El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 8 de febrero de 2024

The Informer



Dirección: Andrea Di Stefano.

Guión: Matt Cook (Novela: Anders Roslund y Börge Hellström).

Música: Will Blair y Brooke Blair.

Fotografía: Daniel Katz.

Reparto: Joel Kinnaman, Rosamund Pike, Common, Ana de Armas, Clive Owen, Sam Spruell, Ruth Bradley, Eugene Lipinski, Martin McCann.

Pete Koslow (Joel Kinnaman) trabaja para "El General" (Eugene Lipinski), un mafioso ruso traficante de drogas, pero también intenta dejar esa vida colaborando con el FBI para detener a su jefe.

La baza con la que juega The Informer (2019) es la de la intriga, dándole un par de vueltas al argumento bastante prometedoras pero, lamentablemente, no del todo bien resueltas.

La historia de un infiltrado en la mafia está bastante vista, por lo que se entiende que el guión intente darle una vuelta más y recurra a ingeniosos giros que van poniendo al protagonista cada vez en una situación más desesperada, especialmente cuando un alto cargo del FBI, Montgomery (Clive Owen), decide que la mejor salida posible es librarse de su confidente y echar tierra sobre toda la operación.

No cuesta nada ponerse en la piel de Pete y comprender su desolación al verse en peligro de muerte encerrado en prisión, a merced de todo el mundo.

El problema es que para que la trama funcione hace falta enfocarla de manera inteligente, para que nos sintamos involucrados realmente con los problemas del protagonista y pasemos desde nuestra butaca los mismos apuros y miedos que él. Y eso el guión no lo consigue, pues habría tenido que ahondar más y mejor en los personajes, que al final no terminan de resultarnos ni cercanos ni profundos. Es un fallo realmente grave que lo condiciona todo. Ni cuando la familia de Pete y él mismo están en serios aprietos llegamos a emocionarnos siquiera.

No ayuda mucho tampoco que el guión resulte algo confuso por momentos, tocando muchas variantes, como la presencia del policía de Nueva York Grens (Common) o "El General", que al final no tienen demasiado peso en la historia. Y es que la trama, bien analizada, resulta demasiado liviana, con demasiados clichés, y nunca acaba de sentirse con la suficiente fuerza para atraparnos en sus redes.

Y algo de culpa puede que también esté en que el guión, aún buscando sorprendernos, resulta bastante previsible y no es difícil ir adivinando el desenlace antes de que se produzca. Y si hablamos de desenlace, de nuevo, como sucede a menudo con los argumentos que complican demasiado las cosas, estamos ante un final bastante pobre en su resolución. La parte en que deberíamos estar más implicados resulta que carece de brillantez e incluso algunos momentos se resuelven con cierta precipitación.

A final, estamos ante una película no excesivamente bien elaborada, que funciona por momentos, mientras que en otros se muestra demasiado previsible. Es un film que entretiene pero al que le falta mucho para ser una gran película.

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