Dirección: Cameron Crowe.
Guión: Cameron Crowe.
Música: Nancy Wilson.
Fotografía: Janusz Kaminski.
Reparto: Tom Cruise, Cuba Gooding Jr., Renée Zellweger, Kelly Preston, Jerry O'Connell, Jay Mohr, Bonnie Hunt, Regina King, Jonathan Lipnicki, Todd Louiso, Mark Pellington, Jeremy Suarez.
Jerry Maguire (Tom Cruise) es un exitoso representante de deportistas que, sin embargo, un día se da cuenta de lo deshumanizado que está su trabajo y se plantea sino sería mejor atender a menos clientes pero hacerlo mejor. Esas reflexiones sin embargo provocan que sea despedido de la agencia en que trabaja.
Jerry Maguire (1996) es de esas películas manipuladoras y estereotipadas que acaban por enfadarte un poco más a cada minuto que pasa. Es un cine tan falso que es imposible tomarla en serio, a pesar de que es lo que busca Cameron Crowe con su discurso.
La historia es tan simple como increíble: un agente agresivo y de éxito un día tiene un ataque de conciencia y se replantea cómo está llevando su trabajo y su vida. Y como solución escribe un texto en el que expone la importancia de no olvidarse de ciertos valores para evitar caer en la deshumanización; texto que difunde entre sus colegas, a modo de profeta predicando entre los pecadores. ¿Consecuencia? es despedido, lo cuál hasta resulta lógico, pues en el fondo está planteando trabajar menos, algo que cualquier empresario rechazaría.
Pero Crowe nos vende este despido como una injusticia y desarrolla el drama de Maguire castigado por su honestidad y enfrentado al fracaso profesional. Es más, hasta rompe con su novia (Kelly Preston) en medio de ese estado de revelaciones éticas, que lo insulta con el peor de los calificativos posibles: perdedor.
Sin embargo, es evidente que todo este planteamiento está destinado a ofrecernos la resurrección de Jerry, desde el abismo hasta la cima, con el encuentro también del amor perfecto en el mismo paquete.
No tengo nada en contra de las películas optimistas que nos ofrecen una visión de un mundo más justo, feliz y gratificante. Creo en los cuentos, son necesarios y hermosos. Pero este no lo es. Porque suena a engaño constantemente, porque los personajes resultan falsos y las situaciones incomprensiblemente idiotas.
Por ejemplo, cuando Jerry es despedido y su comportamiento resulta tan absurdo que nos desmonta al personaje. Si Crowe quería hacer cercano y hasta simpático a Jerry Maguire el resultado es el contrario. De hecho, Jerry termina por caernos mal, nunca conseguí verlo como alguien bueno, entrañable, sino como un idiota que no sabe ni expresarse. Porque aquí es donde encontramos otros de los graves defectos de la cinta: unos diálogos sin consistencia, rozando la estupidez, como en la escena de la reconciliación de Jerry con su mujer Dorothy (Renée Zellweger), donde la falta de calidad en los diálogos es alarmante y estropea cualquier momento en que la emotividad debía adueñarse de la pantalla, quedando secuencias torpes y sin sustancia.
Pero es que este problema de profundidad o más bien de sinceridad a la hora de exponer la historia es algo que percibimos desde el mismo comienzo. No sé cómo interpretarlo, parece que Crowe tuviera miedo de mostrarse emotivo y recubre los momentos clave con una capa de efectismo, vulgaridad e histrionismo que perjudican notablemente la calidad del mensaje que se quiere trasmitir.
La película recibió nada menos que cinco nominaciones a los Oscar, ganando finalmente Cuba Gooding Jr. el premio a mejor secundario.
A pesar de todo, o precisamente por su factura y su mensaje positivo más allá de las contradicciones, la película fue un éxito de público.
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