El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 25 de febrero de 2023

Cortina de humo



Dirección: Gary Yates.

Guión: Karen Stillman (Novela: Sandra Brown).

Música: Jonathan Goldsmith.

Fotografía: C. Kim Miles.

Reparto: Jaime Pressly, Currie Graham, Garwin Sanford, Larissa Laskin, Blu Mankuma, Zak Santiago, Malcolm Stewart, Martin Cummins, Brendan Fletcher.

La periodista Britt Shelley (Jaime Pressly) despierta una mañana en la cama de un policía, Jay Burgess (Martin Cummins), que está muerto. 

Cortina de humo (2010) comienza de manera bastante prometedora: una conocida periodista de Charleston despierta en la cama de un policía... muerto y no puede explicar nada de lo sucedido, pues sospecha que ha sido drogada y no recuerda nada. 

Sin embargo, las expectativas de estar ante el comienzo de un thriller interesante pronto se desvanecen, en cuanto el argumento empieza a desvelarse y comprendemos que va a transcurrir inevitablemente por terrenos rutinarios, sin la más mínima sorpresa que pueda alterar el desarrollo. 

Al saber de antemano que Britt es inocente y le han tendido una trampa, solo queda esperar a ver cómo consigue demostrar su inocencia. En el camino, naturalmente, las cosas irán empeorando progresivamente, de manera que parezca más difícil que salga de un lío cada vez más serio. Cuando se tropieza con un antiguo bombero (Currie Graham) que ha pasado por algo parecido, comprendemos de inmediato también lo que sucederá: del enfrentamiento inicial nacerá su colaboración en la investigación y después el romance.

Tampoco la identidad del culpable resulta demasiado difícil de adivinar, de manera que ni siquiera el desenlace aporta una nota de sorpresa y originalidad, además de estar pésimamente resuelto.

Por lo tanto, ¿qué podemos decir de bueno de Cortina de humo? Pues solamente he encontrado un detalle interesante y es que el guión, con no ser brillante, al menos se toma el tiempo de perfilar a alguno personajes con algo más que con brochazos superficiales. No es que ahonde demasiado en sus personalidades, pero sí que aporta pequeños detalles que humanizan a los protagonistas, con lo que algunas escenas, pocas, tienen algo de profundidad y añaden una nota más personal a la historia.

Pero quizá el mayor problema de la película resida en el director, que realiza un trabajo demasiado flojo que estropea las escasas posibilidades de Cortina de humo. No digo que en manos de un buen director la película mejorara mucho, pues con el guión con el que contamos poco se puede hacer, pero sí que se podrían mejorar algunas cosas, como la torpeza de algunos planos o la escasa intensidad del trabajo de algunos actores.

En todo caso, el resultado es un film bastante mejorable, tanto por la intriga, muy endeble, como por la puesta en escena. Se nota que es un producto realizado con los medios justos y sin demasiadas pretensiones. 

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