El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 14 de junio de 2010

El golpe



Dirección: George Roy Hill.
Guión: David S. Ward.
Música: Marvin Hamlisch.
Fotografía: Robert Surtees.
Reparto: Robert Redford, Paul Newman, Robert Shaw, Charles Durning, Ray Walston, Eileen Brennan, Harold Gould, Dana Elcar, John Heffernan, Charles Dierkop, Dimitra Arliss, Robert Earl Jones.

Tras el éxito de Dos hombres y un destino (1969), en el que gran parte del mérito fue de Paul Newman y Robert Redford, la pareja protagonista, Geoge Roy Hill vuelve a reunirlos para esta película, donde de nuevo recurre a la fórmula de un tratamiento ligero, con abundantes toques de comedia, que tan buen resultado le había dado en Dos hombres y un destino.

Pero aquí no hay drama final, El golpe (1973) es un film más amable. El único drama es el que da origen a la estafa en que se centra el argumento. Johnny Hooker (Robert Redfor) es un timador de poca monta que, por error, estafa con su socio Luther Coleman (Robert Earl Jones) a un correo de un peligroso ganster, Doyle Lonnegan (Robert Shaw). Lonnegan, implacable, localiza a Luther y lo mata. Hooker quiere vengarse y para ello entra en contacto con otro estafador medio retirado, Henry Gondorff (Paul Newman), que planea una complicada y arriesgada operación contra Lonnegan.

Sin duda, El golpe basa su éxito en una serie de detalles pulidos y cuidados al máximo por su director, conocedor de las claves del éxito. Reúne a dos atractivos actores en la cima de su carrera y que ofrecen una interpretación sobresaliente, en especial Paul Newman, y en ellos se apoya un guión colosal, donde la historia está perfectamente hilvanada en su más mínimos detalles, controlando el ritmo, la alternancia de momentos relajados con otros mucho más intensos y guiando hábilmente la trama hacia un final portentoso donde todo termina de encajar como la maquinaria de un reloj. Y lo adorna además con dos elementos que resultan claves: el precioso ragtime  de Scott Joplin y una brillante ambientación en el Chicago de los años treinta, con un vestuario y una fotografía muy logrados. Otro elemento clave es el reparto de secundarios de la película, unos treinta, con un genial Robert Shaw a la cabeza, impresionante en su papel de malvado, donde todos cumplen con sus papeles de manera envidiable.

La película tiene una duración nada menos que de 129 minutos y sin embargo, se pasan a una velocidad de vértigo, mérito indiscutible de un guión soberbio escrito por David S. Ward, inspirado en hechos reales narrados en la novela "The Big Con: The Story of the Confidence Man" (1940) de David W. Maurer. El film tuvo un enorme éxito y cualquiera que lo vea por primera vez se quedará maravillado por lo bien que funciona. Nominada en diez apartados, la película ganó siete Oscars: mejor película, director, guión, dirección artística, vestuario, montaje y banda sonora. Aunque nominado, Robert Redford se quedó sin premio.

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