Dirección: Chris Columbus.
Guión: Randi Mayem Singer y Leslie Dixon (Novela: Anne Fine).
Música: Howard Shore.
Fotografía: Donald McAlpine.
Reparto: Robin Williams, Sally Field, Pierce Brosnan, Harvey Fierstein, Polly Holliday, Lisa Jakob, Matthew Lawrence, Mara Wilson, Robert Prosky.
Cuando su esposa Miranda (Sally Field), cansada de su comportamiento, solicita el divorcio, Daniel Hillard (Robin Williams) decide convertirse en la asistenta que busca Miranda y así poder pasar más tiempo con sus hijos.
Señora Doubtfire, papá de por vida (1993) es uno de los títulos más recordados del fabuloso Robin Williams, que poseía una maravillosa capacidad para la comedia, sobre todo para las imitaciones y parodias y aquí demuestra su faceta más camaleónica dando vida con bastante credibilidad a la señora Doubtfire, una inglesa de mediana edad que, aunque parezca imposible, consigue pasar el tamiz de la crítica y termina resultando totalmente convincente.
La película afronta los problemas de un divorcio con hijos de por medio y lo complicado que resulta compaginar los intereses de cada uno de los progenitores y las necesidades de los hijos. Lógicamente, el film evita el drama al tratarse de una comedia, pero en momentos puntuales, cuando el relato se escora hacia la vertiente más seria, Chris Columbus muestra sin tapujos el drama que puede suponer que uno de los padres pierda la custodia de los hijos.
La película tiene el toque original del personaje de la señora Doubtfire que permite a Robin Williams desplegar toda su capacidad de imitación, siendo el alma de una historia que sin su presencia seguramente no funcionaría demasiado bien. Sin embargo, en cuanto al argumento, no es que resulte excesivamente original y vista en su conjunto resulta un tanto descompensada. Así, algunos momentos resultan realmente logrados, con réplicas bastante graciosas, pero en otros se llega a caer en el chiste fácil o situaciones que rozan lo absurdo. Ese es quizá el principal inconveniente de la película, no lograr un nivel decente en todo el metraje.
Además, hay que reconocer que salvo el personaje de Robin Williams, muy bien diseñado, el resto de protagonistas se quedan en la sombra, sin que el guión se tome el tiempo de profundizar en ellos, siendo especialmente preocupante en el caso de Miranda.
Pero hay un detalle que me gustó especialmente: el final en el que Miranda y Daniel no terminan juntos, pues lo más previsible es que se buscara el típico final feliz que dejara a todos satisfechos. Sin embargo, el final propuesto no solo resulta sorprendente, sino que me parece mucho más realista y tal como suceden las cosas en la película se refuerza la idea de que no siempre los problemas tiene una solución mágica, pero aún así se puede seguir la vida con normalidad y sin traumas, ni para los padres ni para los hijos. Todo un acierto.
En todo caso, Señora Doubtfire, papá de por vida es una comedia familiar agradable, bastante mejor que la mayoría de comedias de corte similar, sin duda por la presencia de Williams pero también por la experiencia en este tipo de películas del director, conocedor de las necesidades de un género bastante difícil y exigente.
La película ganó el Oscar al mejor maquillaje.
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