El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 15 de julio de 2022

Giro al infierno



Dirección: Oliver Stone.

Guión: John Ridley (Novela: John Ridley).

Música: Ennio Morricone.

Fotografía: Robert Richardson.

Reparto: Sean Penn, Nick Nolte, Jennifer Lopez, Powers Boothe, Claire Danes, Joaquin Phoenix, Billy Bob Thornton, Jon Voight. 

Bobby (Sean Penn) va camino de Las Vegas para pagar una deuda contraída con la mafia cuando su coche se avería en un pequeño pueblo de Arizona. Allí se siente inmediatamente atraído por Grace (Jennifer Lopez).

Giro al infierno (1997) es la peculiar vuelta de tuerca al thriller realizada por Oliver Stone, un director peculiar, irregular y ambicioso.

Dentro de los parámetros más clásicos del género, Bobby es el típico perdedor perseguido por una tremenda mala suerte. Nada en la vida parece salirle bien. Es así como ha perdido dos dedos de una mano como advertencia del mafioso al que le debe una gran cantidad de dinero. Y es así como, camino para saldar su deuda y recuperar el control de su vida, una simple avería de su coche le deja en Superior, un polvoriento pueblo en medio de la nada que cambiará su vida irremediablemente.

Todo comienza con una inocente conversación con la atractiva Grace. Un simple flirteo que, sin embargo, desencadenará una serie de acontecimientos que llevarán a Bobby al límite. En su estancia en Superior no hace sino recibir palizas; ser estafado por el mecánico (Billy Bob Thornton) que le repara el coche y que, aunque parece retrasado, demuestra más agallas que Bobby; perder el dinero reservado para saldar su deuda con la mafia y hasta recibir dos encargos de asesinato.

Jake (Nick Nolte) le pide que mate a su esposa Grace, harto de sus infidelidades. La reacción inicial de Bobby es negarse, él no es un asesino, pero el destino parece tener otras ideas. Tras perder el dinero de la mafia, Bobby se da cuenta que la única salida es aceptar la propuesta de Jake. Pero no será capaz de hacerlo y encima, será ahora Grace la que le proponga que mate a su marido y podrán quedarse con su fortuna. 

Bobby es una marioneta zarandeada por todos, incapaz de hacer algo mínimamente bien. Es tan patético que termina dándonos lástima. Nos gustaría que tuviera un golpe de suerte o que de repente supiera reaccionar correctamente y tomara la decisión adecuada. Porque no parece una mala persona, solo un pobre diablo al que no paran de complicársele las cosas sin remedio.

Pero ha caído en manos de Grace, una de las mujeres fatales del cine negro más atractivas que recuerdo y una mentirosa astuta, manipuladora y fría, con toda la fuerza y determinación que le faltan a Bobby que, en sus manos, está indefenso, aunque no lo sepa.

Pero Oliver Stone no se limita a estos dos arquetipos de perdedor y mujer fatal y llena la película de personajes extraños, violentos y pirados que le harán la vida imposible a un Bobby, incapaz de capear lo que se le viene encima. Es un universo opresor, extraño, que no parará de darle sorpresas a Bobby y también al espectador. Porque aunque se pueda vislumbrar un final trágico, lo que resulta imprevisible es anticiparse a cada uno de los muchos sucesos que se encadenan y que van creciendo en intensidad hasta una explosión aniquiladora realmente estremecedora.

Oliver Stone añade su peculiar estilo al relato, con una puesta en escena muy personal, donde juega con los planos, desincroniza los diálogos, enfatiza los colores con una fotografía expresiva que incide en el calor asfixiante y una atmósfera plomiza que lo impregna todo. El director utiliza también imágenes de recuerdos que aparecen como flashes, destellos súbitos, creando una estética muy personal que, en general, creo que funciona correctamente para ambientar las desgracias de nuestro protagonista.

El reparto me pareció perfecto. Sean Penn es un actor inmenso y borda su papel. Bobby es el típico perdedor, pero con aires de chulería y cierto atractivo y Penn logra representar todas las contradicciones del personaje con verdadera maestría. Sentimos sus carencias, disfrutamos de su fachada vacía y lo compadecemos cuando todo lo supera y muestra su verdadera debilidad. Un trabajo impecable. Jennifer Lopez solamente tiene que servirse de su belleza natural, algo felina, y una sensualidad a flor de piel para componer a una mujer realmente temible. Es tan peligrosa cuando se muestra seductora como cuando empuña un arma. Nick Nolte puede resultar algo excesivo, es su estilo, que nos puede gustar o convencer más o menos, pero no desentona en absoluto y ese exceso también enfatiza la fuerza bruta de su personaje. 

Bebiendo de películas como Duelo al sol (King Vidor, 1946), Giro al infierno me parece un film realmente interesante: es denso, es fatalista, presenta un universo de seres entre patéticos y aterradores muy original y, sobre todo, tiene ese carácter especial que solo los buenos cineastas saben darle a sus creaciones: personalidad.

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