El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 8 de marzo de 2023

Old Henry



Dirección: Potsy Ponciroli.

Guión: Potsy Ponciroli.

Música: Jordan Lehning.

Fotografía: John Matysiak.

Reparto: Tim Blake Nelson, Scott Haze, Gavin Lewis, Trace Adkins, Stephen Dorff, Richard Speight Jr., Max Arciniega, Brad Carter, Kent Shelton.

Oklahoma, 1906. Henry (Tim Blake Nelson) es un granjero viudo que explota una granja con la ayuda de su hijo Wyatt (Gavin Lewis). Un día, encuentran a un hombre malherido (Scott Haze) que lleva una bolsa con mucho dinero.

Vuelve el western de la mano de Potsy Ponciroli, un director desconocido para mí que además firma el guión. La verdad es que esta película le augura un prometedor futuro si mantiene esta elegancia y buen pulso a la hora de contar historias.

Old Henry (2021) es un western moderno que entronca con una tradición que nos recuerda a Sam Peckinpah y a Clint Eastwood. Así, la línea entre buenos y malos se confunde, nadie está libre de culpa y los supuestos hombres de ley son en realidad bandidos, como sucedía en Grupo salvaje (1969). Y como en esa película también aquí estamos en el final de una época, la del Oeste y Henry siente que ha pasado su momento y no pertenece ya a los nuevos tiempos. Y también encontramos similitudes con Sin perdón (1992), pues también tenemos a un hombre al que persigue su pasado.

A pesar de estos parecidos, Old Henry tiene su propia personalidad, marcada por el estilo sobrio pero elegante de Ponciroli, que saca muy buen partido de los elementos con los que cuenta, explotando con inteligencia y mano firme la tensión creada por la presencia del hombre herido y los pistoleros que vienen a buscarlo. Solamente con esto, el director nos mantiene en vilo durante toda la película, pues muy hábilmente nos enseña la crueldad de los pistoleros nada más arrancar el film y también la del hombre herido al abalanzarse sobre Wyatt en cuanto recupera la consciencia. Sabemos, a partir de ahí, que cualquier desastre puede pasar.

Además, se añade un elemento más de tensión con la complicada relación de Henry y su hijo. El granjero se muestra duro con el muchacho, que no entiende qué hacen en la granja pasando penalidades y sueña con abandonar esa vida en cuanto le sea posible. Wyatt ni entiende ni respeta la elección de su padre de vivir ahí y la tensión entre ambos añade un elemento más de drama familiar a un film muy intenso.

Personalmente, sin embargo, no me convenció la parte final, cuando se desvela la identidad de Henry. Creo que es un truco efectista innecesario que no añade nada especial a la historia que, sin ese detalle, funcionaba igualmente sin problemas. Es más, cuando se desvela quién es realmente Henry me sentí un tanto defraudado, como en esas películas en las que se sacan de la manga a un asesino imposible para dar una sorpresa final al espectador y que suena siempre a falsa. Pues así me pareció ese giro. Aún así, creo que no deja de ser un detalle sin demasiada relevancia. Lo verdaderamente importante es toda la tensión que hemos vivido hasta entonces, que es lo que le da su esencia a la película. 

También hay que reconocer que Old Henry es un film que argumentalmente resulta de una sencillez extrema, tal vez demasiada. No se definen los personajes con profundidad y ello conlleva que estemos ante una historia de efectos, de imágenes, de ritmos, pero sin un contenido profundo, sin mensaje, sin verdadera dimensión humana. Es el único gran inconveniente de la cinta.

En todo caso, bienvenido sea un nuevo western. Puede que el género nunca recupere la gloria del pasado, pero estas nuevas aportaciones, bastante continuadas en el tiempo, demuestran que aún se pueden contar muchas y buenas historias bajo este paraguas.

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