El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 29 de abril de 2024

One Shot (Misión de rescate)



Dirección: James Nunn.

Guión: Jamie Russell.

Música: Austin Wintory.

Fotografía: Jonathan Iles.

Reparto: Scott Adkins, Ashley Greene, Ryan Phillippe, Emmanuel Imani, Dino Kelly, Jack Parr, Waleed Elgadi, Terence Maynard, Jess Liaudin, Andrei Maniata. 

Un escuadrón de los Navy SEAL llega a una prisión de la CIA para llevar a un prisionesro, Amin Mansur (Waleed Elgadi), a los Estados Unidos, pues se sospecha que tiene información que puede ayudar a evitar un atentado islamista.

One Shot (2021) es un film de acción pura y dura sin demasiados adornos argumentales que busca diferenciarse de las cientos de propuestas parecidas apoyándose en un truco técnico: toda la acción transcurre en un solo plano secuencia, o eso es lo que se pretende mostrar, pues hay algunos cortes bien disimulados, de manera que la impresión es la de un desarrollo sin trabas ni montajes.

Sinceramente, nunca me impresionaron estos alardes técnicos, de los que era asiduo Alfred Hitchcock. Recordemos que su película La soga (1948) y su planificación como un solo plano secuencia que puede ser el claro precedente de experimentos parecidos recientes. Creo que si una película solo tiene este recurso como atractivo, poco tiene que ofrecernos.

En realidad, One Shot no es solamente un plano secuencia realizado con bastante pericia, y que nos recuerda a un video juego en muchas fases de las escenas de acción, pues hemos de reconocer que los tiroteos están filmados con mucho acierto y el espectáculo, con los protagonistas rodeados por una fuerza muy superior, es lo suficientemente dinámico y violento como para que nos mantenga en tensión durante toda la cinta. Además, en contra de lo que suele suceder, solamente se salva uno de los protagonistas, lo que sin duda es un toque original que poner en el haber del guión.

Pero aquí se acaban las alabanzas, porque la película es ridículamente simple en cuanto a argumento y más aún a la hora de perfilar a los personajes, que no pasan de una superficialidad absoluta. Con ello, lo que se produce es que somos incapaces de empatizar con ellos, pues parecen personajes de cartón piedra. Es el inconveniente de llevar la simplificación del argumento al máximo y solo preocuparse del aspecto visual. El que los disparos suenen como reales y las luchas estén muy bien planificadas no es suficiente y más cuando tenemos un reparto sin grandes figuras. Se echa en falta un protagonista de la talla de Stallone o Tom Cruise, pero es que en el fondo estamos ante una cinta de presupuesto limitado y eso se nota en el detalle del reparto y también en la parquedad de la ambientación. 

Otro de los detalles que delatan la falta de rigor argumental es la excesiva cantidad de malvados que asaltan la prisión, lo que es del todo incongruente (recordemos que los asaltantes desconocían la presencia de los SEAL) y le da un aire casi surrealista a la película, con villanos saliendo de debajo de las piedras para servir simplemente a la coreografía de muertes interminable, mientras nuestro héroe se desliza entre ellos como si fuera invisible. 

Es evidente que el guión no perseguía crear un relato realista ni profundo, sino simplemente un espectáculo al estilo de un video juego. Si ello es suficiente para entregarse a la "fiesta", adelante, pero creo que a una película se le debe exigir algo más.

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