El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 15 de febrero de 2023

The Long Arm



Dirección: Charles Frend.

Guión: Janet Green y Robert Barr (Libro: Robert Barr).

Música: Gerbrand Schürmann.

Fotografía: Gordon Dines (B&W).

Reparto: Jack Hawkins, John Stratton, Dorothy Alison, Geoffrey Keen, Ursula Howells, Newton Blick, Sydney Tafler, Ralph Truman, Maureen Delany, Michael Brooke.

Una noche salta la alarma en las oficinas de la compañía Long Acre, pero cuando llega la policía a investigar el vigilante nocturno niega haber visto nada sospechoso. Al día siguiente, sin embargo, se descubre que han robado el dinero de la caja fuerte.

Interesante película de la productora Ealing Studios, famosa sobre todo por sus comedias, que retrata con detalle el trabajo de la policía para atrapar a un astuto ladrón.

Lo que caracteriza a The Long Arm (1956) es sobre todo su precisión. Desdeñando un enfoque más espectacular, el guión se centra en mostrar con todo detalle el largo y laborioso trabajo de la policía explorando pistas, comprobando datos, interrogando a sospechosos, tirando de cualquier hilo, por insignificante que parezca, hasta encauzar la investigación. Es un trabajo a veces poco brillante, que requiere paciencia y muchas horas de dedicación, a veces sin una certeza de que se sigue la pista correcta.

Pero además de este enfoque tan interesante, donde la productora contó con el asesoramiento de la propia policía, lo que asegura la verosimilitud de lo contado, el argumento pone en pie una trama muy inteligente planificada al detalle por los ladrones, de manera que además de disfrutar de la labor policial nos asombramos con la maestría de los delincuentes. Gracias a un guión perfecto, todas las piezas encajan con precisión y esto es lo que marca la diferencia entre un film apasionante frente a otros chapuceros que buscan más la sorpresa a toda costa.

Pero además contamos con el buen trabajo de Charles Frend que sabe dotar de agilidad a una historia que no es básicamente espectacular, sino que refleja un trabajo rutinario y meticuloso por parte de la policía, lo que podría motivar un cierto aburrimiento por parte del espectador. No es así por la soltura del director y la habilidad de ir alternando la investigación con detalles de la vida personal del protagonista, el superintendente Halliday (Jack Hawkins), donde destaca la bonita relación con su hijo Tony (Michael Brooke), fascinado por el trabajo de su padre, idealizado por sus ojos infantiles.

Otro detalle que ayuda mucho a la historia son los pequeños detalles de humor que jalonan la película, desde personajes secundarios singulares a diálogos inspirados y que contribuyen también a aligerar la trama policial.

Con un reparto eficaz de actores no muy conocidos, salvo Jack Hawkins, The Long Arm es una película muy interesante y realmente amena que confirma que una propuesta modesta si está bien realizada puede ser un admirable vehículo de entretenimiento.

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