Dirección: Tate Taylor.
Guión: Matthew Newton.
Música: Bear McCreary.
Fotografía: Stephen Goldblatt.
Reparto: Jessica Chastain, John Malkovich, Colin Farrell, Common, Geena Davis, Jess Weixler, Ioan Gruffudd, Diana Silvers, Joan Chen.
Ava (Jessica Chastain) es una asesina a sueldo realmente eficaz, pero un pasado complicado y el hecho de que no siempre cumpla las órdenes al pie de la letra han motivado que su superior, Simon (Colin Farrell), desconfíe de su profesionalidad y tome la decisión de lo que lo mejor para su organización es liquidarla.
De un tiempo a esta parte, en el cine de acción, se han puesto de moda las heroínas. La lista de films protagonizados por hermosas y letales mujeres crece sin parar: Nikita, dura de matar (Luc Besson, 1990), Salt (Phillip Joyce, 2010), Lucy (Luc Besson, 2014), Atómica (David Leitch, 2017), Anna (Luc Besson, 2019) y ahora Ava (2020).
El film de Tate Taylor no se diferencia demasiado de este tipo de historias, que suelen girar en torno a una profesional de primer nivel que ve su vida en peligro, en esta ocasión a manos de sus propios compañeros. Pero en donde Ava se muestra algo más imaginativa es en el afán de adentrarse en la vida personal de la protagonista, permitiendo que no todo sean escenas de acción, sino que gran parte del metraje se dedique a contarnos el difícil pasado de Ava con el alcohol y las drogas, sus problemas familiares y cómo todo ello la empujó a huir de ese ambiente con lo que terminó dedicándose a su profesión actual.
No es que el argumento llegue demasiado lejos en esa tarea, pero sí que consigue hacer más cercana y más humana a Ava, haciéndonos partícipes de sus demonios. Aunque también es verdad que Taylor enseña más que profundiza, lo que es muy evidente por ejemplo en la relación de Ava con su ex novio (Common), donde la historia peca de superficial y no se explota con acierto.
En lo relativo a las escenas de acción, nada nuevo: coreografías movidas, con profusión de golpes, caídas y tiroteos que es cierto que están filmadas con corrección, pero sin llegar a impresionarnos ni a marcar un hito en el tema. Hay películas realmente muy espectaculares en este apartado y Ava no puede competir con ellas en ese terreno.
Tate Taylor consigue un cierto equilibrio entre estos dos apartados en la vida de Ava: el familiar y el profesional, pero sin deslumbrar en ninguno de ellos. Todo es correcto, pero sin destacar especialmente.
Lo que sí se agradece es la presencia de John Malkovich y de Colin Farrell, que aportan su saber estar y ofrecen algunos de los mejores momentos de la historia, uno como protector de Ava y el otro como su enemigo.
El resultado es una historia no excesivamente original y que puede defraudar a los que esperasen un film mucho más enfocado a la acción. Sin embargo, sin nada especialmente memorable, Ava resulta entretenido como mero pasatiempo sin más.
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