El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 4 de junio de 2022

La casa del miedo



Dirección: Roy William Neill.

Guión: Roy Chanslor (Historia: Arthur Conan Doyle).

Música: Paul Sawtell.

Fotografía: Virgil Miller (B&W).

Reparto: Basil Rathbone, Nigel Bruce, Audrey Mather, Dennis Hoey, Paul Cavanagh, Holmes Herbert, Harry Cording, Sally Shepherd. 

Cuando dos miembros del club Buenos Camaradas mueren en extrañas circunstancias tras recibir un sobre con pepitas de naranja, la compañía de seguros que debe abonar sus pólizas decide recurrir a la ayuda de Sherlock Holmes (Basil Rathbone) para que investigue el caso.

Nueva adaptación, la décima, de un relato de Conan Doyle, Las cinco semillas de naranja, en la serie de largometrajes protagonizados por Basil Rathbone como Sherlock Holmes y Nigel Bruce como el doctor Watson y dirigidos, como la mayoría de la serie, por Roy William Neill.

La casa del miedo (1945) cuenta a su favor con un interesante misterio, al ir muriendo los miembros de un club de personas retiradas tras recibir una sobre con pepitas de naranja, la carta de presentación y de aviso del misterioso asesino que va acabando, uno a uno, con los miembros. Con este planteamiento, apoyado por una eficaz puesta en escena en una mansión sombría y de oscuro pasado, William Neill construye un relato que logra mantener la atención del espectador, atenazado por los imparables asesinatos y deseoso de conocer la resolución del tan bien urdido misterio. Y además, en contra de lo que suele acontecer con relatos menos inteligentes, la solución del caso no nos decepciona y encaja perfectamente con lo expuesto con anterioridad.

Es cierto que analizando con cuidado los detalles del misterio encontramos el entramado un poco inverosímil. Pero hemos de recordar que no se trata de un planteamiento científico o un caso real, sino de un simple vehículo de entretenimiento con sus lógicas licencias. Lo verdaderamente importante creo que es analizar si La casa del miedo cumple con su cometido de entretenernos, manteniendo nuestro interés en la intriga, y sinceramente pienso que lo hace de manera más que satisfactoria. 

Quizá el punto menos conseguido de la historia es que carga demasiado las tintas en la ingenuidad e incompetencia tanto de Watson, lo que constituye una constante en esta serie de adaptaciones, como del inspector Lestrade (Dennis Hoey), cuya torpeza parece excesiva y sin demasiada justificación, salvo realzar la agudeza de Holmes, la cuál creo que no necesita de ningún tipo de ayuda, pues su perspicacia e inteligencia brillan con luz propia.

Con unos diálogos muy cuidados, La casa del miedo es un film modesto, pero realizado con sumo esmero y poniendo todos los elementos disponibles para construir un entretenimiento eficaz dentro de su sencillez. La recomiendo no solamente para los entusiastas del detective Sherlock Holmes, sino para todo el que quiera pasar un buen rato a base de un misterio muy ingenioso y bien planteado.

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