El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 1 de febrero de 2024

Venganza bajo cero



Dirección: Hans Petter Moland. 

Guión: Frank Baldwin.

Música: George Fenton.

Fotografía: Philip Øgaard.

Reparto: Liam Neeson, Tom Bateman, Emmy Rossum, Tom Jackson, Julia Jones, Laura Dern, John Doman, Domenick Lombardozzi, William Forsythe.

Nelson Coxman (Liam Neeson) es un honrado y respetado trabajador. Su tranquila vida sin embargo dará un vuelco cuando su hijo aparece muerto por sobredosis. 

Es curioso ver cómo Liam Neeson se ha especializado en films de acción, muchos de ellos con la palabra venganza en el título. Hay muchos casos parecidos, Tom Cruise, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger ..., en principio no hay nada malo, salvo que tus películas terminen siendo casi una copia una de otra, con pequeñas variantes. Y eso es lo que parece que vamos a encontrarnos en Venganza bajo cero (2019), cuya primera parte resulta bastante insípida, dando ganas de dejar de verla.

Sin embargo, aquí viene la sorpresa, conforme avanza la historia empieza a cambiar lo que era un film anodino y progresivamente nos desvela su lado más gamberro, con un humor muy bien llevado, inteligente, y detalles del guión que te van sorprendiendo y descolocando por inesperados y originales. Por ejemplo, los dos matones homosexuales, que han de esconder su amor en medio de un ambiente de mafiosos violentos, o la esposa (Julia Jones) capaz de mantener a raya a su bravucón ex marido, el Vikingo (Tom Bateman), nada menos que el jefe de una banda de traficantes, personaje realmente curioso, con una imaginativa mezcla de sádico y niño grande, tan peligroso como ridículo.

No solamente estos detalles convierten esta historia tan vulgar en cuanto a argumento en un film sorprendente, sino que nos mantiene totalmente despistados de por dónde pueden ir los tiros, añadiendo ese plus de incertidumbre que nos mantendrá pegados a la pantalla hasta el simpático, rocambolesco y sorprendente final, donde hasta el último segundo no dejará de asombrarnos.

La película es un remake del film noruego Uno tras otro (2014) que también había dirigido Hans Petter Moland, lo que no deja de ser otra curiosidad más. 

Lo que resulta bastante evidente en Venganza bajo cero son algunos detalles que nos recuerdan a Fargo (Joel Coen, 1996), como su ambientación en la nieve, la figura de la policía local (Emmy Rossum) y ese humor medio macabro, medio surrealista. Eso sí, el director aquí se muestra más contenido y no se ensaña con las escenas violentas; es más, muchas de las muertes ni se llegan a ver, lo que pareció un detalle muy elegante y la prueba de que añadir sangre por el mero placer de resultar macabro al final no sirve para gran cosa, en términos narrativos.

Venganza bajo cero termina por resultar un pasatiempo bastante simpático y original. No deja de ser un film menor, sin grandes aspiraciones, pero hemos de aplaudir que haya sabido salirse de los discursos más trillados y ofrecernos algo diferente dentro del género. 

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