Dirección: Pierre Morel.
Guion: Matthew Kennedy.
Música: Jessica Weiss.
Fotografía: Thierry Arbogast.
Reparto: Kate Beckinsale, Rupert Friend, Ray Stevenson, Goran Kostic, Jaz Hutchins, Ben Miles, Romina Tonkovic, Rok Juricic.
Avery Graves (Kate Beckinsale), una eficaz agente de la CIA, es chantajeada por un desconocido que ha secuestrado a su marido, David (Rupert Friend), para que le entregue unos archivos secretos conocidos como Canary Black.
Canary Black (2024) es una más de esas tantas películas de acción en las que el papel protagonista lo desempeña una mujer. Es la tendencia en los tiempos actuales, por mucho que cueste ver a la aparentemente delicada Kate Beckinsale repartiendo mamporros a derecha e izquierda y poniendo fuera de combate a tipos en apariencia mucho más duros que ella. Pero todo sea por apartar a las mujeres del típico rol secundario de siempre, aunque se podrían idear papeles más verosímiles. El problema es que la industria carece de imaginación y al final lo que hace es crear el típico film para un hombre sustituyéndolo por la presencia políticamente correcta de una mujer. Y si esta es guapa y sexy, mejor aún.
Dicho lo cuál, el que se espere encontrar un film de acción novedoso, apasionante y con una buena intriga se va a llevar la gran decepción. Porque Canary Black carece de un argumento potente y no deja de ser la concatenación de múltiples escenas de acción sin el más mínimo interés en darles una consistencia más o menos plausible.
La trama es demasiado endeble como para que podamos creérnosla, el desarrollo es tan plano que jamás tememos por el desenlace, de manera que no vivimos ningún momento real de tensión u emoción, en parte también porque los personajes parecen de cartón piedra, pues el guión no se ha preocupado de dotarlos de una dimensión con cierto calado, más allá de las pinceladas básicas.
Además, el reparto tampoco es muy bueno y solo destaca la protagonista que, para colmo, no sé si por culpa del pobre guión o por no tomarse su rol en serio, tampoco es que resulte muy convincente, con una interpretación muy floja.
En cambio, si nos tomamos todo el tinglado a la ligera, que pienso que es la única manera seria de hacerlo, podemos reírnos a gusto con algunos momentos singulares, como ver a la protagonista colgada de un dron gigante.
Canary Black, en definitiva, no es una historia a la que buscar lógica alguna. Puedes divertirte un rato si no le exiges nada de nada, pero, sinceramente, es una mala película.




























