El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 29 de octubre de 2023

The Babysitters



Dirección: David Ross.

Guión: David Ross.

Música: Chad Fisher.

Fotografía: Michael McDonough.

Reparto: Katherine Waterston, John Leguizamo, Cynthia Nixon, Andy Comeau, Lauren Birkell, Louisa Krause, Denis O'Hare, Halley Wegryn Gross, Ethan Phillips, Alexandra Daddario, Spencer Treat Clark. 

Shirley (Katherine Waterston) es una estudiante que ocasionalmente hace de niñera para sacarse un dinero extra. Un día, inicia una relación con Michael Beltran (John Leguizamo), un cliente que le paga generosamente al sentir remordimientos. Ante la posibilidad de ganar mucho dinero, Shirley comenzará a enfocar el tema en términos más ambiciosos.

Si algo bueno podemos sacar de The Babysitters (2007) es el intento de afrontar un tema tan espinoso como la prostitución a cargo de un grupo de estudiantes menores de edad con cierto rigor. Es evidente que la intención de David Ross no es enfocar el asunto desde el morbo o la provocación. Así que el relato está más centrado en el día a día de Shirley y cómo administra su negocio una vez que se va corriendo la voz entre diversos hombres casados y la demanda del servicio de "niñeras" aumenta.

El otro eje que articula la historia es la relación entre Shirley y Michael, que pasa de una mera atracción física a derivaciones más complejas.

Sin embargo, el principal inconveniente de la película es que David Ross se queda un poco en la superficie de lo que quiere contar, sin llegar a profundizar convenientemente en las necesidades, motivaciones y miedos de los personajes. De Shirley conoceremos que es una joven fría, avariciosa y exigente que acaba por arruinar su negocio al no poder controlar a sus chicas. Pero aún así terminamos sin conocerla bien, por ejemplo en su relación con Michael. Sin embargo, creo que el tema exigía una mayor profundización, conocer mejor a Shirley para entender su transformación de simple estudiante a perversa "madame". 

Tampoco el guión es lo suficientemente incisivo al tratar los problemas relacionados con el negocio de Shirley, como la manera en que afecta a las chicas, el tema de las drogas, los clientes... Al final hay demasiados puntos que quedan en el aire, de manera que la cinta termina siendo más una fachada que un análisis serio del tema de la prostitución.

Tal vez no fuera la intención de Ross abarcar demasiado, pero la sensación que nos queda es de un relato un tanto superficial.

Tampoco el nivel de los actores es muy alto, lo que se puede comprender sabiendo que estamos ante un film modesto con un presupuesto limitado. En todo caso, considero que si ese fuera el único punto débil de la cinta se perdonaría sin grandes problemas, pues aunque los actores, especialmente las chicas, no son brillantes, tampoco desentonan en exceso.

Para finalizar, el desenlace me pareció un tanto forzado. Es como si el director tuviera que ceder a la moralidad vigente e imponer una lección rotunda sobre los peligros de la prostitución, lección un tanto arbitraria y que no me resultó la mejor manera de finalizar la historia.

The Babysitters no es definitivamente una gran película, sí sus intenciones y la elegancia con la que afronta el tema, pero el director se queda lejos de lograr un relato consistente.

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