El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 7 de junio de 2022

La perla maldita


Dirección: Roy William Neill.

Guión: Bertram Millhauser (Relato: Arthur Conan Doyle).

Música: Paul Sawtell.

Fotografía: Virgel Miller (B&W).

Reparto: Basil Rathbone, Nigel Bruce, Dennis Hoey, Evelyn Ankers, Miles Mander, Ian Wolfe, Charles Francis, Rondo Hatton.

Por un descuido de Sherlock Homes (Basil Rathbone), la Perla Borgia es robada del Royal Regent Museum por Giles Conover (Miles Mander), un escurridizo ladrón que, sin embargo, no tiene la perla en su poder cuando es capturado, por lo que la policía tiene que dejarlo en libertad.

Novena entrega de la serie de aventuras de Sherlock Holmes protagonizadas por Basil Rathbone y Nigel Bruce como el doctor Watson. La perla maldita (1944) se basa en el relato Los seis Napoleones y destaca por un guión realmente original y lleno de sobresaltos que pondrán a prueba la inteligencia y hasta la autoestima de Holmes.

La historia comienza con el detective recuperando una valiosa perla que está a punto de ser robada por Naomi Drake (Evelyn Ankers), cómplice del astuto ladrón Giles Conover. Pero este éxito de Holmes pronto se ve empañado por una negligencia suya que permite que Conover se haga finalmente con la perla. Sin embargo, ha de desprenderse de ella acosado por la policía. Poco después, empiezan a tener lugar una serie de misteriosos y crueles asesinatos que Holmes relaciona con Conover. Sin embargo, la única pista que puede seguir el detective es la aparición, junto a los cadáveres, de porcelana rota.

Sin duda, La perla maldita posee un argumento muy interesante, al contrario que otros relatos de esta serie más flojos en este apartado. Y es gracias a ello que William Neill consigue mantener el interés del espectador a lo largo de toda la cinta. De nuevo apoyado en una fotografía expresionista, que juega con habilidad con las luces y las sombras, creando un ambiente amenazador y misterioso, el director despeja la historia de cuanto pueda ser superfluo y logra un desarrollo ágil, desprovisto de escenas sin interés. De este modo, en cuanto arranca la película nos metemos de lleno en un caso repleto de giros, trampas y amenazas que convierten La perla maldita en una pequeña joya del cine de misterio.

Es cierto que la manera de retratar al inspector Lestrade (Dennis Hoey,) cercano a la incompetencia, y al doctor Watson, como excesivamente simple, motivado por la dudosa elección de buscar un contrapunto cómico a la figura de Sherlock Holmes, de manera también que resalte su inteligencia en comparación con sus amigos, es quizá el aspecto más criticable de la película. Pero también es verdad que estamos hablando de 1944 y la concepción de las películas era mucho más ingenua que en la actualidad. La historia del cine es una continua evolución desde la simplicidad inicial hacia una mayor elaboración, tanto de argumentos como de su tratamiento. Hoy en día, algunas de las bromas de La perla maldita y otros films del momento nos parecen demasiado elementales, pero ello no quiere decir que el espectador de la época las percibiera como nosotros ahora.

Creo que Basil Rathbone es el Sherlock Holmes perfecto, el mejor de la historia, tanto por su aspecto físico como por la manera de encarnar al detective, con una mezcla de autoridad natural, energía, modales exquisitos y determinación. Todo ello parece emanar de su figura de forma muy natural. Salvando las características marcadas por el guión, Nigel Bruce también me resulta muy natural en la piel del doctor Watson. Bruce era un actor que daba el perfil de bonachón de un modo también muy convincente.

La perla maldita es por lo tanto un film muy interesante, con buenas dosis de intriga y rodado de manera precisa por William Neill. Sin duda, merece la pena y mantendrá al espectador enganchado a la pantalla, disfrutando de un cine directo y sencillo, pero con indudable encanto.

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