Dirección: Barbet Schroeder.
Guión: Nicholas Kazan (Novela: Alan Dershowitz).
Música: Mark Isham.
Fotografía: Luciano Tovoli.
Reparto: Glenn Close, Jeremy Irons, Ron Silver, Annabella Sciorra, Uta Hagen, Fisher Stevens, Christine Baranski, Jack Gilpin, Stephen Mailer, Christine Dunford, Felicity Huffman.
Tras ser condenado por causar el coma a su esposa (Glenn Close), el millonario Claus Von Bülow (Jeremy Irons) contrata al profesor de derecho Alan Dershowitz (Ron Silver) para que se encargue de la apelación.
El misterio Von Bülow (1990) se basa en un caso verídico que tiene todos los ingredientes para hacerlo realmente apetitoso: misterio, dinero, pruebas falsas, incertidumbre, juicios...
Lo mejor de todo es que el guión no tiene la intención de demostrar nada, y mucho menos la inocencia del acusado. Se trata simplemente de exponer los hechos conocidos sin emitir un juicio rotundo, de manera que será cada espectador el que finalmente tenga que decidirse por una conclusión u otra, o ninguna. Puede parecer que ese final abierto es un lastre, pero creo sinceramente que en esa indefinición reside la peculiaridad de la película, su esencia y su atractivo.
De esta manera, Barbet Schroeder se centra en exponer hechos centrándose sobre todo en el trabajo minucioso, inteligente y exhaustivo del profesor Dershowitz, autor del libro en que se basa la historia, y su equipo de ayudantes. A pesar de que podría resultar un tanto austero un enfoque tan técnico, la verdad es que toda la planificación de la apelación es desde mi punto de vista la parte más interesante de la película.
En cambio, cuando se recurre a los flashbacks para recrear la vida del matrimonio el relato parece perder intensidad, pues se vuelve algo lento y no demasiado imaginativo, cayendo incluso en ciertos momentos repetitivos que restan dinamismo al desarrollo. De hecho, El misterio Von Bülow es una película que arranca con mucha fuerza pero a la que el director no consigue mantener al mismo nivel, especialmente con el desenlace que, además de previsible, no resulta especialmente memorable.
En todo caso, a pesar de su duración un tanto excesiva, la historia se sigue con interés, en buena medida por lo intrigante de la historia y la incertidumbre sobre el personaje de Claus, tan frío que parece realmente culpable y tan seguro de su inocencia como para resultar absolutamente convincente. Claro que la elección de Jeremy Irons ayuda mucho a que su personaje resulte tan misterioso como atractivo a la vez y cuyo trabajo le valió el Oscar al mejor actor.
Pero el intérprete británico afortunadamente no está solo en su trabajo. La genial Glenn Close vuelve a demostrar que es una actriz con un talento descomunal y también Ron Silver me ha sorprendido gratamente, de manera que es gracias al reparto que la película funciona de manera tan precisa, porque en otros aspectos creo que Barbet Schroeder no termina de darle el dramatismo suficiente a un argumento cargado de posibilidades, pero que no termina de explotar convenientemente. Tal vez se deba al afán de ceñirse a los hechos con la mayor exactitud, pero ello penaliza el lado más humano de la historia, que me pareció un tanto fría en términos generales.
A pesar de lo cuál, creo que el argumento es tan interesante y los detalles jurídicos están tan bien expuestos que, para todos los amantes de este tipo de películas, El caso Von Bülow puede ser una historia muy recomendable.
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