El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 24 de julio de 2010

9 semanas y media




Dirección: Adrian Lyne.
Guión:Patricia Knop, Zalman King, Sarah Kernochan (Novela: Elizabeth McNeil).
Música: Jack Nitzsche.
Fotografía: Peter Biziou.
Reparto: Kim Basinger, Mickey Rourke, Margaret Whitton, Christine Baranski, Karen Young, Dan Lauria.
 
9 semanas y media (1986) sigue siendo, a pesar del tiempo pasado, una referencia dentro del cine erótico, en parte quizá por no poseer este género un número muy abundante de títulos de cierta repercusión y calidad.

Elizabeth (Kim Basinger) es una mujer divorciada empleada en una galería de arte. Un día conoce a John (Mickey Rourke), un atractivo hombre de negocios, y comienza entonces una extraña y apasionada relación en la que Elizabeth irá cediendo a los caprichos de un insaciable John.

Impecable en todo lo referente al apartado visual, con una pareja protagonista sumamente atractiva, un cuidado extremo de la fotografía y la estética, muy próxima al vídeo clip, éste es a la vez uno de los defectos que se le pueden achacar a la obra de Lyne: cuidar tanto las formas que se olvida del fondo. Aunque personalmente creo que el fondo tampoco es que le interesara demasiado al director.

En efecto, la película parece perseguir un solo propósito: crear un mosaico sensual de escenas más o menos sugerentes a base una planificación perfecta y poniendo en juego tanto la fotogenia de los actores, como la elección de una pegadiza banda sonora o el cuidado de la composición y la iluminación. El resultado son escenas brillantes, estéticamente irreprochables, que es lo que se busca y en lo que Lyne basa la eficacia y el éxito de su propuesta, como el famoso striptease al ritmo de "You can leave your hat on" de Joe Cocker, que se ha perpetuado en el tiempo como una de esas secuencias que perduran por encima incluso del film.

Sin embargo, a nivel argumental, 9 semanas y media no ofrece gran cosa. En muchos puntos, la historia permanece coja y los protagonistas se quedan a medio dibujar, en especial la figura de John. Se puede ver la película como una especie de descenso a los infiernos por causa del placer de una mujer insegura, lo que no deja de manifestar una moralidad un tanto arcaica, en parte en contradicción con la "osadía" de algunas escenas (que no dejan de ser bastante lights en realidad) y, en todo caso, la lectura final resulta bastante machista.

Cuando vi esta película por primera vez pensé inmediatamente en El último tango en París (Bernardo Bertolucci, 1972) y la conclusión que saqué es que Adrian Lyne optó por la versión más comercial y superficial del tema tratado en el film de Bertolucci, más comprometido, más profundo y hasta mucho más osado a pesar de estar filmado catorce años antes.   

En todo caso, 9 semanas y media fue un rotundo éxito de taquilla y lanzó al estrellato a Mickey Rourke y convirtió a Kim Basinger en un símbolo sexual durante años, hasta la aparición de Sharon Stone en Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992).

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