El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 10 de marzo de 2023

Bajo sospecha



Dirección: Phillip Noyce.

Guión: Chris Gerolmo (Novela: Joe Sharkey).

Música: Dickon Hinchliffe.

Fotografía: Elliot Davis.

Reparto: Emilia Clarke, Jack Huston, Sophie Lowe, Austin Hébert, Karl Glusman, Chris Mulkey, Omar Benson Miller, Kevin Dunn, Thora Birch, Johnny Knoxville.

Mark Putnam (Jack Huston), un joven y ambicioso detective del FBI, es destinado a Pikeville, un pequeño pueblo minero en Kentucky. Para lograr éxitos en su trabajo, decide reclutar como informadora a Susan (Emilia Clarke), una drogadicta divorciada que acabará enamorándose de Mark.

Bajo sospecha (2019) es un thriller muy negro basado en hechos reales, lo que le proporciona una base sólida de credibilidad al relato, demostrando de nuevo que la realidad supera a la ficción.

La historia que nos cuenta Bajo sospecha es bastante deprimente: Susan intenta sobrevivir a base subvenciones, una de ellas ilegal, no atiende como debe a sus hijos pequeños y aloja en su casa a una pareja de delincuentes y a su ex marido, un traficante de poca monta bastante violento.

Falta de expectativas y sobre todo de afecto, Susan ve una salida cuando Mark le ofrece que colabore con él como confidente. Para él es solo una oportunidad de resolver casos que le sirvan para un ascenso en su carrera, pero Susan se ilusiona con la posibilidad de cambiar definitivamente de vida y aún más cuando comienza a acostarse con Mark, llegando incluso a dejar de tomar drogas y soñando con una relación duradera. Hay un detalle revelador de la situación: Mark y Susan tienen una relación de amantes bastante normal, pero cuando Susan le comenta que nunca la han tratado tan bien comprendemos claramente el infierno que ha sido su vida y porqué se ha ilusionado tanto con Mark. El problema es que él está lejos de pensar como ella y en cuanto consigue lo que estaba buscando, no duda en poner fin a la aventura, algo que Susan no encaja muy bien.

Como en una tragedia clásica, Susan y su entorno parecen condenados al fracaso, atrapados en un círculo de miseria, drogas, peleas y carencias de todo tipo. De ahí el tono realmente sombrío del relato, donde no se atisba esperanza para nadie. Incluso Mark es un perdedor, aunque no lo sepa: pone en peligro su matrimonio por trepar en su trabajo y cuando se ve atrapado, es incapaz de hacer lo correcto hasta que ya es demasiado tarde.

A pesar de no contar con críticas favorables, creo que Bajo sospecha es un thriller bien narrado, sin concesiones, que nos muestra la cara menos amable de la sociedad y no juega a crear falsas ilusiones: en esos ambientes no suelen suceder milagros.

El trabajo de los actores además me pareció soberbio, con lo que le dan un plus de intensidad al drama que viven, especialmente Emilia Clarke, capaz de seducirnos con su cara angelical y al momento siguiente ponerlos los pelos de punta con una dureza que parece brotar de las entrañas. 

Además, el trabajo de Phillip Noyce es sobrio pero eficaz cuando las circunstancias lo requieren y sabe transmitir sin ningún género de dudas la desesperación que rodea a los protagonistas.

Es cierto que se podría haber profundizado algo mejor en la personalidad de Susan y sobre todo en la de Mark, pues me parece que el guión no se adentra suficientemente en ellos, dejando alguna sombra que a la postre resta algo de emoción al relato, pues es verdad que la historia es desoladora, pero no se contagia el sufrimiento que describe convenientemente. 

Tampoco me pareció una buena idea el que se comience la historia por el final, pues conocer de antemano el desenlace resta un elemento sorpresa clave para que pudiéramos vivir con más intensidad el final. Aún así, el relato es tan sórdido y triste que nos sigue dejando bastante descolocados.

A pesar de no ser una película redonda, Bajo sospecha creo que cuenta con más aciertos que fallos, por lo que sin duda es un thriller bastante recomendable.

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