El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 29 de enero de 2011

Sentido y sensibilidad



Dirección: Ang Lee.
Guión: Emma Thompson (Novela: Jane Austen).
Música: Patrick Doyle.
Fotografía: Michael Coulter.
Reparto: Emma Thompson, Kate Winslet, Hugh Grant, Alan Rickman, Greg Wise, Emilie François, Imogen Stubbs, Gemma Jones, Robert Hardy, Elizabeth Spriggs, Imelda Staunton, Hugh Laurie.

No deja de ser curioso que una de las mejores adaptaciones de Jane Austen, con lo británicas que son sus novelas, venga de la mano de un director taiwanés criado en los Estados Unidos, pero así es. Ang Lee nos ofrece un film elegante, pausado pero intenso, y con ese toque británico tan característico e inconfundible.

Inglaterra, siglo XIX. Al morir el señor Dashwood y dejar el grueso de sus bienes a su hijo varón, su viuda y sus tres hijas se quedan sin hogar y con muy pocos recursos económicos. Gracias a la generosidad de un pariente, encuentran un hogar en el campo. Las dos hermanas mayores, Elinor (Emma Thompson) y Marianne (Kate Winslet), completamente distintas en cuanto a carácter, se enamorarán con breve lapso de tiempo y ambas tendrán que hacer frente a la amargura del desengaño.

El mayor elogio que se me ocurre que puedo hacerle a Sentido y sensibilidad (1995) es que, a pesar de ser un film parsimonioso y lento y de durar la friolera de 135 minutos, es una historia que se hace apasionante y se termina sin que nos hallamos sentido cansados o defraudados ni un sólo minuto. Ello se debe al muy buen trabajo con el guión realizado por la misma Emma Thompson, que demuestra que su talento como actriz no es el único que posee. La historia también cuenta con una dirección muy ágil y amena de Lee que, si bien es cierto que no podemos calificar como brillante, sí que al menos posee buen gusto y el buen criterio de mantenerse en un plano muy secundario, dejando que sea el argumento el que tenga el verdadero protagonismo.

Añadamos a ésto una fotografía muy bonita y donde cuenta mucho la acertada elección de los lugares de rodaje, una ambientación casi perfecta y un cuidado exquisito de los detalles y tenemos entre las manos una brillante película que sabe recrear el ambiente cortés y las costumbres de una época que, con el encanto de lo antiguo, se nos parece terriblemente remota. Y además, tanto el guión como el director tienen el buen gusto de no caer ni en el melodrama barato ni en el romanticismo cursilón, conservando un equilibrio perfecto que mantiene la historia dentro del buen camino siempre.

Precisamente, gran parte del encanto de Sentido y sensibilidad reside en su argumento, que nos adentra en una sociedad ciertamente rígida, con unas normas de comportamiento extrañas a nuestros ojos y donde la libertad de comportamiento, especialmente para las mujeres, estaba muy limitada. Es el atractivo principal de la película: adentrarnos en un mundo extraño y confrontar nuestros deseos, y también los de las protagonistas, con las normas sociales imperantes, de una rigidez asombrosa.

Donde podemos apreciar el buen guión y, por supuesto, la buena base literaria en que se apoya, es en el cuidadoso retrato de los numerosos personajes que pueblan el relato. Los dos personajes principales son, naturalmente, la hermanas Marianne y Elinor Dashwood. Marianne representa ese punto de osadía que se atreve a ir un paso más allá de lo conveniente, con cierta complicidad por nuestra parte, mientras su hermana Elinor representaría la parte más convencional, con lo que se entendía por correcto. Es cierto que algunos personajes están trazados de manera un tanto gruesa, como la cuñada de las hermanas o la vecina bonachona y chismosa pero, salvando esta pequeña licencia, el resto de personajes están muy bien dibujados y componen un mosaico atractivo y un buen ejemplo de lo que suponemos eran los tipos que poblaban la alta sociedad británica de la época.

Sin ninguna duda, el reparto es otro de los grandes aciertos de la película. Quizá Hugh Grant pueda parecernos el menos natural de todos, al sobresalir un poco en exceso sus habituales tics interpretativos al lado de la sobriedad y naturalidad de sus compañeros de reparto. Emma Thompson, la joven Kate Winslet, un más sobrio que en otras actuaciones, y por tanto mejor, Alan Rickman y el resto del magnífico grupo de actores, con la breve particiación del hoy famoso Hugh Laurie por el medio, componen un reparto que brilla a muy buen nivel.

Un film muy recomendable, ciertamente. Y no sólo para los amantes de las historias románticas, sino que pienso que cualquier persona a la que le guste el buen cine, entendiendo por ello aquél con una buena historia bien contada, disfrutará enormemente con esta deliciosa película que, de siete nominaciones que obtuvo en su día, terminó ganando el oscar al mejor guión adaptado.

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