El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 3 de noviembre de 2023

El becario



Dirección: Nancy Meyers.

Guión: Nancy Meyers.

Música: Theodore Shapiro.

Fotografía: Stephen Goldblatt.

Reparto: Robert De Niro,  Anne Hathaway, Rene Russo, Anders Holm, Adam Devine, Andrew Rannells, Linda Lavin, Christina Scherer, Celia Weston, JoJo Kushner, Zack Pearlman, Jason Orley.

Ben Wittaker (Robert De Niro) está jubilado, pero siente que necesita algo en que ocupar su tiempo, por eso cuando ve un anuncio de una empresa que contrata becarios sénior, no duda en presentarse para el puesto.

Algunas veces una película de la que no esperábamos gran cosa acaba sorprendiéndonos y en verdad que la sensación que produce algo así no deja de ser reconfortante. El becario (2015) me parecía al principio una comedia rutinaria de esas en las que ocupa su tiempo el gran Robert De Niro últimamente. Y en muchos aspectos es un film sencillo, una comedia sin demasiadas pretensiones que bien podría pasar casi desapercibida. Pero, sinceramente, me resultó una película bastante divertida y con ciertos mensajes, nada revolucionario, muy sensatos.

Para empezar, estamos en una comedia y lo que hemos de pedirle es que resulte divertida y El becario lo es, especialmente al principio, cuando se concentran los mejores momentos cómicos. Y lo bueno es que es graciosa sin tener que recurrir al chiste fácil o a personajes grotescos, algo demasiado habitual en las comedias modernas. El becario es elegante y sensata, siempre. 

Pero además, el guión de Nancy Meyers destila delicadeza y sensibilidad a la hora de tratar los diferentes asuntos que va tocando a lo largo de la historia. Así, junto a una bonita reivindicación de la edad madura, de su experiencia y las ventajas de estar anticuado en ciertos aspectos (es revelador la manera en que un compañero de trabajo de Ben intenta arreglar un problema con su chica, a base de mensajes y corros electrónicos), El becario también afronta las relaciones de pareja de la gente joven, muy diferentes a la del propio Ben, o cómo la vida estresante aniquila el tiempo de ocio y de complicidad en muchos matrimonios. Pero también incide con acierto en cómo la supuesta modernidad y desarrollo de la sociedad a veces se pone a prueba con algo tan sencillo como que una mujer trabaje mientras su marido se queda en casa cuidando de la hija.

Son solamente pequeños apuntes, pues una película como esta no pretende ser un tratado sociológico o un film abiertamente crítico, pero es interesante ver cómo un mero pasatiempo como El becario puede tener también la sensibilidad necesaria como para profundizar en los personajes y no quedarse solamente en lo básico, por ejemplo con la bonita relación que se establece entre Ben y Jules (Anne Hathaway), su jefa, que se va desarrollando con naturalidad y un tono perfecto, aportando momentos simpáticos pero, sobre todo, de complicidad y amistad muy bien expresados.

Naturalmente, el poder contar con Robert De Niro es toda una ventaja. Aún en papeles menores, el actor demuestra su talento único y convierte a su personaje en alguien cercano, simpático y entrañable, sin caer nunca en el tópico. También he de reconocer que Anne Hathaway me parece una actriz maravillosa. Puede decirse que como jefa parece demasiado buena persona o demasiado blanda, es verdad, pero su trabajo desborda naturalidad y acabas encariñándote con una mujer que hace que su personaje resulte muy cercano y muy humano.

La verdad, he pasado un rato muy entretenido y además terminas de ver la película con una sensación de bienestar muy agradable. Seguramente no todo el mundo la verá de esta manera y entiendo que haya espectadores a los que les resulte previsible y algo ñoña, pero creo que sus virtudes superan con creces los peros que podamos ponerle y lo que es evidente es que al lado de muchas comedias actuales destaca con claridad por su elegancia y el buen tono de los temas abordados.

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