El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 1 de julio de 2018

The Family Man



Dirección: Brett Ratner.
Guión: David Diamond y David Weissman.
Música: Danny Elfman.
Fotografía: Dante Spinotti.
Reparto: Nicolas Cage, Téa Leoni, Don Cheadle, Amber Valletta, Jeremy Piven, Saul Rubinek, Josef Sommer, Mary Beth Hurt, Makenzie Vega.

Jack Campbell (Nicolas Cage) es un ejecutivo de éxito que afirma tener todo lo que necesita para ser feliz. Sin embargo, un día se cruza con un extraño personaje (Don Cheadle) que lo enviará a descubrir la otra vida que hubiera tenido de haberse casado con Kate (Téa Leoni), su amor de la universidad.

The Family Man (2000) recupera esa comedia dulce y defensora de los buenos valores de la que era estandarte Frank Capra. Es imposible no ver esta cinta y no rememorar Qué bello es vivir (1946), si bien sería innecesario y hasta cruel compararla con la película de Ratner.

Pero cuidado, The Family Man no es una mala película. Pero tampoco alcanza las cotas de emoción y belleza de la obra maestra de Capra.

Para empezar, tenemos que presenciar la película como lo que es: una especie de cuento de Navidad muy bien intencionado, donde se nos ofrece una alternativa casi perfecta a la vida exitosa, pero solitaria, de Jack Campbell, con lo que no es de extrañar que el protagonista reniegue de su vida de triunfador prefiriendo la de feliz hombre casado. Y es que su esposa, en esa otra vida, lo adora a pesar de llevar con él toda una vida; sus hijos son adorables, sus amigos también y él irá descubierto el placer de la vida sencilla, sin necesitar el dinero para ser feliz.

Y es que lo que contrapone The Family Man es el amor frente al dinero como base de la felicidad. Y aquí está en parte la trampa de la película: ¿por qué Jack no puede ser un triunfador y ser feliz al mismo tiempo con su familia? En la película se deja claro que ambas cosas son incompatibles y Jack deberá escoger. Naturalmente, elegirá el amor. Cómo debe ser. Y es reconfortante ver que en la sociedad capitalista y materialista actual aún hay quién se atreve a proponer mensajes parecidos, que seguramente a muchos espectadores les parecerán un tanto ilusorios. No sé bien cuántos de los que han visto la película escogerían la vida de dinero, lujo y placer del Jack solitario y cuántos la otra.

Lo que está claro es que la película se beneficia enormemente al contar con Nicolas Cage como protagonista. Sin duda, Cage no siempre elige del todo bien sus películas, pero en este caso la fórmula funciona a la perfección y el actor encaja como un guante en su papel, realizando la transición de exitoso y petulante ejecutivo a sencillo padre de familia con una naturalidad absoluta. También hay que destacar el encanto de Téa Leoni, que ayuda mucho con su presencia a hacer realmente tentadora la vida de casado de Jack. Y no quisiera olvidarme de la pequeña Makenzie Vega, con un trabajo realmente cautivador y emocionante.

Pero es cierto que, a pesar de algunos momentos conmovedores, The Family Man carece de la intensidad y la emoción suficientes para subir un peldaño y convertirse en una película especial. No sé si debe a deficiencias del guión, que es lo más probable, pero Brett Ratner no logra sacar toda la fuerza que encierra el planteamiento de la película, dejándonos una comedia amable, simpática por momentos, pero muy blandita, sin la intensidad que hubiera necesitado para contagiarnos el espíritu y el mensaje que subyacen en el guión. Es por aquí por donde las buenas intenciones del argumento se quedan en eso, intenciones.

A pesar de todo, es positivo que surjan películas así, donde se proponga al espectador una reflexión sobre los valores fundamentales de la vida, que nunca suelen estar ceñidos a lo material. Y es que lo más valioso de todo es siempre lo que no se puede ver. Ni comprar.

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