El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 2 de abril de 2024

Contraband



Dirección: Baltasar Kormákur.

Guión: Aaron Guzikowski.

Música: Clinton Shorter.

Fotografía: Barry Ackroyd.

Reparto: Mark Wahlberg, Kate Beckinsale, Ben Foster, Giovanni Ribisi, Lukas Haas, J. K. Simmons, Caleb Landry Jones, Diego Luna, David O'Hara, William Lucking, Olafur Darri Olafsson. 

Chris Farraday (Mark Wahlberg) ha dejado la delincuencia y lleva una vida tranquila. Pero cuando su cuñado Andy (Caleb Landry Jones) la pifia con un alijo de droga, Chris deberá volver al contrabando para saldar su deuda con un mafioso local (Giovanni Ribisi).

Contraband (2012), un remake de la islandesa Reykjavík-Rotterdam (Óskar Jónasson, 2008), es de esas cintas que no aburren, pero tampoco deslumbran, quedándose en un término medio: el argumento ofrece unos detalles interesantes, la producción es correcta y como entretenimiento cumple con soltura su cometido.

Tal vez lo más vistoso sea el reparto, con un Mark Wahlberg al que le quedan bastante bien estos papeles de tipo duro. No es un actor que destaque especialmente por su trabajo, pero da la talla y ofrece la imagen adecuada para el papel. Lo mismo podemos decir de Ben Foster, un tipo con una presencia bastante rotunda y que parece hecho a medida para los papeles de villano. Completan el buen reparto la hermosa Kate Beckinsale, que además de un rostro agradable tiene muchas tablas; Giovanni Ribisi, otro actor sólido que siempre destaca y un J. K. Simmons que es tal vez el más desaprovechado, con un rol muy marginal.

En cuanto al argumento, es cierto que partimos de un tópico: el tipo que ha intentado dejar la delincuencia y rehacer su vida y que por mala suerte debe volver al mal camino para salvar a su familia. Lo novedoso es la manera en que se las ingenia para salir airoso, primero de los problemas en le vuelve a meter Andy cuando desaparece con el dinero para pagar los billetes falsos, lo que casi le cuesta la vida, y después para sortear el registro de adunas logrando pasar tanto la droga como los billetes, consiguiendo además que encarcelen a los malos. 

Contado así suena a demasiado peliculero y la verdad es que lo es, pues con la idea de enredar todo lo posible el argumento para subir la tensión y la emoción al máximo nivel, el guión fuerza demasiado las cosas. Es verdad que si no somos muy quisquillosos, hemos de admitir que toda la parte central nos mantiene en vilo, con Chris jugando al límite y con la sorpresa de creer que su esposa (Kate Beckinsale) ha muerto accidentalmente.

Al final, en el fondo, es lo que se espera de una película cuya única meta es entretenernos y aquí el guión juega sus cartas y el resultado es más que aceptable, dejando a un lado la verosimilitud y con el recurso a los típicos trucos y tópicos a los que no escapa el argumento.

En resumen, un film correcto, sin tiempos muertos, para pasar un buen rato con el típico héroe capaz de salirse con la suya a base de ingenio más que de fuerza. Aceptable.

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