El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 21 de octubre de 2023

El maquinista de La General



Dirección: Buster Keaton y Clyde Bruckman.

Guión: Buster Keaton y Clyde Bruckman.

Música: Carl Davis.

Fotografía: Bert Haines y J.D. Jennings (B&W).

Reparto: Buster Keaton, Marion Mack, Glen Cavender, Jim Farley, Frederick Vroom, Charles Henry Smith, Frank Barnes, Joe Keaton, Mike Donlin, Tom Nawn. 

Johnnie Gray (Buster Keaton) es maquinista en la Western & Atlantic Railroad. Cuando estalla la Guerra Civil intenta alistarse, pero las autoridades consideran que es más útil en su puesto de trabajo. Sin embargo, su novia Annabelle (Marion Mack) piensa que no se alistó por miedo.

Si algo caracteriza al cine mudo norteamericano es el magníficorepertorio de una gran cantidad de películas cómicas que aún a día de hoy siguen siendo un ejemplo de perfección y agudeza. Si para la mayoría de críticos y público el número uno del género entonces fue Charles Chaplin, creo que en el segundo lugar podríamos situar sin duda a Buster Keaton, poseedor de un talento único para el gag visual.

Dentro de su extensa filmografía, El maquinista de La General (1926) es su obra cumbre y uno de los títulos imprescindibles del género, no solamente de la época muda, sino de la historia del cine.

El origen del argumento tiene como base un hecho real: un grupo de soldados de la Unión roban un tren para huir al norte. En la cinta, se llevan la locomotora La General, el gran amor de Johnnie Gray junto a su querida Annabelle. Del hecho histórico a la película, el protagonismo pasa al héroe solitario sudista: Johnnie Gray.

Johnnie había sido rechazado en la oficina de alistamiento y todos pensaban que en realidad era un cobarde que eludía la guerra. El robo del tren, incluyendo a Annabelle, propicia que Johnnie emprenda una temeraria persecución para rescatar a su preciada locomotora (entonces desconoce aún que su amada va en ese tren también). Es el acto de un hombre enamorado de la máquina, un irresponsable en el fondo, pero que acabará por convertirlo en un héroe ante sus compatriotas y, sobre todo, ante Annabelle, que piensa que su chico arriesgó su vida por ella. Y Gray dejará que viva con esa ilusión.

A nivel cinematográfico, El maquinista de La General confirma la madurez del cine de la época, que había llegado en muy poco tiempo a un grado de perfección y eficacia evidentes. Una prueba es ver cómo la cinta está rodada mayoritariamente en exteriores, con una cámara dinámica que se sitúa siempre en el mejor lugar para meternos de lleno en la acción. Con un despliegue de medios importante, solamente la gran cantidad de extras ejemplifica la ambición del proyecto, el mérito de Buster Keaton es lograr que todos los gags encajen perfectamente dentro del argumento, sin que ninguno resulte forzado. Pero además de este detalle, hay que reconocer que esos gags tienen una calidad tremenda. El detalle del cañón, el tren despeñándose por el puente, Gray escondido bajo la mesa donde los oficiales del Norte planean el ataque, Annabelle "ayudando" con la leña en el tren... es imposible resumir los mejores momentos, pues son casi constantes. Uno se maravilla al ver cómo Keaton es capaz de sacar tanta magia de un simple viaje en tren, consiguiendo siempre el ritmo adecuado y que la acción y los gags no decaigan en ningún momento.

Y naturalmente, está Buster Keaton, siempre impertérrito, componiendo un héroe atípico, pues es torpe, patoso y un tanto insensato, pero entrañable. Su pequeña figura al lado de las tropas confederadas da la mejor imagen del héroe por accidente que pueda verse.

Curiosamente, El maquinista de La General no fue bien recibida en su estreno, en parte por hacer comedia de un tema tan serio como la Guerra Civil y supuso el principio del ocaso de Buster Keaton. Solo el paso de los años ha logrado poner a esta película en el lugar de la historia del cine que le corresponde.

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