El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 9 de noviembre de 2023

El callejón de las almas perdidas



Dirección: Guillermo del Toro.

Guión: Guillermo del Toro y Kim Morgan (Novela: William Lindsay Gresham).

Música: Alexandre Desplat.

Fotografía: Dan Laustsen.

Reparto: Bradley Cooper, Rooney Mara, Cate Blanchett, Toni Collette, Willem Dafoe, Richard Jenkins, Ron Perlman, David Strathairn, Holt McCallany, Jim Beaver.  

Año 1939, Stan Carlisle (Bradley Cooper) es un vagabundo que se topa un día con  un grupo de feriantes y acaba encontrando trabajo allí.

Nueva adaptación de la novela de William Lindsay Gresham, que en 1947 nos dejaba el primer El callejón de las almas perdidas (Edmund Goulding) con Tyrone Power.

Esta versión de Guillermo del Toro es una producción ambiciosa, cuidada en los detalles, con un buen gusto en su puesta en imágenes innegable, pero algo falla. A pesar de todo, no terminó nunca de convencerme.

Tal vez el principal problema es el oscurantismo que rodea a Stan desde el comienzo mismo. Hasta bien entrados en materia, Stan es un enigma y con ello nos perdemos una parte importante de la intriga durante demasiado tiempo. Pero incluso una vez que se desvela su naturaleza, seguimos viéndolo sin llegar realmente a penetrar en su esencia. Es ambicioso, cruel, malvado, pero sin llegar a saber el por qué.

En general, si analizamos bien El callejón de las almas perdidas (2021), todos los personajes sufren de la misma indefinición que Stan. Los compañeros de profesión se presentan con breves pinceladas, pero sin que tengamos tiempo de llegar a lo esencial. Incluso la relación de Stan con Molly (Rooney Mara) nunca termina de concretarse; conocemos los hechos, pero nos falta profundidad. No hay un verdadero romance y por lo tanto no llegamos a implicarnos con sus problemas. Incluso su separación resulta abrupta, demasiado abrupta. El guión, que debería ser la parte más sólida de la película, termina por ser la menos profunda. 

La idea general es una imagen muy pesimista del mundo de las ferias, con personas marginales, estafadores y charlatanes que venden mentiras, se aprovechan de las debilidades humanas y hasta corrompen a las personas para sus fines. Sin duda, un film perturbador y triste. Pero incluso en esta faceta de nuevo siento que el director se queda a medias. Si quería mostrar la miseria de ese ambiente, creo que tampoco lo consigue del todo. Al menos, yo percibía el mensaje pero sin llegar a sentir asco, dolor, vergüenza, tristeza o repulsa. Creo que a Guillermo del Toro le ha faltado más contundencia a la hora de mostrarnos ese mundo sórdido. Tal vez por la belleza de las imágenes o más claramente por no haber sabido definir su mensaje. De nuevo, problemas de un guión que no ha profundizado lo suficiente.

Tampoco encontramos muchas sorpresas en el ascenso y caída de Stan, algo que se intuye desde el comienzo y cuyo desarrollo es bastante previsible y, por otro lado, me pareció en general tan teatral, incluida la escena final, que me costaba sentirlo como auténtico. En general, toda la película tiene un aire de falsedad, es algo demasiado elaborado y un tanto superficial como para terminar creyéndolo y mucho menos sintiéndolo y emocionándonos con las desventuras de Stan.

Eso sí, el reparto es excelente. Cate Blanchett me pareció espléndida, con una presencia impresionante, pero es que el trabajo de David Strathairn también me pareció magnífico. Quizá se puede echar de menos una mayor participación de Toni Collette, Ron Perlman, Willem Dafoe e incluso de Rooney Mara, pues contar con un elenco así y no sacarle todo el partido resulta algo triste. Pero el protagonismo es para Bradley Cooper, que me pareció que realiza un trabajo espectacular también. Desde el punto de vista del reparto, un acierto total.

Pero analizando el conjunto, El callejón de las almas perdidas termina convirtiéndose en una película demasiado elegante para los temas que trata y sin la suficiente profundidad como para que su mensaje resulte convincente y conmovedor.

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