Dirección: Andrea Di Stefano.
Guión: Matt Cook (Novela: Anders Roslund y Börge Hellström).
Música: Will Blair y Brooke Blair.
Fotografía: Daniel Katz.
Reparto: Joel Kinnaman, Rosamund Pike, Common, Ana de Armas, Clive Owen, Sam Spruell, Ruth Bradley, Eugene Lipinski, Martin McCann.
Pete Koslow (Joel Kinnaman) trabaja para "El General" (Eugene Lipinski), un mafioso ruso traficante de drogas, pero también intenta dejar esa vida colaborando con el FBI para detener a su jefe.
La baza con la que juega The Informer (2019) es la de la intriga, dándole un par de vueltas al argumento bastante prometedoras pero, lamentablemente, no del todo bien resueltas.
La historia de un infiltrado en la mafia está bastante vista, por lo que se entiende que el guión intente darle una vuelta más y recurra a ingeniosos giros que van poniendo al protagonista cada vez en una situación más desesperada, especialmente cuando un alto cargo del FBI, Montgomery (Clive Owen), decide que la mejor salida posible es librarse de su confidente y echar tierra sobre toda la operación.
No cuesta nada ponerse en la piel de Pete y comprender su desolación al verse en peligro de muerte encerrado en prisión, a merced de todo el mundo.
El problema es que para que la trama funcione hace falta enfocarla de manera inteligente, para que nos sintamos involucrados realmente con los problemas del protagonista y pasemos desde nuestra butaca los mismos apuros y miedos que él. Y eso el guión no lo consigue, pues habría tenido que ahondar más y mejor en los personajes, que al final no terminan de resultarnos ni cercanos ni profundos. Es un fallo realmente grave que lo condiciona todo. Ni cuando la familia de Pete y él mismo están en serios aprietos llegamos a emocionarnos siquiera.
No ayuda mucho tampoco que el guión resulte algo confuso por momentos, tocando muchas variantes, como la presencia del policía de Nueva York Grens (Common) o "El General", que al final no tienen demasiado peso en la historia. Y es que la trama, bien analizada, resulta demasiado liviana, con demasiados clichés, y nunca acaba de sentirse con la suficiente fuerza para atraparnos en sus redes.
Y algo de culpa puede que también esté en que el guión, aún buscando sorprendernos, resulta bastante previsible y no es difícil ir adivinando el desenlace antes de que se produzca. Y si hablamos de desenlace, de nuevo, como sucede a menudo con los argumentos que complican demasiado las cosas, estamos ante un final bastante pobre en su resolución. La parte en que deberíamos estar más implicados resulta que carece de brillantez e incluso algunos momentos se resuelven con cierta precipitación.
A final, estamos ante una película no excesivamente bien elaborada, que funciona por momentos, mientras que en otros se muestra demasiado previsible. Es un film que entretiene pero al que le falta mucho para ser una gran película.
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