El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 19 de febrero de 2023

¿Hacemos una porno?



Dirección: Kevin Smith.

Guión: Kevin Smith.

Música: James M. Venable.

Fotografía: David Klein.

Reparto: Elizabeth Banks, Seth Rogen, Craig Robinson, Jason Mewes, Gerry Bednob, Traci Lords, Katie Morgan, Tom Savini, Jeff Anderson. 

Zack (Seth Rogen) y Miri (Elizabeth Banks) son amigos desde el instituto y comparten piso pero aún así no consiguen pagar las facturas, llegando a cortarles la luz y el agua. Para salir del apuro deciden rodar una peli porno.

Nueva vuelta de tuerca a la típica comedia romántica, porque ¿Hacemos una porno? (2008), a pesar de lo que aparenta, no es más que una historia de amor bastante corriente. Pero para darle un tratamiento diferente, y además imagino que tirando del morbo que puede favorecer la taquilla, Kevin Smith se monta un film gamberro a base de una idea tan idiota como surrealista. Porque seamos sensatos, ¿alguien se cree que una chica como Miri necesita recurrir a participar en un film porno cutre con su amigo de toda la vida? Hace falta echarle mucha imaginación para aceptar algo así, sobre todo porque hay un error básico en el planteamiento: Seth Rogen da el tipo de pringado y obseso sexual capaz de intentar hacer una peli porno, pero Elizabeth Banks no pega en su papel ni de broma. Es demasiado guapa y tiene demasiada clase como para verla en semejante aventura y más al lado de Rogen. La diferencia entre ambos es tan abismal que fue el mayor obstáculo para creerme el planteamiento de Kevin Smith, hasta el punto que deseaba ardientemente que Miri le diera calabazas a su amigo y dejara plantada la peli.

Pero dejando de lado la credibilidad más que dudosa del argumento, el desarrollo no arroja nada memorable: chistes soeces; una catarata de palabras malsonantes, la mayor parte de las veces sin venir a cuento, diálogos absurdos y forzados y personajes tan poco convincentes que uno los mira y parece que fueran extraterrestres.

Lo peor de todo es que el director termina desertando del enfoque transgresor y gamberro y sin complejo alguno le da un giro a la película en el último momento y nos ofrece un empalagoso romance entre los protagonistas que, de repente, al hacer el amor en la película porno, descubren que se aman y, de propina, que son tremendamente celosos y posesivos, así que fin al libertinaje, a la diversión, a saltarse las convenciones, que en cuanto te hago el amor me convierto en el primer puritano de la tierra.

No solo este giro convierte todo lo anterior en una especie de engaño, sino que hace que la película pierda cualquier seña de innovación. Además, Kevin Smith cae en los tópicos más conservadores de las relaciones de pareja, de nuevo con un planteamiento cutre, sin una base real creíble, con el resultado de un romance que no nos emociona y que vivimos entre el asombro y la resignación.

Seth Rogen cumple con su personaje y da el tipo sin problemas y Elizabeth Banks tampoco desentona, salvo que no la veo en ese papel. Imagino que con otra actriz la historia podría haber resultado algo menos surrealista, pero la calidad final del producto sería la misma.

No basta con aparentar ser gamberro para pretender tener éxito e ir de enrollado. Solo con eso no basta. La clave siempre está en el ingenio, en crear una historia con fuerza y con sentido. Y Kevin Smith nos ofrece el chiste fácil y el morbo para enganchar, ¿a quién?. ¿Hacemos una porno? no me divirtió en absoluto, incluso me provocó enfado en algún momento con lo que estaba viendo. No creo que se pueda decir mucho más.

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