El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 31 de octubre de 2023

En tierra hostil



Dirección: Kathryn Bigelow.

Guión: Mark Boal.

Música: Marco Beltrami y Buck Sanders.

Fotografía: Barry Ackroyd.

Reparto: Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geraghty, Christian Camargo, Guy Pearce, Ralph Fiennes, David Morse, Evangeline Lilly. 

Tras la muerte de un compañero, el sargento William James (Jeremy Renner) es enviado para sustituirle al frente de un equipo de artificieros encargado de desactivar bombas en Irak.

En tierra hostil (2008) es el ejemplo perfecto de las virtudes y las debilidades de cierto tipo de cine actual que lo fía todo a la eficacia de la puesta en escena pero descuida gravemente el argumento.

La película de hecho se compone de una serie de episodios en los que los artificieros han de desactivar algún explosivo. No hay una evolución en el desarrollo argumental, no vemos un hilo conductor, casi no hay ni mensaje. La simplicidad llega a tal extremo que solamente sabemos que estamos en Irak, pero no conocemos nada más acerca del conflicto, de los bandos enfrentados, el origen... Nada de eso parece preocuparle al guionista, que solamente nos muestra escenas de desarticulación de bombas unidas por momentos en el campamento norteamericano bastante intrascendentes.

Ni los personajes principales tienen mucha entidad. James es un temerario que ni él mismo sabe decir qué le impulsa a actuar como lo hace. De su compañero Sanborn (Anthony Mackie) aún sabemos menos, salvo que de repente quiere tener un hijo para darle sentido a su vida. Pero ni en los momentos de más intimidad el guión logra hilvanar un discurso profundo, con sentido. Todo son frases hechas, clichés de machotes. Sinceramente, a nivel de argumento, la película no cuenta absolutamente nada e incluso cae en ciertos tópicos de manera que algunas escenas son fácilmente predecibles.

En cambio, en donde destaca la cinta de Kathryn Bigelow es en la puesta en escena, de una veracidad absoluta, de manera que sentimos el polvo y casi podemos oler la miseria que reina en las calles. Del mismo modo, las escenas de tensión están resueltas admirablemente, en especial el tiroteo en el desierto, de manera que la directora consigue captar toda nuestra atención, llevando la tensión y el peligro al máximo. 

Jeremy Renner de nuevo nos confirma su oficio para encarnar a personajes de este estilo, tipos duros y decididos, que parecen encajar perfectamente con su fisonomía. Por este lado tenemos absoluta credibilidad.

Pero creo que ello no puede ser suficiente como para ensalzar En tierra hostil como una gran película de guerra porque es un film cojo. Cualquiera con oficio y medios puede recrear cualquier escenario y si además cuenta con un buen reparto, como es el caso aquí, el resultado está garantizado. Pero una película ha de ser algo más que unas imágenes potentes y en este caso estamos ante un mosaico de episodios sin nada interesante ni original que contar. ¿La crueldad de la guerra?, ¿lo humanitarios que son los norteamericanos? Lo hemos visto hasta la saciedad, pura propaganda demasiado cargada de tópicos. 

La película ganó seis Oscar: mejor película, mejor dirección (la primera vez que lo ganaba una mujer), mejor guión original, mejor montaje, mejor mezcla de sonido y mejor edición de sonido.

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