El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 13 de noviembre de 2023

Señora Doubtfire, papá de por vida



Dirección: Chris Columbus.

Guión: Randi Mayem Singer y Leslie Dixon (Novela: Anne Fine).

Música: Howard Shore.

Fotografía: Donald McAlpine.

Reparto: Robin Williams, Sally Field, Pierce Brosnan, Harvey Fierstein, Polly Holliday, Lisa Jakob, Matthew Lawrence, Mara Wilson, Robert Prosky. 

Cuando su esposa Miranda (Sally Field), cansada de su comportamiento, solicita el divorcio, Daniel Hillard (Robin Williams) decide convertirse en la asistenta que busca Miranda y así poder pasar más tiempo con sus hijos.

Señora Doubtfire, papá de por vida (1993) es uno de los títulos más recordados del fabuloso Robin Williams, que poseía una maravillosa capacidad para la comedia, sobre todo para las imitaciones y parodias y aquí demuestra su faceta más camaleónica dando vida con bastante credibilidad a la señora Doubtfire, una inglesa de mediana edad que, aunque parezca imposible, consigue pasar el tamiz de la crítica y termina resultando totalmente convincente.

La película afronta los problemas de un divorcio con hijos de por medio y lo complicado que resulta compaginar los intereses de cada uno de los progenitores y las necesidades de los hijos. Lógicamente, el film evita el drama al tratarse de una comedia, pero en momentos puntuales, cuando el relato se escora hacia la vertiente más seria, Chris Columbus muestra sin tapujos el drama que puede suponer que uno de los padres pierda la custodia de los hijos.

La película tiene el toque original del personaje de la señora Doubtfire que permite a Robin Williams desplegar toda su capacidad de imitación, siendo el alma de una historia que sin su presencia seguramente no funcionaría demasiado bien. Sin embargo, en cuanto al argumento, no es que resulte excesivamente original y vista en su conjunto resulta un tanto descompensada. Así, algunos momentos resultan realmente logrados, con réplicas bastante graciosas, pero en otros se llega a caer en el chiste fácil o situaciones que rozan lo absurdo. Ese es quizá el principal inconveniente de la película, no lograr un nivel decente en todo el metraje.

Además, hay que reconocer que salvo el personaje de Robin Williams, muy bien diseñado, el resto de protagonistas se quedan en la sombra, sin que el guión se tome el tiempo de profundizar en ellos, siendo especialmente preocupante en el caso de Miranda.

Pero hay un detalle que me gustó especialmente: el final en el que Miranda y Daniel no terminan juntos, pues lo más previsible es que se buscara el típico final feliz que dejara a todos satisfechos. Sin embargo, el final propuesto no solo resulta sorprendente, sino que me parece mucho más realista y tal como suceden las cosas en la película se refuerza la idea de que no siempre los problemas tiene una solución mágica, pero aún así se puede seguir la vida con normalidad y sin traumas, ni para los padres ni para los hijos. Todo un acierto.

En todo caso, Señora Doubtfire, papá de por vida es una comedia familiar agradable, bastante mejor que la mayoría de comedias de corte similar, sin duda por la presencia de Williams pero también por la experiencia en este tipo de películas del director, conocedor de las necesidades de un género bastante difícil y exigente.

La película ganó el Oscar al mejor maquillaje.

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