El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 13 de febrero de 2023

La casa del lago



Dirección: Alejandro Agresti.

Guión: David Auburn.

Música: Rachel Portman.

Fotografía: Alar Kivilo.

Reparto: Keanu Reeves, Sandra Bullock, Shohreh Aghdashloo, Ebon Moss-Bachrach, Lynn Collins, Willeke van Ammelrooy, Christopher Plummer.

Cuando se muda de casa, Kate Forster (Sandra Bullock) deja un carta en su antiguo domicilio solicitando al nuevo inquilino que le remita el posible correo que aún le pueda llegar allí. Comienza de esta manera una relación epistolar entre ambos y entonces descubren que los separan exactamente dos años.

Remake americano del film coreano Siworae (2000), del director Hyun-seung Lee, La casa del lago (2006) nos demuestra que cuando creíamos que ya habíamos visto todo en comedias románticas aún nos faltaba una vuelta más de tuerca.

El planteamiento inicial de dos personas que se intercambian correspondencia con dos años de diferencia es realmente imaginativo... y absurdo. Sin embargo, el guión nos lo plantea con tal convencimiento que en principio no cuesta demasiado aceptar esa premisa y dejarnos llevar a una realidad fantástica. Una vez situados ahí, el romance entre Kate y Alex (Keanu Reeves) va cobrando forma de manera natural y muy convincente. Sin duda, esta primera parte en que se intercambian cartas y van conociéndose es la más interesante de la película pues, prescindiendo del disparate del tiempo, nos relata un bonito romance entre dos personas que no encontraron aún el amor y que, milagrosamente, se sienten identificados en cuanto comienzan a intimar.

El problema viene cuando la historia se va complicando, con el lógico deseo de los desconocidos de buscar la manera de encontrarse. Entonces el tema de la distancia temporal cobra más protagonismo y la alternancia de situaciones entre el pasado de Kate, el futuro de Alex y el presente de ambos crea una confusión que entorpece el desarrollo del romance, despistándonos innecesariamente.

Pero además, a esta confusión se añaden ciertos elementos dramáticos muy poco originales, además de fácilmente predecibles, que en mi opinión no ayudan mucho y convierten lo que podría haber sido una aceptable historia de amor en algo más trillado y un tanto forzado, de manera que nos damos cuenta de que no se trata de una propuesta sincera, un romance concebido desde el convencimiento, sino que más bien parece un juego planificado para sorprendernos y conmovernos, no desde la espontaneidad, sino con cierta inclinación a una manipulación calculada; algo que podría constatarse también por el amor que nos "vende" La casa del lago que no parece asentado en algo muy sólido, sino que más bien responde a un concepto idealizado y perfecto, ahondando en los tópicos menos imaginativos del genero.

Por ello, conforme avanza la película se va perdiendo la magia inocente del comienzo, tan imaginativo como curioso, para llevarnos a una realidad mucho menos poética. 

Aún así, la presencia de Sandra Bullock y un sorprendente Keanu Reeves, que nunca me convenció pero que en esta ocasión resulta mucho menos artificial que de costumbre, logran crear una química que funciona. Si a ello le sumamos el buen gusto de Alejandro Agresti a la hora de contar la historia, apoyándose con acierto en una banda sonora espectacular y sabiendo penetrar convenientemente en las carencias de los protagonistas, tenemos finalmente un film que, aún siendo imperfecto, funciona adecuadamente y aunque el final sea un tanto fantástico de más tiene la virtud de resultar gratificante, porque a todos nos complace ver como Kate y Alex logran, después de tantas vicisitudes, vencer todos los obstáculos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario