El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 12 de enero de 2013

El cadillac rosa




Dirección: Buddy Van Horn.
Guión: John Eskow.
Música: Steve Dorff.
Fotografía: Jack N. Green.
Reparto: Clint Eastwood, Bernadette Peters, Timothy Carhart, Tiffany Gail Robinson, Angela Louise Robinson, John Dennis Johnston, Michael Des Barres, Jimmie F. Skaggs, Bill Moseley, Michael Champion, William Hickey, Geoffrey Lewis, Frances Fisher, James Cromwell, Bryan Adams, Jim Carrey.

Tommy Nowak (Clint Eastwood) es un muy peculiar cazarrecompensas con unos métodos de trabajo bastante originales. Su vida, sin embargo, cambiará cuando le encarguen detener a una tal Lou Ann McGuinn (Bernadette Peters), una jovencita a la que han detenido por posesión de dinero falso y que, tras pagar la fianza, huye en un Cadillac rosa.

El cadillac rosa (1989) es el tercer y último film dirigido por Van Horn, tras La gran pelea (1978) y La lista negra (1988) y en las tres contó con la presencia de Clint Eastwood. Este film se puede inscribir en esas comedias típicamente americanas en las que Clint Eastwood había cosechado ciertos éxitos con títulos como Duro de pelar (James Fargo, 1978) o la citada La gran pelea. Sin embargo, con El cadillac rosa Eastwood cosechó uno de los más sonoros fracasos de su carrera. Ni público ni crítica respaldaron esta propuesta que incluso no llegó a estrenarse en el cine en algunos paises.

Y la verdad es que no les falta razón: El cadillac rosa es una de las peores películas que he visto en mi vida. Parece mentira que un director y actor como Clint Eastwood se haya podido prestar para hacer una tontería semejante.

El principal defecto de la película es que no termina de funcionar ni como comedia ni como thriller; se queda a medio camino de ambos géneros y uno nunca sabe de qué lado va a decantarse la historia. Comienza descaradamente como comedia. No de humor muy fino, la verdad, pero al menos bastante sorprendente, con lo que uno espera que el resto de la cinta vaya a seguir en la misma tónica. Pero, de pronto, el argumento se va volviendo algo más serio con la aparición de una peligrosa banda de delincuentes. El tono, en cambio, no termina de definirse y a situaciones más o menos serias le siguen escenas claramente cómicas y el desconcierto comienza a instalarse en el patio de butacas. Cuando pensamos que la comedia se ha quedado en la cuneta y esperamos que la historia tome tintes más dramáticos, de nuevo el guión nos pinta a unos matones de pacotilla que no asustan a nadie. Pero de repente, Nowak mata a un rufián y volvemos a esperarnos un final trepidante e instenso. Pero nada, el supuesto climax final es una sucesión de disparos y persecuciones mal filmadas, sin emoción, ni tensión, ni coherencia, ni lógica, ni nada de nada.

El principal culpable de que la película no termine de concretarse se debe a uno de los peores guiones que uno puede echarse a la cara. La historia en sí es bastante tonta, pero aún así se le podía haber sacado mucho más partido. El problema es que como comedia, la película no tiene ninguna gracia y a situaciones estúpidas suceden otras en que incluso se cae en el ridículo abiertamente. Y cuando toca afrontar situaciones más serias, el tono parece que quiere seguir intentando ser cómico, para no perder el carácter ligero que se le quiere dar al film. El resultado es que es imposible tomarse medianamente en serio ningún momento de la historia, ni cuando era evidente que estábamos ante situaciones dramáticas.

A ello hemos de añadir que la trama está tan mal hilvanada y los personajes son tan absurdos e insustanciales que todo el entramado hace aguas de un modo realmente penoso. El colmo del absurdo y de lo chapucero del guión es el desenlace, en el que si lo quieren hacer peor a propósito seguro que no lo consiguen.

Por si todo ésto no fuera suficiente, la película se alarga incomprensiblemente para lo que tiene que contar, de modo que no sólo es mala, sino también excesivamente larga.

Nos podía quedar el consuelo del reparto. Tampoco. Clint Eastwood presta su rostro a un personaje plano al que no llegamos ni a entender ni a apreciar y su interpretación está entre las más pobres de su carrera con diferencia. Su compañera, Bernadette Peters, carece de encanto, de gracia y no termina de pegar al lado de Eastwood. En cuanto al resto... todos bastante penosos, en parte por culpa de unos personajes que no son ni caricaturas y que los llevan a sobreactuar o parecer realmente imbéciles. Como curiosidad, señalar la presencia de Jim Carrey en una breve aparición de unos pocos segundos haciendo el idiota, lo que anticipaba en qué se convertiría su aportación posterior al cine.

Una película para olvidar. Lamentable, absurda y estúpida. De las peores cosas que he visto en mi vida, lo que ya es decir.

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