierto fue total. Tal vez los secundarios no me parezcan los idóneos, hubiera preferido a otra actriz para encarnar a Marion, pues Karen Allen no me dice nada, pero en líneas generales el conjunto resulta más que correcto.

Sin duda, En busca del arca perdida, a pesar de esos detalles que no me terminan de convencer del todo, es un espléndido entretenimiento, milimétricamente diseñado y servido por un director con un talento descomunal a la hora de conectar con el público, aborde el género que aborde.

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