El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 23 de marzo de 2023

Money Monster



Dirección: Jodie Foster.

Guión: Alan DiFiore, Jim Kouf y Jamie Linden (Historia: Alan DiFiore y Jim Kouf).

Música: Dominic Lewis.

Fotografía: Matthew Libatique.

Reparto: George Clooney, Julia Roberts, Jack O´Connell, Dominic West, Caitriona Balfe, Giancarlo Esposito, Christopher Denham, Lenny Venito, Chris Bauer, Emily Meade.

Durante la emisión en directo su programa financiero, su presentador estrella, Lee Gates (George Clooney), es secuestrado por un joven (Jack O´Connell) que siguiendo sus consejos ha perdido todos sus ahorros.

Cuarto largometraje de la actriz Jodie Foster que parece decantarse más por la dirección últimamente, Money Monster (2016) es un producto tan suntuosamente diseñado como un tanto fantástico.

Todo el montaje de la película resulta demasiado aparatoso como para tomarlo en serio, aunque es muy del gusto norteamericano eso de retransmitir los dramas en directo, con la dosis de espectáculo que proporciona y que Jodie Foster se encarga de plasmar con una sobria pero eficaz dirección puesta al servicio de la función. 

Si el hecho de que un histérico secuestre en directo a un presentador es ya de por sí muy surrealista, más lo es todo el desarrollo de la historia a partir de ahí. Cuesta meterse en un drama que parece un circo, con las cámaras buscando los mejores planos del secuestrador y hasta poniéndole un micrófono para entrevistarlo en directo. 

Por si eso no fuera suficiente, observamos cómo se va planificando el desenlace con precisión y con todos esos recursos tan conocidos que potencian la emoción buscando el lado humano de la situación. De esta manera, el carácter violento e histérico del secuestrador se va suavizando con el paso de los minutos hasta lograr que su imagen nos produzca compasión, sentimiento imprescindible para darle dramatismo al final y rematar la aventura con el climax suficiente.

Todo huele a montaje manipulador y efectista, salvo la genial intervención de la pareja del secuestrador (Emily Meade), que aporta el mejor momento de toda la película, con su bronca en directo que sí que resulta absolutamente convincente y creíble. Pero todo el resto del argumento es demasiado artificial y ya no digamos el descubrimiento de los trapicheos de Walt Camby (Dominic West), el director general de la empresa en que invirtió Kyle, el secuestrador, que es desenmascarado en un tiempo récord y con una facilidad pasmosa.

Para completar el desaguisado, el desenlace peca de nuevo de efectista y poco creíble y el colmo es que, tras la trágica muerte de Kyle, Lee y la directora de su programa, Patty (Julia Roberts), aún tienen ganas de bromear sobre su próximo programa, lo que deja un muy desagradable sabor de boca final, corroborando la escasa seriedad y profundidad del planteamiento, enfocado descaradamente hacia el espectáculo.

En cambio, en lo que sí que resulta certera la película es en la imagen que ofrece de una sociedad anestesiada que parece insensible al drama del secuestro y que vuelve a la normalidad absoluta segundos después de la muerte de Kyle, como si nada extraño hubiera pasado, lanzándose los simpáticos de turno a crear bromas en internet sobre el suceso. Aquí, por desgracia, la película demuestra su absoluta actualidad y certero reflejo de la realidad.

También es acertada la imagen que ofrece de los programas de televisión ya que, a pesar de que es uno de ellos el que descubre el fraude de Camby, no es menos cierto que la crítica a los programas espectáculo y presentadores estrella está expuesto claramente desde el principio, dejando claro que lo que prima es la audiencia más allá de la rigurosidad.

En defensa de Money Monster hay que reconocer que Jodie Foster sabe crear un relato que mantiene el suspense durante todo el tiempo y nos mantiene expectantes respecto al desenlace. Con ello, el film discurre a buen ritmo y no se hace pesado en ningún instante. Pero si reconocemos los méritos de la directora, también es de justicia señalar que cuenta con dos pesos pesados como George Clooney y Julia Roberts, cuya presencia ayuda mucho a hacer más llevadera la historia. Y además, el tercero en discordia, el joven Jack O´Connell consigue mantener el tipo frente a sus dos compañeros sin problema alguno.

Estamos ante lo que parece un film creado en laboratorio, con una dosificada proporción de espectáculo, comedia, drama y suspense servidos en un maravillosa envoltorio y mucho menos convincente de lo que me esperaba.

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