Dirección: Roy William Neill.
Guión: Leonard Lee (Historia: Arthur Conan Doyle).
Música: Milton Rosen.
Fotografía: Maury Gertsman (B&W).
Reparto: Basil Rathbone, Nigel Bruce, Patricia Morison, Edmund Breon, Frederic Worlock, Harry Cording, Mary Gordon, Ian Wolfe.
Hay que advertir, antes de nada, que est film, Vestida para matar (1946), nada tiene que ver con la película del mismo título de Brian DePalma. Estamos, en el caso que nos ocupa, en la última película de la serie que desde 1939 y hasta 1946 se realizó con Basil Rathbone en la piel de Sherlock Holmes y Nigel Bruce como el doctor Watson.
La intriga, en este caso, viene servida por tres caja de música idénticas y sin valor aparente pero que encierran, en sus melodías, un código secreto que es la clave para encontrar unas planchas robadas para fabricar billetes de cinco libras.
No debemos hacernos demasiadas ilusiones: Vestida para matar es un film de serie B, sin pretensiones y un tanto achacoso por el paso del tiempo. Sin embargo, conserva ese saber hacer, sin alardes, pero con sentido común y respeto a la figura del detective, que la convierte en un pasatiempo amable y hasta con cierto encanto, que sabremos disfrutar si somos capaces de contentarnos con una historia sencilla narrada con corrección. Tampoco los actores son primeras figuras y la puesta en escena es austera. Pero todo ello es en realidad lo que le da al film un cierto encanto.
La intriga, bien llevada pero muy bastante elemental, no ofrece demasiadas sopresas. Sabemos de antemano que Sherlock Holmes resolverá el caso, por muy difícil que parezca. Por lo tanto, no es aquí donde la película va a sorprendernos, pero sí en el respeto hacia la figura de Holmes y de su amigo Watson, ajustados a lo que se espera de ellos e incluso, y para mí es un acierto, cayendo Holmes en una normalidad casi absoluta; lejos pues de otras versiones en que se cargan un tanto las tintas para mi gusto.
Así pues, estamos ante un mero film para pasar el rato, amable, discreto y sin complicaciones, pero con el encanto de esas cosas modestas hechas casi artesanalmente que destilan honradez y sentido común.
No hay comentarios:
Publicar un comentario