El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 19 de marzo de 2010

Peggy Sue se casó




Dirección: Francis Coppola.
Guión: Jerry Leichtling y Arlene Sarner.
Música: John Barry.
Fotografía: Jordan Cronenweth.
Reparto: Kathleen Turner, Nicolas Cage, Barry Miller, Helen Hunt, Jin Carrey, Joan Allen, Catherine Hicks, Kevin J. O'Connor, Lisa Jane Persky, Barbara Harris, Don Murray, John Carradine, Maureen O'Sullivan, Sofia Coppola.

Peggy Sue se casó (1986) aparece en la filmografía del genial director como una obra menor, lo cual resulta comprensible al lado de obras maestras como la trilogía del El Padrino, por ejemplo. Sin embargo, es un trabajo que ofrece más de lo que aparenta.

Peggy Sue (Kathleen Turner) es una mujer cuarentona a punto de divorciarse de su marido, su antiguo novio del instituto (Nicolas Cage). Precisamente, durante una fiesta que conmemora el último año de instituto, Peggy sufre un infarto y, al recuperarse del mismo, despierta convertida de nuevo en adolescente, pero con su personalidad y conocimientos actuales.

Una comedia ligera de encargo sirve a Coppola para ofrecernos un film que consigue sobreponerse a lo típico de este tipo de enredos, basados en saltos en el tiempo, y realizar una tierna reflexión sobre las segundas oportunidades y lo poco que se valora lo que uno tiene. Y esta es la parte más interesante y hermosa de la película, cuando Peggy se reencuentra, en ese salto hacia su adolescencia, con su familia y descubre lo importantes que habían sido para ella y cómo no había sabido valorarlos en su justa medida.

Hay escenas preciosas, como cuando Peggy, alucinada, se reencuentra con su antigua habitación de adolescente o cuando habla con la abuela por teléfono o como cambia la relación con los compañeros de instituto al ser ella mucho más madura. Peggy puede hacer aquello que en su momento se le escapó, como tontear con el chico rebelde que siempre le gustó en secreto; conocer mejor al empollón de la clase, al que todos despreciaban y, sobre todo, descubrir realmente como era su novio y futuro marido entonces, en un intento de evitar su fracasado matrimonio.

Y lo bueno es que Coppola realiza un tratamiento de todo ello cargado de sensibilidad y sin ceder nunca a lo cursi o lo tópico.

Hay que destacar la brillante interpretación de Kathleen Turner, si bien se le ve algo mayor para su papel de adolescente, aunque este detalle termina por olvidarse. A su lado, un joven Nicolas Cage con una interpretación muy buena y, como curiosidad, señalar la presencia de un principiante Jim Carrey o de Sofia Coppola en papel de la hermana pequeña de Peggy Sue. Mauren O'Sullivan interpreta a la abuela.

Así pues, Peggy Sue se casó es algo más que una comedia para pasar el rato. Sin dejar de ser un film ligero, tiene muchos momentos realmente logrados que merecen ser descubiertos y apreciados en su justa medida.

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