El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 6 de octubre de 2023

Un romance muy peligroso



Dirección: Steven Soderbergh.

Guión: Scott Frank (Novela: Elmore Leonard). 

Música: David Holmes.

Fotografía: Elliot Davis.

Reparto: George Clooney, Jennifer López, Ving Rhames, Don Cheadle, Dennis Farina, Steve Zahn, Albert Brooks, Isaiah Washington, Michael Keaton, Catherine Keener, Luis Guzmán, Samuel L. Jackson. 

Durante su fuga de la cárcel, a dónde le ha llevado su enésimo atraco a un banco, Jack Foley (George Clooney) se topa de bruces con Karen Sisco (Jennifer López), una agente judicial a la que se lleva como rehén. Curiosamente, ambos se sentirán atraídos el uno por el otro.

Un romance muy peligroso (1998) propone una mezcla entre thriller y comedia, lo que no siempre me parece la decisión más acertada. En esta ocasión, la parte ligera resta demasiada fuerza y dramatismo a todo lo concerniente al robo de los diamantes, de manera que ni en los momentos en que debería haber máxima tensión llegamos a dudar de la integridad física de Jack Foley. Y eso se debe a que por el tono elegido sabemos desde el primer minuto que Foley acabará saliendo airoso de todas las situaciones en que se pueda ver implicado.

Es cierto que al final lo detienen, pero la última escena deja la puerta abierta a un futuro feliz del ladrón con la agente judicial. Y es en este punto donde no me resisto a criticar la moralidad que encierra el argumento. El protagonista es un ladrón, es decir, un delincuente, y por lo tanto según la moralidad en boga deberá recibir un castigo por su conducta. Castigo que sería mucho mayor en caso de delitos más graves, por lo que el guión se encarga de precisar que en todos sus atracos a bancos, Foley nunca utilizó un arma. Además, pudiendo huir con los diamantes, vuelve a la mansión donde se comete el robo para salvar a una mujer de una violación segura y su intervención ayuda además a frustrar las intenciones de los malvados de turno. Es decir, todo está enfocado para ofrecer una imagen positiva de Foley, que es cierto que es detenido por Karen, pero el final abre una posibilidad a un final feliz de la pareja de amantes. Entiendo que la película procure dar una cierta imagen ética y de justicia, pero la manera de hacerlo me resulta demasiado infantil.

En cambio, la cosa funciona algo mejor en la parte del romance, no específicamente porque el guión aquí se muestre más certero que en lo concerniente al thriller, sino por el evidente encanto y atractivo de Jennifer López y de George Clooney, dos sex-symbols en el momento del rodaje que justifican con creces ese adjetivo; sobre todo en el caso del actor, con muchas más tablas y encanto que Jennifer López, cuya belleza es innegable pero que resulta bastante más fría.

Pero en líneas generales, esperaba más de esta cinta pues ni la trama del robo, ni los personajes, ni siquiera el romance terminan resultando lo suficientemente atractivos e interesantes como para que te impliques realmente en lo narrado. Me pareció todo un tanto superficial, realizado con un claro interés comercial y para lucimiento de la pareja protagonista, pero sin que se diera la suficiente entidad e importancia al resto: toda la parte del thriller es muy poco consistente, el componente de comedia es realmente pobre y el romance nos deja con ganas de más.

Al final, todo queda reducido a lo mínimo y solamente la elección de los protagonistas salva realmente el resultado.

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