El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 23 de enero de 2023

Truman Capote



Dirección: Bennett Miller.

Guión: Dan Futterman (Novela: Gerald Clarke).

Música: Mychael Danna.

Fotografía: Adam Kimmel.

Reparto: Philip Seymour Hoffman, Catherine Keener, Clifton Collins Jr., Bruce Greenwood, Bob Balaban, Mark Pellegrino, Marshall Bell, Amy Ryan, Bess Meyer, Chris Cooper.

En noviembre de 1959 Truman Capote (Philip Seymour Hoffman) lee en el periódico la noticia de un crimen cometido en un pequeño pueblo de Kansas y decide que quiere escribir un artículo sobre ese suceso.

Truman Capote (2005) es el relato del proceso de escritura de "A sangre fría", la gran novela del escritor norteamericano que lo consagró definitivamente como uno de los mayores talentos de ese país.

Todo parte de un brutal crimen en el que dos delincuentes matan a los cuatro miembros de una familia de Holcomb, Kansas, a cuyo domicilio habían acudido para robarles. Capote vio la oportunidad de escribir un artículo y fue a dicho pueblo para documentarse en compañía de su amiga de la infancia Harper Lee (Catherine Keener), autora del libro "Matar a un ruiseñor". Una vez allí, viendo la magnitud de la noticia, decidió escribir un libro.

La película se centra especialmente en el escritor, dejando los acontecimientos en que se basa su libro en un segundo plano, lo mismo que la relación de Capote con Perry (Clifton Collins Jr.) que, teniendo un papel destacado en el relato, tampoco ensombrece el interés esencial del argumento: adentrarnos en la compleja personalidad de Capote y el largo y doloroso proceso de elaboración de su novela.

El tema podría ser demasiado denso y se corría el riesgo de hacer un retrato pesado, aburrido o demasiado empalagoso del escritor. Nada de eso ocurre. El guión está tan portentosamente escrito que consigue un retrato apasionante de Capote que, además de resaltar su personalidad tan peculiar, es capaz de realizar un acercamiento desprovisto de complacencia, creando un retrato complejo, con luces y sombras, como sin duda sucede con toda persona. 

Comprobamos la sensibilidad del escritor, conmovido por el crimen primero y atraído después por la personalidad de Perry, si bien este es un punto en el que la película podría haberse adentrado algo más, pues Perry termina siendo un personaje al que no llegamos a conocer completamente. En cambio, vemos el egoísmo del escritor, capaz de mentir descaradamente a Perry si ello le era necesario, y de llegar a anhelar el fin de los aplazamientos de la ejecución de los presos para poder terminar su libro, si bien cuando acude a la ejecución comprobamos hasta que punto le afecta.

En todo caso, me parece un gran acierto del guión el componer un retrato de Capote tan complejo, alejado de las alabanzas planas. Así, Capote se presenta como un hombre egoísta, sensible, frívolo, manipulador, mentiroso... en definitiva, una persona difícil de encasillar, un dibujo que sin duda resulta realmente apasionante y nos aleja de una visión unidireccional y simplista. 

En cuanto a la puesta en escena, lo más impactante es poder disfrutar de un ritmo absolutamente perfecto, casi hipnótico, especialmente en la primera parte del film. La manera tan elegante de contar la historia por parte de Bennett Miller es todo un regalo. No recuerdo ahora mismo un film que me haya sorprendido tan gratamente con la manera de transcurrir la narración, lenta pero precisa, con cambios de secuencias perfectos y apoyada en una fotografía asombrosa y una banda sonora que te acaricia a lo largo de toda la historia.

Y, naturalmente, el segundo factor que convierte a Truman Capote en un film especial es el portentoso trabajo de Hoffman, un actor con un talento fuera de lo común. Pocas veces podremos disfrutar de un trabajo tan genuino, donde el actor es capaz de sacar a la luz un sinfín de emociones con una fuerza rotunda. Philip S. Hoffman, desde mi punto de vista uno de los mejores actores de la historia, recibió por este impecable trabajo el Oscar al mejor actor.

Truman Capote es una gran película, intensa y llena de matices sobre un personaje complejo y único en uno de los momentos más trascendentales de su vida. Absolutamente recomendable.

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